Constitución, la polis y la formación del Estado nación
Cuando se va a hablar de la Constitución tiene que entenderse que en la formación de un Estado se requiere de un marco legal que determine las reglas generales básicas en las cuales todos estemos de acuerdo.
En todas las ciudades Estado como en Grecia, Roma, Babilonia; cuando se inició el derecho civil “historié” y comenzó la política existieron reglas, sobre todo de una manera no codificada, donde se establecían y se administraban reglas morales, principios políticos, etc., como el código de Hammurabi que era un conjunto de 282 leyes que fue el código con más claridad, el cual influyo en las leyes de otras culturas. Fehacientemente hay que recordar que éstas son las reglas que determinaban el funcionamiento de un Estado y de las ciudades Estado.
De aquí, Roma inicia su derecho compareciendo las famosas institutas donde se generan las instituciones y toda la instauración jurídica del Derecho Romano, la romanización posterior que forman los derechos codificados de los países que suscriben el derecho codificado o el derecho consuetudinario Inglés, que viene del Derecho Romano que es el nombre que se le dio al conjunto de normas que rigieron la vida de la Antigua Roma.
Continuamente los pueblos han querido y han buscado llegar a acuerdos con reglas básicas para su convivencia social y política, por lo tanto, el ejercicio de generar una nueva constitución es primordial, por lo que no se requieren reglas específicas, sino que reglas generales de buena convivencia, políticas generales de modernizar y rejuvenecer el Estado, concebir que las instituciones sean más sociables, originar más participación política y social.
Sin embargo, ese es en sí el desafío que deben asumir todos los que fueron elegidos constituyentes, no por ambición política, sino que por el interés de generar un cambio en las políticas, un cambio en las participaciones, basándonos en estos criterios del inicio de la historia de Roma, Grecia y de la política moderna. Refrendar los preceptos básicos y los acuerdos mínimos para una buena convivencia social, cultural, económica y política. Por eso, los conceptos básicos primordiales que debería tener la nueva Constitución deberían están ligados básicamente en tres pilares importantes:
Primer concepto Dignidad. Hacer razonar que todos los chilenos y chilenas que vivimos en nuestra patria tenemos que tener el mismo trato, las mismas oportunidades y los mismos espacios para poder desarrollarnos en democracia.
Segundo concepto, instituciones y organizaciones políticas, sociales e intermedias validadas. Es trascendental tener participación, reconocimiento ciudadano, en el que se pueda disentir y abrirse al diálogo. Asimismo la Constitución debe colocar derechos de múltiples aspectos como derechos sociales, derechos económicos, para equilibrar la balanza para los que no tienen muchas oportunidades.
Tercer concepto, debe ser integrativa, debe unificar e incorporar a todos, hombres, mujeres, niños, clases sociales, personas con discapacidad, más aún, conferir un reconocimiento a todas las representaciones distintas de nuestra sociedad y que no están formando parte de la discusión. Todos estos elementos deben incluirse en la futura nueva constitución.
Nelson Leiva Lerzundi
Cientista Político
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