La reinscripción
¿Políticas sin contenido o castigo de militancia?
La reforma de
la reinscripción de los partidos a quién está castigando, si todos entendemos que los partidos políticos
necesitan una reestructuración, algunos de ellos lo concebían en forma
voluntaria, otros se están viendo obligados por la reforma presentada y exigida
por la nueva ley de partidos políticos.
El
cuestionamiento que se presenta es por
qué se tiene que obligar a las
directivas a hacer reformas políticas que lleven a cabo la voluntad de una ley acarreando a sus militantes, entendiendo que
los militantes no tienen la culpa de las malas gestiones directivas.
El problema
de los partidos políticos es la crisis de legitimidad, tanto del SERVEL como de las malas decisiones políticas tomadas por los partidos y sus dirigentes, en cambio,
la militancia solo sigue ordenes, sigue las estructuras y tiene cierta autonomía
y acceso a ciertos cargos que son los mínimos, los que son permitidos por la elite y
la dirigencia.
Aparentemente
esta es una reforma que favorecería a los
militantes, pero, por qué los militantes
deben reinscribirse, por qué deben
asumir un costo político que es voluntario para ellos,
pero no es voluntario desde el momento que es castigado al tener que hacer
nuevamente este mismo trámite, por culpa
de una directiva que no fue capaz de modernizar el partido anteriormente a lo
que esta ley plantea o que no fue capaz de ver la nueva estructura de los partidos del siglo veinte uno.
Los reales
culpables son los dirigentes de los partidos políticos, la militancia es la
base, es la formación, que no está siendo tomada en cuenta, no está
siendo bien formada, no está siendo bien tratada, solo es ocupada para
campañas políticas como una herramienta
o mano de obra barata y la castigan con
la reinscripción cuando ellos trabajan sólo por convicción.
La temática aquí es quién es el que está mal.
La militancia que debe reinscribirse o la dirigencia que no plantea bien las
necesidades que el nuevo partido
político debe responder en esta nueva época.
Resumiendo,
todos los militantes debemos, haremos y harán la fila para reinscribirse
en sus respectivas colectividades, por amor a la camiseta, por convicción
política o por algún otro interés específico.
Pero bastará con esto, bastará con la reinscripción o realmente lo que
hay que hacer es una reformación de la
elite, una reformación de las ideas políticas, un establecimiento de partidos
ordenados y una vigilancia de las
autoridades políticas y de las directivas, una estructuración política
electoral que no sólo la obligue la nueva ley, si no que debiera haber estado hecha con
antelación, porque la ley obliga ciertas estructuras, lo que es bueno, pero va
a generar partidos uniformes, partidos iguales y no vamos a estar generando diferencias,
que las hay, pero retóricamente en el discurso, no en la estructura, así vamos
a estar creando partidos políticos en serie.
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