viernes, 15 de julio de 2011

¿Qué muere con Luís Corvalan?

La muerte de este ex líder del Partido Comunista de Chile y principal precursor de la creación del pacto de izquierda setentero llamado U. P., que buscaba una sociedad más igualitaria y efectuar un cambio profundo en nuestro país, en lo social, lo político y económico, y que no se llevó a cabo - o más bien, que terminó abruptamente - dejando en los sectores políticos y militares una herida profunda hasta el día de hoy.

Corvalan fue su secretario general, dirigente influyente en la toma de decisiones, pero más que revisar la historia, lo que se debe buscar es ver que hay detrás de esto, no con el fin de decir que todo tiempo pasado fue mejor, ni tampoco renegar la existencia de conflictos - ya que de hecho la pérdida de la democracia se la debemos a personajes del pasado y también por su incapacidad de reconstruirla -, sino de reconocer que hay cosas positivas que se han perdido.

Con la muerte de Corvalan, y de muchos más que ya partieron o que están retirados, muere un estilo en la política que no es ni mejor ni peor, sino distinto, y que se conservó, a grandes rasgos, hasta antes del año setenta y tres, y que murió ahí y nunca más volvió.

¿Cuál es este modelo? Es simple, era aquel que buscaba dialogar a pesar de las diferencias, en el que existía el honor y la caballerosidad entre rivales, del cual se buscaba a grandes rasgos el bien común. A pesar que siempre existieron las rivalidades y cálculos políticos, no eran lo esencial o lo más importante, ya que los principios e ideales algo valían y se buscaban con afán.

No podemos dejar de lado que los conflictos siempre existieron y que en política son la esencia del sistema y su funcionamiento, puesto que permiten la búsqueda de acuerdos, y que en este período buscaban favorecer, al menos idealmente a los ciudadanos y habitantes de nuestro país. Este es, a grandes rasgos, el actuar político que se mantuvo hasta mediados del sesenta. Posteriormente, producto quizás del excesivo apasionamiento, esto se rompe, cae en una efervescencia y politización incontrolable e irresponsable que destruye el convivir democrático y la estabilidad ya construida que esperaban quizás mantenerla en forma permanente, lo que como vimos, ya no ocurrió.

Corvalan, al igual que Freí, Jarpa y otros, construyeron un sistema político moderno, desarrollado para su época, y junto a otros se encargaron de destruirlo también. Sin embargo, sí dejaron las bases de ese periodo de madurez democrática. Desafortunadamente, nadie las tomó, dejando de lado principios y reglas básicas de antaño que no se retomaron, que al reanudarse la democracia obligaron de a poco al retiro prolongado de estos dirigentes que se vieron desencajados totalmente en el nuevo sistema político nacional.

¿Por qué ocurrió? La respuesta se haya en que el país cambio o lo cambiaron. Se resetearon sus valores y la política no quedó al margen, cayó en el relativismo moral y social de los tiempos modernos, más el neoliberalismo asfixiante.

Sí, así es, ya que los errores del pasado en gran parte eran por concretar ideales, que por ese motivo se cometieron excesos, o más bien faltas descomunales como imponerlos por la fuerza; o por otro lado, mantener lo que tú creaste boicoteando lo del otro, ambas actitudes producto de ideas, ideales, principios. Ahora, en cambio, los políticos no rebasan en ideas, les da lo mismo los valores, salvo que sean instrumentos de poder. Pasamos de la idea de obtener el poder para hacer algo y obtener cambios, a obtener el poder para ganar más poder, aprovecharse del estado y conseguir beneficios, que se ve plasmada en esta nueva democracia pos dictadura. Lo que genera que la manera de pensar de los políticos de antaño este extinta y los pocos políticos modernos que piensan como ellos no tienen lugar alguno en la política actual, salvo que vendan su alma al demonio. Una tentación permanente.

Entonces, ¿dónde queda el estilo de los políticos como Corvalan? ... En vías de extinción. La política ya no se enseña en los partidos y la teoría crece en las aulas universitarias, pero no salen de ahí. El estilo de los políticos de antaño esta perdiéndose, se muere cada vez que uno de ellos parte, ya que todo, hasta los errores que cometían eran por algo: valores, ideas, sentimientos. Ahora, no sabemos que política tendremos en meses, menos en años.

Entendiendo que el estilo antiguo muere y que ahora ni siquiera hay estilo claro, presento mis respetos a LUIS CORVALAN. No a su idea, no a su ideología, si no al político, el que quería construir historia al igual que Frei, Allende, Jarpa y tantos otros. Presentarle mi aprecio por lo que trato de hacer, sólo por intentarlo, a su vez lamentar fuertemente el tiempo político del que soy testigo, quizás tan o más hueco que el peor programa de farándula.


Nelson Leiva Lerzundi
Cuentista Político

No hay comentarios:

Publicar un comentario