La asesora y el abogado
Ana Lya Uriarte Rodríguez, abogada, académica y
política, integrante del partido Socialista de Chile, agente de estado
relacionada con el poder, es reconocida por apagar incendios y dar la cara a
los percances. Por su perfil y habilidad, evidentemente fue ministra,
presidenta del Consejo Directivo de la Comisión Nacional del Medio Ambiente y
jefa de gabinete de la Presidencia en el gobierno de Michelle Bachelet. Como es
natural, le ayudó a esta a administrar el poder y a gestar un gobierno más que
razonable, por lo que no podía dejar de ser ministra General de la República de
Gabriel Boric, entre el 6 de septiembre de 2022 y el 19 de abril de 2023.
En la actualidad, está incorporada al equipo del
subsecretario del Interior Manuel Monsalve como asesora de Interior, para
apoyar a la ministra Tohá en sacar adelante el proyecto regulador acerca de las
Reglas del Uso de la Fuerza por parte de Carabineros y las Fuerzas Armadas.
Ana Lya Uriarte tiene mucha influencia en la moneda
por su vasta experiencia en la política, además de ser una de las mujeres ancla
en la administración de Michelle Bachelet y dentro de su partido. Es que ella y
la gente de la concertación son los que mantienen aún el barco funcionando,
maniobrando el timón para darle alguna dirección al gobierno, supliendo el
ausente rol del Frente Amplio (FA) que se pierde entre sus arrebatos y sus
anarquías políticas.
Sin embargo, con todo el peso político que tiene,
según los audios dados a conocer por Ciper, también estaría siendo salpicada
por lo de Hermosilla, quien habría intentado contactarse con ella para cerrar
el caso Caval, provocando claras dudas acerca de si en representación del
gobierno negoció con el abogado, cercano a la UDI y a la oposición, para llegar
a un acuerdo para cerrar el caso en cuestión.
Es conocido que las conversaciones de Hermosilla
salpican a varios personajes públicos, desde Andrés Chadwick como ex ministro,
Daniel Muñoz como PDI, Ángela Vivanco como ministra de la Corte Suprema y
varios empresarios. Este abogado jugaba y danzaba con los distintos grupos de
poder, relacionándose con todos para operar bajo sus ambiciones, inclusive
financiarlos por medio de Penta.
En otras palabras, Ana Lya Uriarte es sólo otro alfil
más que se mueve en el mundo de la autoridad recibiendo órdenes, gracias a sus
habilidades. Dialogar, conferenciar entre partes, buscar los acuerdos y la
mantener equilibrios, saber establecer estructuras y sostener el poderío de su jefe,
son los talentos que la destacan y motivos de sobra para integrarla a las filas
del actual gobierno.
El FA que venía dispuesto a hacer cambios
estructurales, finalmente entendió que muchos de ellos no se pueden logran,
salvo aquellos que le ofrezca el sistema político a través de sus mecanismos. Para
lograrlo, deben acabar por usar las mismas herramientas de negociación
criticadas por tanto tiempo.
Ahora son otro actor más en la mesa que disputa el
poder, un puesto de élite más entre la concertación, el mundo de los partidos
tradicionales de izquierda, el cosmos de los partidos tradicionales de centro,
a la naturaleza de los partidos tradicionales de centro derecha y la
idiosincrasia de la derecha más extrema.
El otro método, más allá de la buena negociación, es
tener una red bien formada que te de ventajas, tal como lo demostró Hermosilla.
Una muy bien montada red de privilegios y de protección que le permitía
saltarse la fila, evadir impuestos y hacer negocios entre sus favorecidos. Al
final, esa es una parte de la maquinaria del poder, y podemos ver los
instrumentos sucios sobre la mesa sin filtros, como operan por primera vez en
mucho tiempo.
Si Uriarte cae dentro de estos personajes que usaron
los servicios de Hermosilla, como asesora actual del gobierno, trasluce que va
haber más ministros de gobierno involucrados y razones de sobre para que la vocera
ponga paños fríos al tema.
Queda la duda razonable sobre cuánta gente más del FA
habrán caído en los tentáculos de Hermosilla y su organización, manchando los
nombres de estas personas y de la buena tarea política. Para Uriarte queda
esperar el alcance real de ese contacto, pero nos enseña hasta dónde puede
llegar la maquinaria del poder.
Nelson Leiva Lerzundi
Cientista Político
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