domingo, 27 de noviembre de 2011

PROFESION Y CAMPO OCUPACIONAL POCO CONOCIDO ¿existen profesiones de primera y segunda categoría?

Más que una crítica política, esta vez, es una reflexión humana común y corriente. Al ir a reactivar una cuenta antigua en el banco del Estado con mi nombre, al preguntar por mi profesión y campo ocupacional, esta ni siquiera figuraba en forma clara. No existía. Al parecer los politólogos pertenecemos a una disciplina de las ciencias sociales más bien marciana, lejana y poco conocida. Obviamente el problema se solucionó buscando un área representativa de las ciencias sociales, pero es evidente y me permite pensar y tristemente descubrir algo que ya es sabido pero que no valoras ni enfrentas hasta que lo vez, hay chilenos de primera y segunda, quizás tercera o más categorías. Nuestros empleos no tienen el mismo valor, especialmente los que trabajamos con nuestra cabeza observando la realidad, por lo general, somos tratados con la patada y el combo, algo sin duda difícil de cambiar. 

Esta realidad no sólo se ve con las experiencias personales, como las de abrir cuentas de ahorro, sino que también al ver el actuar de nuestros docentes y su lucha diaria para generar conocimiento y reflexón, y a su vez enfrentar a diario las vicisitudes del sistema que golpea brutalmente con su realidad inminente. 

Lógicamente en el papel y en forma teórica, basándonos en la teoría del conocimiento, no hay ninguno que sea inferior ni superior, todos enriquecen al hombre, pero en la realidad las vicisitudes de la vida han ido menoscabando a las ciencias sociales por sobre las más duras y el estudio de la economía que no son aceptadas en general ni en un tipo ni en otro. En este panorama, sin duda la tarea científica es muy compleja ya que no sólo se debe estar validando la ciencia social y sus disciplinas constantemente, sino que también entre ellas no existe la solidaridad que debería existir, ni tampoco la claridad del margen de acción. Las disciplinas siempre comparten atribuciones, o bien, derivan de otras, como es el caso de la ciencia política, hija de la sociología, quien se ve marginada en su marco de acción por la constante intervención de su útil y añosa madre. No es una crítica en contra de la sociología, sino un esbozo ejemplificador de la realidad difícil de enfrentar, que a pesar de tener la misma búsqueda de la verdad, con las mismas técnicas y metodologías, entre politólogos y sociólogos no existen los mismos reconocimientos, ni consideraciones.

Pero en si mismo, a pesar de la ambigüedad del campo de acción, las ciencias sociales se las arreglan para compartir ideas y retroalimentarse. El problema es que muchas veces sus acciones e importancias no son reconocidas, y como en lo monetario, no son precisamente una semilla de dinero interminable, no son respetadas y sufren del sub valor evidente casi discriminativo, ocultado en la ignorancia, ya que muchas veces se debe explicar nuestras carreras y su campo de acción como si fuera chino, lo cual no es bueno para nuestro desarrollo y dignidad profesional. 

La tarea nuestra es darnos valor, respetarnos, apoyarnos, tratar de crear límites en el campo de acción, dar a conocer nuestra ciencia y su importancia social y reflexiva, acercarnos a la gente y validarnos, exigir validación para que no sólo podamos sacar cuentas, sino que seamos tratados con la dignidad de profesionales. No venimos de Marte, al igual que otros, estamos para hacer crecer esta sociedad,  así que mejoremos la interrelación profesional que es lo único que hace grande a nuestro país. 


TRATEMOS CON DIGNIDAD A TODAS LAS PROFESIONES QUE ES LA UNICA FORMA DE SURGIR COMO SOCIEDAD Y PAIS.

Nelson Leiva Lerzundi
Cientista Político

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