Comisión para la Paz y el Entendimiento.
Con el fin de buscar soluciones a largo y mediano plazo en el conflicto mapuche sectorizado en la Araucanía, Bio Bio, los Lagos y los Ríos, el Diario oficial el 12 de julio 2023 publica el decreto N°14, 2023, creando la “Comisión para la paz y el entendimiento” cuyo propósito será asesorar al presidente en la construcción de una vía institucional y legitima para abordar el conflicto e intentar una vez más un nuevo diálogo de entendimiento entre el Estado de Chile y el pueblo Mapuche. Esto tras el acuerdo de todos los sectores políticos del país de por medio.
La comisión a finalizar a finales del 2024, pretende establecer un catastro de afectados como punto inicial, una instancia de intervención para la macro zona sur, seguridad del sector, formas de reintegración de las tierras usurpadas, la reparación de los menoscabados y la prosperidad autóctona.
En otras palabras, con esta iniciativa el gobierno pretende asumir una posición que remedie las trabas del pasado, con todo el apoyo del Estado de por medio, para alcanzar resultados favorables. Esto comprensiblemente compromete a toda esta nueva generación de políticos idealistas con objetivos compartidos por muchas generaciones previas, aunque finalizados siempre de la misma manera.
Todos aquellos protagonistas involucrados en su momento no pudieron responder debidamente, consiguieron solamente avances a medias que con los años no han sido suficientes, agudizándose inevitablemente el problema, principalmente por no acometer los fundamentos del conflicto con diplomacia y por presentar propuestas inviables para realidad de ambas partes.
Han sido 200 años inalterables del problema con los pueblos originarios, por qué la solución llegaría de la mano de esta generación en particular. Sobre todo por esta juventud idílica, en donde algunos no están comprometidos con nada, que ven este y otros inconvenientes desde fuera, de una forma romántica, sin tener la fuerza y el poder para afrontar la magnitud que tiene.
Esa es la falla crítica de esta generación al gobierno, no separan la realidad de lo ideal, siendo la inmediatez el verbo que conjugan a diario. Hay cosas que se van a realizar y otras que no. Hay quienes tienen el poder y quienes no. Hay quienes tienen la voluntad y quienes en realidad se quieren aprovechar. Hay quienes dicen que están comprometidos con el problema mapuche, con las reivindicaciones sociales y luego se olvidan de las circunstancias que provinieron de estallido social y el descontento ciudadano.
Por otra parte, la solución hay que verla con una mirada realista, como se dice coloquialmente de frente, de manera clara y directa. La realidad política y los problemas que la política depara tienen otra organización, otros elementos, otros tiempos, otros intereses, que no siempre van a acorde con las situaciones y las realidades administrativas. Esa es la realidad que cuesta asumir, las respuestas no representan a todos los sectores ni tampoco se aspira a solucionar todos los problemas.
Muchas veces se cree que estos conflictos se mantienen artificialmente por unos o por otros intereses políticos. Entonces siempre existirán esas dudas razonables ante cualquier acuerdo para la paz, sea hecho con buenas intenciones o no. Pese a ello, no siempre las propuestas representan la buena intención de todos los sectores político, porque no a todos les conviene que los conflictos se cierren, más bien, a muchos les conviene que esta disputa sigan abiertas eternamente para sacar ventajas.
Cabe cuestionarse si existe el agua suficiente en la piscina política para llevar a cabo lo que determine esta propuesta, será que están todos los protagonistas políticos dispuestos a cumplir lo que la comisión asesore. Y lo más importante, el próximo gobierno que nos esté gobernando estará dispuesto a seguir esas medidas. ¡Es la gran interrogante!
Nelson
Leiva Lerzundi
Cientista
Políticos
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