El
Chile de la vergüenza que vemos en la pandemia.
La pandemia nos vino a mostrar un Chile que ignoramos,
un Chile que no queremos ver, un Chile que cierra los ojos, que da vuelta la
cabeza y la esconde como la avestruz, un Chile que no los quiere reconocer. Nos
creemos los jaguares de américa, desarrollados, justos, la mejor economía del mundo,
nos pretendemos la ficción, muchas veces, que somos, los crecemos, los que
avanzamos, los que integramos, los
mejores de Latinoamérica, porque tenemos grandes índices macroeconómicos.
Luego, la pandemia vino a mostrarnos a nosotros
los chilenos y al gobierno en particular, una realidad que la abrigábamos aquí y
que la veíamos a diario en algunos noticieros; otros ni siquiera lo
mencionaban. Por lo tanto, la pandemia nos trajo algo positivo, mostrarnos esta
circunstancia de que aún al día de hoy hay campamentos. Un cúmulo de
campamentos.
En consecuencia, estas alusiones, son los
campamentos de las comunas de Santiago, Peñalolén, Maipú, Puente Alto, Bajos de
Mena, etc., que mantienen aún personas, sin viviendas, sin energía eléctrica,
sin alcantarillado, sin agua, sobreviviendo con lo mínimo. No tienen trabajo
estable. Están absolutamente abandonados. No obstante, en Santiago Centro aún
existen cites; modelo habitacional de vivienda colectiva característico, antiguas,
donde viven muchas familias, allegados y
la mayoría son migrantes, de Haití, Colombia, Venezuela y otros países.
Este fenómeno de la inmigración que cada vez
se ve más crecida, a la vez, no ha sido enfrentado con las leyes y normas
adecuadas. Sobre todo, las instituciones de trabajo informal que han aumentado esta
cesantía, cesantía encubierta por estos trabajos informales; trabajos en
ferias, ambulantes, vendedores de dulces, etc. En otras palabras, estamos contemplando
en estas familias que no tienen para coexistir, tienen que ganarse el día a
día, que a pesar de todo, ahora se les crean estos ingresos de emergencias; pudieron
haberse hecho mucho antes.
En consecuencias, en estos hacinamientos de los
cites, también hay chilenos, muchos de ellos, con pensiones bajas, miserables,
de asistencia social, por un sistema previsional, que en lo ideal era maravilloso,
pero que ahora están pagando los costos de ello, no les alcanza. Todos viven juntos
en estas viviendas colectivas que han favorecido la pandemia del COVID -19 que
ha colapsado las instituciones médicas. Por esta razón, las autoridades llaman
a quedarse en casa. ¿Pregunta? con estas condiciones, estas familias podrán
quedarse en su casa, obviamente que no.
Otro punto importante es la discriminación, todas
estas personas, más los discapacitados, sufren una discriminación por su
condición social, por su índole económica explícita. Porqué, nadie se ha
preocupado, de los discapacitados que no poseen movilidad, que tienen
dificultades, que no tienen una familia que los ayude. Como están enfrentando ellos
la pandemia, si se quedan en casa, quien les ayuda, quien les llevara la comida,
lo que necesiten para sobrevivir, alguien se preocupara por ellos. Los municipios no dan abasto, los municipios se
preocuparan por ellos realmente, ¿existe un catastro?
La discriminación en Chile es toda una
institución, parte desde saber en qué colegio estudiaste, hasta a la universidad
a la que perteneces, y eso se mantiene hasta el día de hoy.
Luego, la violencia intrafamiliar, otro
flagelo, que está en toda la sociedad y que ahora con la pandemia, recién
algunos se dan cuenta, especialmente, los gobiernos de turno de que esto existe,
pero obviamente, el gobierno hasta el momento y los políticos no habían
afrontado esta realidad
Al final, todos estos problemas que he
numerado y muchos otros están apareciendo ahora en la pandemia. Hoy en día, recién
se acuerdan que existen, actualmente dan
la razón que preexiste, al presente, recién tienen minutos de TV. En el momento,
son problemáticas, antes no eran problemáticas, simplemente se escondía debajo
de la alfombra. Es de esperar, en que esta vez, ya reconocida la problemática
empiecen a enfrentarla.
Nelson Leiva Lerzundi
Cientista Político
No hay comentarios:
Publicar un comentario