domingo, 12 de abril de 2020

El estallido social está demostrando un descalabro institucional


El estallido social está demostrando un descalabro institucional

Cierto y esto es una prueba más de que se necesita una constitución nueva. Sí, porque para muchos de los que aún están indeterminados, es una de las maneras más categóricas y más claras de mostrar la necesidad de una nueva constitución, cualquiera sea su mecanismo para instituir es lo que estamos viviendo hoy día.

Cuando una constitución agoniza, al igual que una enfermedad, se van sintiendo los síntomas de desfallecimiento y, en la actualidad estamos viviendo las sintomatologías de la muerte de esta constitución.

En primer lugar, la des legitimidad. La muchedumbre ya no la profesa en su gran mayoría como una constitución legitima. Algunos erróneamente consideran como válido el uso de la fuerza. Ya no estamos bien, por lo tanto, esta es la alusión más clara que el contrato social que Rousseau plantea en su libro está quebrado, roto, y ya no existen las normas que sustentan este contrato social, ya no tiene legitimidad.

Por lo consiguiente ya la constitución perdió legalidad, porque la ciudadanía le quitó esa legitimidad, ya no acepta este contrato social, por los tanto, está constitución se encuentra coja y esto es un peligro, porque muchos, como expresa  Firmenich; antiguo guerrillero montonero argentino, que cuando se rompe este pacto social, comprensiblemente se utiliza el principio de Santo Tomás, que no hay que obedecer una ley injusta, y eso llevado al extremo podemos caer en grupos extremista, guerrilleros, grupos violentos de lado y lado.

A la sazón, lo que estamos viviendo en el presente no es causa de las protestas, si no que estamos viviendo que las protestas son el síntoma que la constitución perdió validez, que el contrato caduco, porque, porque aparecieron nuevas necesidades que no han sido resueltas, ni por este gobierno, ni por los anteriores, pero obviamente le concernió por sorteo, desgraciadamente debe pretender resolver el problema, porque ya se considera injusto lo que antes era justo, se cambió el paradigma, se cambiaron las necesidades, se cambió el contrato y esta constitución se des-legitimo.

Sin embargo, al des-legitimarse la constitución trae consigo otros síntomas, las instituciones dejan de funcionar, comienzan a fallar todos los sistemas, los organismos políticos, la justicia, los poderes del estado, las fiscalizadoras, etc. Además, para muchos quizás esto viene ocurriendo de hace mucho antes, pero, en estos últimos meses se agudizó, por lo tanto, notoriamente deja de accionar el gobierno como tal, se paraliza y, cuando ya todas las instituciones están teniendo problemas de funcionamiento, la legitimidad pasa al soberano y, el soberano son los ciudadanos, es el pueblo, y se tiene que resolver con la salida política que se estableció, que es el constituyente. Entonces este escenario manifiesta que estamos viviendo un periodo histórico.

En consecuencia, se debe elaborar una reforma constitucional, a causa de que las instituciones no están funcionando y este es el signo de la pérdida de su validez, la perdida de las bases políticas institucionales que se están produciendo a raíz de la rotura del acuerdo social, se quebró el contrato, por lo tanto hay que hacer uno nuevo.

Nelson Leiva Lerzundi
Cientista político

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