El
estallido social está demostrando un descalabro institucional
Cierto y esto es una prueba más de que se
necesita una constitución nueva. Sí, porque para muchos de los que aún están indeterminados,
es una de las maneras más categóricas y más claras de mostrar la necesidad de
una nueva constitución, cualquiera sea su mecanismo para instituir es lo que
estamos viviendo hoy día.
Cuando una constitución agoniza, al igual que
una enfermedad, se van sintiendo los síntomas de desfallecimiento y, en la
actualidad estamos viviendo las sintomatologías de la muerte de esta
constitución.
En primer lugar, la des legitimidad. La muchedumbre
ya no la profesa en su gran mayoría como una constitución legitima. Algunos
erróneamente consideran como válido el uso de la fuerza. Ya no estamos bien,
por lo tanto, esta es la alusión más clara que el contrato social que Rousseau
plantea en su libro está quebrado, roto, y ya no existen las normas que
sustentan este contrato social, ya no tiene legitimidad.
Por lo consiguiente ya la constitución perdió
legalidad, porque la ciudadanía le quitó esa legitimidad, ya no acepta este
contrato social, por los tanto, está constitución se encuentra coja y esto es
un peligro, porque muchos, como expresa Firmenich; antiguo guerrillero montonero
argentino, que cuando se rompe este pacto social, comprensiblemente se utiliza
el principio de Santo Tomás, que no hay que obedecer una ley injusta, y eso
llevado al extremo podemos caer en grupos extremista, guerrilleros, grupos
violentos de lado y lado.
A la sazón, lo que estamos viviendo en el
presente no es causa de las protestas, si no que estamos viviendo que las
protestas son el síntoma que la constitución perdió validez, que el contrato
caduco, porque, porque aparecieron nuevas necesidades que no han sido resueltas,
ni por este gobierno, ni por los anteriores, pero obviamente le concernió por
sorteo, desgraciadamente debe pretender resolver el problema, porque ya se
considera injusto lo que antes era justo, se cambió el paradigma, se cambiaron
las necesidades, se cambió el contrato y esta constitución se des-legitimo.
Sin embargo, al des-legitimarse la
constitución trae consigo otros síntomas, las instituciones dejan de funcionar,
comienzan a fallar todos los sistemas, los organismos políticos, la justicia,
los poderes del estado, las fiscalizadoras, etc. Además, para muchos quizás
esto viene ocurriendo de hace mucho antes, pero, en estos últimos meses se agudizó,
por lo tanto, notoriamente deja de accionar el gobierno como tal, se paraliza y,
cuando ya todas las instituciones están teniendo problemas de funcionamiento,
la legitimidad pasa al soberano y, el soberano son los ciudadanos, es el
pueblo, y se tiene que resolver con la salida política que se estableció, que
es el constituyente. Entonces este escenario manifiesta que estamos viviendo un
periodo histórico.
En consecuencia, se debe elaborar una reforma
constitucional, a causa de que las instituciones no están funcionando y este es
el signo de la pérdida de su validez, la perdida de las bases políticas
institucionales que se están produciendo a raíz de la rotura del acuerdo social,
se quebró el contrato, por lo tanto hay que hacer uno nuevo.
Nelson Leiva Lerzundi
Cientista político
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