jueves, 12 de septiembre de 2024

Una doble postura que dificulta la convivencia

 

Una doble postura que dificulta la convivencia 

Una vez conocidos los resultados de las elecciones en Venezuela, en donde el Consejo Nacional Electoral (CNE) de dicho país diera como ganador a Nicolás Maduro por sobre el candidato opositor, Edmundo Gonzáles, el Presidente Gabriel Boric expresó que el régimen actual debe entender que los resultados que publican son difíciles de creer.  

Además, enfatizó que la comunidad internacional, sobre todo el pueblo venezolano, incluyendo a los millones en el exilio, exige total transparencia de las actas y el proceso, y que veedores internacionales no comprometidos con el gobierno den cuenta de la veracidad de los sufragios. 

Acto seguido, como ya es costumbre, el Partido Comunista (PC) de Chile no concordó con el pensamiento del mandatario, aunque reconocen que la política exterior la dirige el jefe de Estado. Así, Lautaro Carmona, presidente del PC aseguró que en Venezuela no hay una dictadura, argumentando que en ese país existe la “separación de poderes”, reafirmando las diferencias de pensamiento de la colectividad con La Moneda. Visto lo cual, comienzan a aparecer las disconformidades dentro de la coalición de gobierno que ponen en duda la posible continuidad de la misma. 

Como consecuencia, sectores políticos están pidiendo un ultimátum al edil del PC, que decida si está alineado con su gobierno o están con Maduro. Puede que sea extremo la que plantean los parlamentarios de derecha, pero de alguna manera el Partido Socialista ya ha cuestionado la misma lealtad al enfatizar que, si están con la dictadura Chavista Maurista no pueden seguir en la coalición. Pese a ser una presión retórica, ambos exigen lo mismo, tener una línea política común al resto de la nación. 

En su historia, el Partido Comunista se ha jactado de su lealtad a los distintos gobiernos en los que ha participado. En su momento fueron gobierno con los Radicales, en el mandato de González Videla. Por su actitud obstaculizadora, se acaba promulgando la ley de defensa de la democracia que los persiguió. Luego les fueron leales a la unidad popular, como los más conservadores de la coalición a pesar de no disgustarse por lo que estaba pasando. Estuvieron hasta el final siguiendo férreamente las decisiones de Salvador Allende. 

Ahora cometen nuevamente el mismo error que hicieron en los años 40, con Videla. No están alineados a su gobierno, principalmente a la política exterior del país. No son leales al presidente Gabriel Boric, en virtud de que él ataca a una dictadura a la cual ellos validan.

Prefieren mantener su propia agenda y conseguir lo que no se pudo en los años setenta. Eso es, formar una dictadura del proletariado como la que vive Venezuela, primero con Chávez y ahora con Maduro. Un gobierno del pueblo, sin importar que se pierdan las libertades y que se dirijan a la ruina. 

Ahí viene la contradicción del Partido Comunista chileno. Si se dice apoyar al pueblo, acá hay uno que no tiene alimentos, que está sufriendo, que está migrando y que el mismo Partido Comunista Venezolano es opositor. Por el contrario, apoyan a una tiranía, defendiendo unos resultados que claramente están desvirtuados y que, con su postura, causan problemas políticos internos al presidente. 

La situación es bien clara para cualquier gobierno de izquierda, de derecha, populista, fascista, o como quiera llamarse. Si se persiguen opositores, si se coarta la libertad de expresión, si se persigue a los disidentes y los encarcelan, falsea y no reconoce los resultados reales de una elección, es una dictadura. 

El Partido Comunista reacciona como ha sido siempre su política interna con los amigos y con los adversarios. Carmona manifiesta que no se puede objetar el triunfo de Nicolás Maduro, más aún, que no se puede traicionar la voluntad popular. Con esto relativiza la trayectoria política construida en las últimas décadas y sinceramente nos hace dudar de su compromiso con la democracia y sobre todo, con los Derechos Humanos. 

Cuál es el real compromiso y deliberación al respecto. No puede ser que se defienda sólo cuando el sector de ellos es el involucrado. En estas materias siempre han defendido legítimamente y en forma correcta de quienes sufrieron des humanidad, salvo cuando esos lugares sean de su misma línea política. Allí, cada país tiene derecho a que no exista intervención en sus decisiones y que se debe respetar los procesos. 

 

Nelson Leiva Lerzundi

Cientista Político.

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