Gobernabilidad, un problema sin solución
Sin duda, ese es el problema que tenemos en la actualidad, a causa de que existen pruebas fehacientes de no gobernabilidad. Este gobierno no ha estado a la altura, se ha mantenido campante gracias a la Constituyente, jamás ha dado gobernabilidad; no ha tenido la capacidad de administrar bien el poder y que la gente se sienta representada, que asegure que va a cumplir sus promesas y que sea creíble tanto para sus partidarios como para sus oponentes y así puedan aceptar las pautas mínimas que como gobierno no ha sido capaz de cumplir.
Por otro lado, la Convención Constitucional tampoco es capaz de cumplir, habiendo serios problemas de gobernabilidad, existiendo allí una mayoría circunstancial que quiere avasallar sobre los otros sectores políticos y que quiere imponer sus criterios no dejando participar al resto y que obviamente no asume su responsabilidad como mayoría, no encausa sus ímpetus, no se ordena políticamente para asumir esa mayoría y esa responsabilidad que tiene sobre el quórum para conducir un proceso que ya es legítimo.
Del mismo modo el parlamento también está en crisis de gobernabilidad, este poder del Estado desde hace mucho tiempo se ha olvidado de su labor de fiscalizador; con Yasna Provoste últimamente ha recuperado un poco esa gobernabilidad porque empieza a interpelar y a hacer los contrapesos a la autoridad presidencial.
En cambio, si usted se fija que todos los problemas
de crisis de gobernabilidad son solamente por una cosa, porque las autoridades no
asumen la “autorita”, la capacidad que te da el poder de ejercer esa autoridad.
Cientista Político
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