Malleco
Sangriento
Parece que fuera un titular de película, queman
casas, terrenos, iglesias, camiones, utilizan la fuerza para la toma de
terrenos, perpetran ataques armados, todo esto como método para llamar la
atención, tanto en Malleco como en Cautín, pero este desborde de violencia no
es el sentir de todo el pueblo mapuche, donde muchos están por el dialogo.
Desde el retorno a la democracia en 1990 se
le denomina conflicto mapuche a este problema protagonizado entre comunidades y
organizaciones mapuches y el estado de Chile. Estas organizaciones que se
encuentran ubicadas geográficamente en la Araucanía y el Biobío presentan
reivindicaciones étnicas en tres principios: autonomía jurisdiccional,
recuperación de tierras ancestrales, beneficios económicos y el reconocimiento
de una identidad cultural.
En esta lucha de larga data del pueblo
Mapuche por la búsqueda de su bienestar social y la reivindicación de sus derechos, donde los más
radicales, les ganan a los más moderados, donde nadie piensa en el bien común, donde
sólo se piensa en los intereses propios, que sin duda pueden ser legítimo, pero
en el bien común de la convivencia, en el bien común de la comunidad, en los
intereses comunitarios, que al parecer a nadie le importa, será porque aquí no
hablamos francés o inglés, como diría Juan Luis Guerra en la letra de su canción
el costo de la vida, o será porque aquí no somos capaces de ponernos en el lugar
del resto, ni tampoco entender las necesidades del otro, ni tampoco buscar
maneras de conversación, y generar intransigencias que generan el juego de suma
cero, que es esto o nada. Es lo que estamos viendo y eso se refleja en la quema
de camiones, la quema de casas, y Malleco y Cautín se transforman cada cierto
tiempo en la crónica roja de los noticieros, tanto nacionales, como
internacionales, lo cual es una actitud que no es tolerable, y como no es
tolerable, hay que denunciarlo, sea del lado que sea, sea quien sea.
Muchos tenemos simpatía por la causa mapuche,
entendemos el origen, entendemos las necesidades de solucionar el problema,
pero la solución real, es irreal en muchos efectos, y en muchas causas, ya que recuperar
tierras ancestrales es muy difícil, reconocerlos como nación es posible, pero
darles autonomía no lo creo. Esto va mucho más allá que eso, a eso le sumamos,
rabia, odio, peleas internas, le sumamos rivalidades, inclusive hasta por ahí
podemos pensar que hay hasta intervención políticas de uno u otro lado, no sé,
podemos imaginarnos cualquier cosa, y esto genera que sea una situación difícil,
por ello, hay que tener cuidado en estas provincias sobre todo en las de
Malleco y Cautín, que esta situación no ocurra, sobre todo, en las zonas donde
hay una mayor población mapuche.
Hay que buscar una convivencia, debemos buscar
una lógica de dialogo, hay que tomar el hilo, pero al parecer a nadie le
interesa, entonces cuando a nadie le interesa dialogar, a nadie le interesa
solucionar el problema, tiramos la mesa, y al tirar la mesa se acabó el juego,
y que hacemos cuando se acaba el juego, bueno nos matamos entonces, a eso
estamos llegando, violencia genera más violencia. Con esto no va ganar nadie, y
el único que va a perder es Chile, y es lo que realmente importa.
Nelson Leiva Lerzundi
Cientista Político
Celular: 982839785
Celular: 982839785
No hay comentarios:
Publicar un comentario