La deuda histórica y su costo político
Hay que reconocer que pese de los errores y horrores políticos de este gobierno, una de las pocas cosas positivas que hay que reconocerle al Presidente Boric, es que tiene la voluntad de pagar la deuda histórica a los profesores del país. Esta deuda, es un prejuicio salarial que soportaron miles de docentes de escuelas públicas durante la dictadura cívico- militar de Augusto Pinochet, que hoy en día podría solucionarles a muchos sus bajas pensiones tras una vida de trabajo.
La deuda reclama el reajuste salarial no abonado por el traspaso de la educación estatal hacia los municipios, principalmente por desconocimiento de los nuevos empleadores. En otras palabras, es una deuda que desde los años 80 se mantiene y ningún gobierno en democracia ha querido finiquitar el problema. Insinuaciones y promesas varias de por medio, pero jamás una solución.
El real problema es que los maestros indiscutiblemente han ido enfermando, otros han ido falleciendo, unos cuantos han caído en la pobreza o en la miseria más abyecta. Han quedado abandonados, han sufrido situaciones complejas de salud y ahora están luchando por los que quedan, muchos están retirados y esperan por justicia, por la devolución de su dignidad y que se les reconozca lo adeudado.
Como renuevo de profesores estamos al tanto del problema, perceptiblemente sabemos lo difícil que ha sido y la lucha que esto ha significado. Por eso, pese a que discrepemos absolutamente de la línea política del presidente y de la forma en que lleva el gobierno, del pensamiento político que tiene su coalición, de la poca capacidad política, le reconocemos que por lo menos tiene la voluntad real de solucionar esta deuda que se extiende por décadas.
De igual modo, esperamos que esta vez sí se concrete una reparación y no se quede en una promesa vacía, que no subsista en una mera expectativa. Ya se ha jugueteado demasiado con todos estos maestros de avanzada edad, donde se les ofrece una y otra vez por distintos gobiernos el pago de la deuda histórica, transformándolo de alguna manera en un comodín de los distintos candidatos a presidente que ofrecen reparaciones como instrumentalización a sus fines, manosean a los maestros para conseguir sus objetivos políticos que después nos les cumplen.
Sin embargo, esta vez el Presidente Boric sí quiere darle un final a esta situación y por ello presenta el proyecto de ley que beneficia a todos los afectados, cumpliendo así con su compromiso de programa de gobierno. Además, si los todopoderosos ministros de hacienda ya se pusieron la mano del corazón y analizaron la situación y aun así dieron el visto bueno para que esta solución llegue, es porque evidentemente la gran masa de profesores que han reclamado esta deuda ya están fallecidos y no tendrían que pagarles a todos.
Así las cosas, ya es una voluntad. Veremos si al final entre todos estos dimes y diretes políticos existe el esfuerzo de los parlamentarios, los partidos políticos y de la sociedad entera de reconocer esta deuda y llevar a cabo su reposición, reintegrar de una vez por todas la dignidad a todos estos maestros. Que esto sea un compromiso político y ojalá que el Frente Amplio, especialista en puesta en escena y en su marketing, no lo ocupe como una herramienta de campaña como aquellos mucho antes de su llegada. Porque ya basta con jugar con la dignidad de los maestros y que se juegue con sus expectativas.
Los hijos de maestros hemos aprendido que la docencia es una profesión madre, la base de todas las demás profesiones. Han formado millones de profesionales alrededor del mundo, forjan nuestro futuro, moldean nuestros sueños y carácter, nos llenan de valores. Cuánta historia hay en cada uno de ellos y que evidentemente que deben ser distinguidas con mucha integridad, pero una dignidad real, no la dignidad que siempre se establece en el discurso.
Nelson Leiva Lerzundi
Cientista Político
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