jueves, 16 de abril de 2020

La vitalidad de la democracia


La vitalidad de la democracia

La vitalidad o verdor de una democracia se ve de acuerdo a los propósitos, saber leer las etapas en que estamos viviendo en nuestra democracia. Saber enfrentar las crisis que desafían nuestra democracia, percibir cómo enfrentar las reformas y los cambios que hay que hacer en nuestra democracia, no forzarlos, no obligarlos, no someterlos, no acelerarlos, no apurarlos, no demorarlos y eso es lo que estamos viviendo en la actualidad con la democracia chilena.

Nuestra democracia gozó de una gran vitalidad y, que el a partir de este año o el año anterior, si usted quiere, producto de los césares de octubre, se ha ido fosilizando esta vitalidad y se requieren nuevos cambios, pero desgraciadamente hay algunos que todavía no entienden que estos cambios son necesarios, hay otros que pretenden hacer los cambios demasiado rápidos y radical.

Indudablemente, la democracia para que tenga vitalidad y se vaya rejuveneciendo tiene que hacerse estos cambios. Ahora los cambios convienen hacerlos, ni lentos, ni rápidos, tienen que conllevar distintas velocidades igual que el ritmo de  un partido de futbol. En circunstancias, hay que acelerar el ritmo de juego, en otras bajarlo, otras veces hay que tenerla y tocar la pelota, en otras laterizar, profundizar. Eso mismo hay que hacer en la política.

Decididamente, aquí no estamos hablando de aprobar por aprobar y hacer reformas porque hay que reformar, o porque se le antojo a una colectividad de personas porque son necesarios, pero estas reformas no son a tontas y a locas.

A pesar de todo, no podemos determinar un yo apruebo la constitución desde cero, sin pensar bien cómo se hace, ni tampoco decir mantengamos todo como está y esperemos que se caiga sola la constitución. Decididamente, aquí hay que pensar con raciocinio, porque está en juego la fortaleza de la democracia y los cambios constitucionales que son requeridos, porque la misma sociedad, los mismos chilenos, han proclamado que ya es hora de vitalizar la democracia,   conmutar las instituciones que están vetustas, porque ya después de 40 años, una constitución que no es tan legítima en su origen, siga siendo un obstáculo para vitalizar y profundizar la democracia.


Nelson Leiva Lerzundi
Cientista Político.

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