lunes, 24 de julio de 2017

Malleco sangriento


Malleco Sangriento 

Parece que fuera un titular de película, queman casas, terrenos, iglesias, camiones, utilizan la fuerza para la toma de terrenos, perpetran ataques armados, todo esto como método para llamar la atención, tanto en Malleco como en Cautín, pero este desborde de violencia no es el sentir de todo el pueblo mapuche, donde muchos están por el dialogo.

Desde el retorno a la democracia en 1990 se le denomina conflicto mapuche a este problema protagonizado entre comunidades y organizaciones mapuches y el estado de Chile. Estas organizaciones que se encuentran ubicadas geográficamente en la Araucanía y el Biobío presentan reivindicaciones étnicas en tres principios: autonomía jurisdiccional, recuperación de tierras ancestrales, beneficios económicos y el reconocimiento de una identidad cultural.  

En esta lucha de larga data del pueblo Mapuche por la búsqueda de su bienestar social y la  reivindicación de sus derechos, donde los más radicales, les ganan a los más moderados, donde nadie piensa en el bien común, donde sólo se piensa en los intereses propios, que sin duda pueden ser legítimo, pero en el bien común de la convivencia, en el bien común de la comunidad, en los intereses comunitarios, que al parecer a nadie le importa, será porque aquí no hablamos francés o inglés, como diría Juan Luis Guerra en la letra de su canción el costo de la vida, o será porque aquí no somos capaces de ponernos en el lugar del resto, ni tampoco entender las necesidades del otro, ni tampoco buscar maneras de conversación, y generar intransigencias que generan el juego de suma cero, que es esto o nada. Es lo que estamos viendo y eso se refleja en la quema de camiones, la quema de casas, y Malleco y Cautín se transforman cada cierto tiempo en la crónica roja de los noticieros, tanto nacionales, como internacionales, lo cual es una actitud que no es tolerable, y como no es tolerable,  hay que denunciarlo, sea del lado que sea, sea quien sea. 

Muchos tenemos simpatía por la causa mapuche, entendemos el origen, entendemos las necesidades de solucionar el problema, pero la solución real, es irreal en muchos efectos, y en muchas causas, ya que recuperar tierras ancestrales es muy difícil, reconocerlos como nación es posible, pero darles autonomía no lo creo. Esto va mucho más allá que eso, a eso le sumamos, rabia, odio, peleas internas, le sumamos rivalidades, inclusive hasta por ahí podemos pensar que hay hasta intervención políticas de uno u otro lado, no sé, podemos imaginarnos cualquier cosa, y esto genera que sea una situación difícil, por ello, hay que tener cuidado en estas provincias sobre todo en las de Malleco y Cautín, que esta situación no ocurra, sobre todo, en las zonas donde hay una mayor población mapuche.  

Hay que buscar una convivencia, debemos buscar una lógica de dialogo, hay que tomar el hilo, pero al parecer a nadie le interesa, entonces cuando a nadie le interesa dialogar, a nadie le interesa solucionar el problema, tiramos la mesa, y al tirar la mesa se acabó el juego, y que hacemos cuando se acaba el juego, bueno nos matamos entonces, a eso estamos llegando, violencia genera más violencia. Con esto no va ganar nadie, y el único que va a perder es Chile, y es lo que realmente importa. 

Nelson Leiva Lerzundi
Cientista Político
Celular: 982839785

 

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