jueves, 30 de marzo de 2023

Pactos políticos por la gobernabilidad

 

Pactos políticos por la gobernabilidad

Los pactos políticos y las alianzas institucionales no son lo mismo. Usualmente, quienes recurren a practicarlas no tienen claro la diferencia entre una u otra. Esta confusión recurrentemente se provoca por no distinguir el alcance de cada uno dentro de su accionar.

Los pactos políticos parten de un tema ideológico, los integrantes comparten ciertos principios o cosmovisiones de gobernar, o sobre las problemáticas en particular que desean atender. Pero estos también pueden ir más allá de las ideas en común, pueden ser pactos como el caso de muchas coaliciones chilenas, donde se reúnen por tener ciertos grados de afinidad, por las conveniencias electorales que les trae asociarse, o para sumar apoyos al hacer una alianza con fines de conseguir resultados más allá de lo ideológico.

Cuando el pacto va más allá de la simple reunión aritmética, ya son visiones intelectuales o alianzas institucionales. Tienen una misión en común a largo plazo, los problemas que atacan y las soluciones institucionales que buscan van más allá de lo que se debe hacer, buscando más acuerdo de los que se requiere. Son alianzas que piensan en el futuro de los países y los Estados.

Hay que enfatizar que los partidos políticos son parte de la sociedad y han aportado mucho en el destino de los gobiernos, también han intervenido en muchas luchas por la instalación de la democracia y la disputa por los derechos sociales. A su vez, también funcionan como aliados políticos de las causas populares tales como protestas, huelgas o manifestaciones. Es por eso que los partidos son identidades creadas para incentivar la participación democrática de la ciudadanía, y representarlos, convirtiendo su objetivo principal en proponer candidatos para los cargos públicos de elección popular que representen a un colectivo y sus ideas.

A pesar de todo, estos con el paso del tiempo y producto de los pactos han ido compartiendo objetivos, intereses, creencias, valores, conductas y mucho más con sus aliados. Es decir, han creado una cultura, una forma de comprender la política, de relacionarse con la misma y la sociedad, creando códigos políticos determinados.

Por esta misma razón, el partido Demócrata Cristiano (DC), el Partido Radical (PR), el partido por la Democracia (PPD) y quizás otros más, ambicionan la formación de un pacto por la estabilidad de la gobernabilidad, comprometiendo a todos los partidos políticos con representación parlamentaria que sean a fines a su causa. Tómese esta acción como la formación de una táctica del centro político, una alianza contra la impunidad que demanda que no haya arbitrariedad. O si utilizamos la frase de Gino Girardi, es un pacto “anti indulto”.

En otras palabras, los partidos de centro izquierda como el PPD, y el PR, junto a la DC de centro derecha, nuevamente convergen en “Todo por Chile” para las elecciones de consejeros constitucionales. Estos partidos sin ser lo mismo son parte de un centro moderado, la centro izquierda modernizadora y la centro derecha, caracterizados por querer reformar, pero sin radicalizarse.

Quizás a muchos no le guste retomar estas posturas que nacen como respuesta a la mala representación que ha dejado el gobierno con sus indecisiones y la impunidad que ha tenido antes ciertos temas, tales como los indultos. No obstante, pese al pesimismo que puede significar volver a viejas alianzas concertacionistas, es ese mismo pesimismo el que puede permitir mucho mejores resultados a los esperados, porque obviamente la alianza se encuentra en una posición privilegiada de moderación.

La derecha evidentemente quiere cuidar la casa, que se haga lo menos posible. Mientras el oficialismo quiere cambios radicales, salvo el partido Socialista. Entre una alianza que quiere la anarquía y otra que no quiere cambios, la ciudadanía principalmente buscará la tranquilidad y cambios con imperturbabilidad que puede ofrecer quienes dan moderación.

Entonces, en eso nos debatimos en Chile ¿tener alianza a largo plazo o buscar sólo alianzas del tipo electoral?, ¿están dispuesto los partidos y los ciudadanos a construir un tejido social político y humano para estas alianzas a largo plazo o solamente pactos electorales que pueden ser relativamente viables para dar una mínima gobernabilidad?. Si los partidos toman sus decisiones, qué es lo que hará el ciudadano ante estas ¿finalmente a quiénes apoyará?

 

Nelson Leiva Lerzundi

Cientista Político

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