Sociología
del obstruccionismo
Es por todos sabido que durante décadas se han hecho reclamos en materias de educación, salud, pensiones, entre otras necesidades, y que no han tenido respuestas por los gobiernos, ni por los parlamentarios o por los sectores políticos de turno. Desatender estas necesidades básicas, friccionándolas aún más con comentarios desubicados y medidas centradas en la monetización, concentraron el descontento y fueron avivando una tormenta perfecta para el desastre. Catástrofe que finalmente sucedió con el estallido social, donde Gabriel Boric y el Frente Amplio (FA), aprovechan la circunstancia política para asumir representatividad y ofrecer soluciones a esas demandas.
Respuestas demandadas por grupos u organizaciones sociales sin una estructura visible, caracterizadas por imponer sus ideas a base de la fuerza y la presión del instante. Podemos deducir que estos grupos se integraban principalmente por jóvenes de clase media o baja que no han tenido soluciones adecuadas de la sociedad. Jóvenes de familias bien constituidas, o tal vez de familias disfuncionales, con una buena educación pública, o bien privada que es parte del estudiantado. Por otro lado, jóvenes y adultos con un alto nivel de frustración, con un enfurecimiento o desencanto de la vida y de la forma en que la sociedad enfrentaba la solución de sus problemas, su vulnerabilidad. Jóvenes y adultos con una fuerte capacidad identitaria de empatía que aprovecharon el momento para validar sus causas. Sin una estructura política fija, estas personas afirmaron los mecanismos de representación por medio de la fuerza, para demostrar su descontento con la sociedad, más allá de la legalidad.
Al mismo tiempo, estos grupos son más cercanos a sectores no tan conservadores, sino más bien de izquierda, progresistas o moderados resentidos. Los líderes y dirigentes que guiaban al interior, como es bien sabido dentro de las ciencias políticas, disfrutaban de algún contacto con organizaciones políticas tradicionales para llevar sus problemas más allá de las marchas. Por lo tanto, algún contacto debía existir, sobre todo con el FA, con el PS, PPD, PR, inclusive la DC, pese a que estos partidos tradicionales de izquierda y de centro no satisficieron sus necesidades.
En cambio, de alguna forma el FA acá vio una oportunidad que aprovechó. Sin tener evidencias al respecto, se puede inferir a través de los hechos generales, por cómo se beneficiaron con la elección presidencial y por la estrepitosa ruptura con estos grupos tras la decepción de la constituyente. Ahí existía un diálogo de las partes.
Entonces acá viene la parte irresponsable, que en sí no provendría hipotéticamente de estos grupos descontentos descritos, sino de las organizaciones políticas que se armaban o proto constituían, las cuales trataron de escuchar las demandas que compartían un diagnóstico parecido al que ellos enarbolaban, para encauzarlas o más bien utilizarlas con un fin político electoral que se les fue de las manos.
Ellos justamente necesitaban debutar en el sistema político o electoral y para ello necesitaban un piso para llegar al poder, obtener la representatividad para guiar a estos amplios sectores que conservaban un grado importante de descontento, sectores en el que el Estado los ha marginado de la discusión pública institucionalizada, no de la TV. Obviamente frente a su causa, muchos miraban con simpatía, pero los que saben de política ven que sus métodos no eran los más adecuados, hablamos del uso de la fuerza. Sin embargo, al FA eso no les molestó, más bien validaron esos métodos para sus propios fines.
Podemos
decir que esa era la validez ideológica del FA. Si bien, ellos tendrían que
determinar y administrar ese sustrato del 30% que obtuvieron en primera vuelta el
presidente Boric, que era la base del FA, su votación y su cultura política
construida y sumada a nuevas voces no organizadas. No obstante, cometieron un error
de que a diferencia de las demás culturas políticas, esta no tiene
representación política, es más bien dispersa, no tiene una entidad ideológica
clara, no quiere ser sometida a una determinada ideología, ve la política con
desprecio. Además, estas voces ya se dieron cuenta que fueron utilizados. Pese
a que esta situación agrava más el conflicto, por el momento se ha atenuado. No
se descarta que estas mismas organizaciones vuelvan con más fuerza. Ese fue el
error táctico del FA.
Nelson
Leiva Lerzundi
Cientista
Político
No hay comentarios:
Publicar un comentario