martes, 29 de noviembre de 2011

LA APROBACIÓN AL GOBIERNO: Un reflejo de su política

En la encuesta CEP del mes de enero, queda más que claro que la conducción y el actuar del gobierno no ha sido todo lo positivo que se ha esperado. Al comparar las encuestas con las de los meses anteriores se ve un estancamiento en el apoyo ciudadano, en ambas se mantienen la mismas cifras evidenciando que la aceptación es de más de un tercio de la población, que sin duda debe ser de mucha alegría para palacio entendiendo la realidad del país y los eventos últimos.

Pero en realidad no hay mucho que celebrar, ya que el gobierno ha dilapidado en nueve meses el 51 por ciento que le permitió ganar la elección, generando casi una caída libre de siete puntos que en su mayoría han ido a parar al rechazo, cuyo aumento es de seis puntos en comparación con la anterior. Sin duda una situación difícil y compleja de resolver para el presidente, pero la pregunta atingente: ¿Por qué ocurrió esto?, y a su vez la que deriva de esta ¿Qué es lo que está reflejando?

Pareciera complejo responder estas interrogantes, ya que las causas están a la vista, pero el trabajo es entrelazarlas y dar una explicación política. Para responder a la primera interrogante debemos hurgar en el accionar de la política del gobierno porque muy en el fondo es lo realmente evaluable:

Primero: Recibe un país con un terremoto que origina terribles consecuencias, rompe calles, destruye ciudades, deja gente sin hogar etc., un caos que exige premura y rapidez en un escenario que a toda luz no se soluciona en nueve meses o un año. Se esperaba que se reaccionara con prontitud, actuando de modo contrario al esperado, y además, entreviéndose una falta de real prioridad para el gobierno a pesar de que en su discurso político lo utilizaba majaderamente.

Es claro que no se les pedía resolver el problema en un santiamén, sin embargo, sí se exigía que fuera tema país y de importancia, lo que claramente no lo ha sido.

Segundo: El aprovechamiento mediático y sin ningún escrúpulo del lamentantable accidente de la mina San José, donde se demostró que el gobierno fue capaz de manosear la dignidad de las personas para subir los bonos presidenciales, ya por ese entonces en baja, creando a su vez en falsos héroes a víctimas de abusos a las leyes laborales y de una sociedad desigual, que los sectores políticos no han sabido resolver, y como es natural este hecho hizo olvidar amnésicamente el terremoto y muestra al gobierno con una eficiencia que carece.

Tercero: Intranquilidad laboral y despido de trabajadores en empresas públicas, lo que no va muy de acuerdo con la creación de más de tres cientos mil empleos que se logró por su constante económica, pero los despidos se acercan casi a la misma cifra ¿Dónde esta la gracia?, al parecer hasta donde sabemos todos tienen derecho al trabajo, sean jóvenes o viejos, ricos y pobres y al parecer el gobierno se olvidó de ello.

Cuarto: El excesivo protagonismo y amor por las cámaras, la imperiosa necesidad de gobernar para los medios, lo han alejado de la ciudadanía e incluso ha generado cierta vergüenza pública por sus excesivas salidas informales en el protocolo y su reiterada necesidad de ser querido, de llamar la atención en forma constante.

Desde mi punto de vista, esto ha ido mermando su credibilidad ya que la gente quiere un gobernante y no un humorista.

Quinto: Deriva de lo anterior, el gobierno se ve fuerte en la toma de decisiones a nivel presidencial, pero los ministros tienen poca autonomía y margen de acción, en su mayoría son Piñera dependientes y los partidos de gobierno son meros entes observantes, casi sin opinión, lo que los obliga a ser casi una segunda oposición, reclamando participación, dejando al gobierno de la alianza más bien como “el gobierno de Piñera y sus amigos”, al igual que el gato Garfield y su pandilla. En palabras simples, el presi gobierna con sus amigos y todo el país está a su merced, parece que no eran los mejores como dijo, sino sus mejores compinches. Sino pregúntenle a la UDI Y RN.

El presidente se olvida que se gobierna con los partidos, por que no sólo lo apoyan, también le dan estabilidad y rumbo a su gobierno y Piñera no los ha tomado en cuenta aún.

Hay muchos otros puntos pero estos son los principales que han alejado al gobierno de la gente, que se ha desilusionado con mucha rapidez, ya que las promesas realizadas no se están cumpliendo y no hay voluntad para cumplirla.

El reflejo de esta foto y las causas descritas que originan esta baja, muestran un país que quería cambios en las formas de hacer política y un cansancio a las practicas de la actual oposición, teniendo la esperanza de caras nuevas -  lo que ocurrió - y el cumplimiento de eficiencia y excelencia - que claramente no ha ocurrido-  más bien ha convertido al sistema político, al gobierno, y a sus decisiones en un instrumento de los medios, condicionando a las cámaras la toma de decisiones. Eso sumado a la toma de decisiones cuestionables en lo laboral y en lo social, a hecho que la ciudadanía pierda paciencia y cuestione las malas prácticas populistas y de costo social, como el alza del gas en Magallanes, que junto a lo de ENAP demuestran la miopía y falta de redirección pública del gobierno.

Esto se resume como lo expresa esta frase: “el presidente sabe para a donde vamos. Sin embargo, su coalición, sus ministros y lo peor nosotros como ciudadanos del país, no estamos enterados ¿podría alguien tener el honor de comunicárnoslo?, se los pido humildemente desde esta tribuna”



Nelson Leiva Lerzundi.
Cientista Político

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