jueves, 29 de junio de 2023

La reivindicación de los 30 años

 

La reivindicación de los 30 años

 

Debemos reconocer que nuestro presidente Gabriel Boric hizo una trayectoria política a partir de sus desproporcionadas y duras críticas a los 30 años que gobernó la Concertación. El Frente Amplio (FA), como coalición del gobernante, siguió la misma línea, deshonrando duramente este periodo de democracia, considerándolas una democracia a medias, en la medida de lo posible y con cambios en lo mínimo. 

Por el contrario, los hechos en la contingencia nacional nos están conduciendo a reconocer que las prácticas políticas desarrolladas en ese momento fueron necesarias tanto antes como en la actualidad. 

La Concertación por la democracia tuvo sus motivos para no realizar tales cambios. Causas encontramos, primordialmente en la imposibilidad de éxito ante la presencia de enclaves autoritarios activos; sumadas muchas veces por intimidación, y otras por sensatez. No podemos olvidar que los poderes fácticos constan y seguirán en constancia. 

Esos personajes impopulares que encabezaban la concertación, muchos de los cuales fueron candidatos y no elegidos para ser consejeros constituyentes, parecen tener mucha razón. De alguna manera en su tiempo, establecieron diálogos en todas las acciones políticas. Se sentaban a conversar a pesar de que se caían mal y se vieron obligados a dialogar, a ceder en unos y ganar en otros. Visto lo cual, en la actualidad estamos en la lógica que todos se quieren llevar la torta entera para la casa, sin ceder nada a nadie. Residimos en la lógica de tirar el mantel. 

Para el actual gobierno ante la presencia de oposiciones que se alzan duramente, sin el poder propio suficiente para modificar las condiciones sociales y económicas, lo que resta es el diálogo para acordar términos intermedios. Así llegamos al punto donde el gobierno reconoce y reivindica lo positivo de estos 30 vilipendiados años, valorando los avances al existir el diálogo, sobre todo la posibilidad de tener un país gobernable y viable. 

En parte, se retrocede en el discurso tras ser asistidos por ex miembros de ese periodo, quienes permiten la estabilidad y cierto orden al interior, que su misma coalición inicial no es capaz de brindar. 

Es sano ser honestos con él análisis y con nuestra realidad, por duro que llegue a ser. Muchos fuimos críticos de estos 30 años, fustigadores. Sin embargo, con la madurez y con las convicciones acompañadas de la reflexión, no se puede evitar reconocer su valor en contraste de esta locura proto fascista que está empezando, y la paranoia proto anarquista que emprendió hace más de un año el gobierno del Frente Amplio. 

Vale la pena preguntarnos si la gran mayoría del país es desordenado o quiere un Estado policial. Es un hecho que este gobierno tiene un desorden estructural y al mismo tiempo no sabe para dónde se encamina; y por otro lado, que los republicanos quieren un Estado autoritario que se rija por conductas no vistas hace décadas. Lamentablemente, si las cosas no cambian podríamos tener un gobierno Republicano. 

Si eso sucediera, para ofrecer gobernabilidad tendrán que al igual que el Frente Amplio solicitar el apoyo de una coalición amiga; unión por Chile o alianza por Chile, como quieran que se llamen al momento. Sin duda tendríamos peseteros de otro color. Es que Chile puede darse el lujo de nominalmente ser gobernando por unos, pero en el fondo todos sabemos que los que llevan la administración del poder en lo político son otros. Estos otros son los que finalmente dan la estabilidad al interior. 

Lo que es grave del momento político es que estamos retomando a esa indignidad que estalló violentamente. Obviamente si no se ve con la seriedad que corresponde la polarización se va a transformar en un círculo vicioso, que al tornarse una normalidad caeremos en una crisis política terminal. 

Para finalizar, el país necesita reconciliación, una salida institucional al estallido social. Se requieren cambios, pero estos deben ser responsables y en donde todos aporten, como en esos treinta vilipendiados años, la política, el gobierno, la oposición, el empresario, las fuerzas vivas. Es de esperar que parte de nuestras esperanzas se materialicen con la nueva propuesta constitucional.  

 

 

Nelson Leiva Lerzundi

Cientista político

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