Gobierno de Boric, poesía o
prosa
“…Y se marchó y a su barca le llamó
libertad y en el cielo descubrió mariposas y pintó estelas en el mar…” el
estribillo de la canción “Un velero llamado libertad” del gran cantautor José
Luis Perales, nos refleja lo que nos planteó en su campaña el actual presidente
Gabriel Boric. La promesa a los jóvenes, a los adultos y a los más mayores de
un nuevo Chile, de la distribución de la riqueza, de educación, de salud,
trabajo, derechos humanos, entre otras muchas, tal cual como agregó al final de
su campaña. “Es tremendamente importante que cambiemos para avanzar en las
transformaciones por las que estamos peleando. Construir un estado que
garantice derechos, que garantice dignidad e igualdad es la única manera de
tener estabilidad, porque no puede crecer un país que esta fracturado
socialmente” .
Los ideales suelen refugiarse en el
más profundo romanticismo, así como los versos de Perales. De igual modo, el
discurso del actual presidente al momento de presentarse a la elección, así
mismo como su actitud de acudir a uno que otro verso para profundizar sus
propuestas, siempre ha sido del tipo romántico.
Ahora bien, cómo convertir este ideal
en una política concreta. Lo que diría la Realpolitik, pasar de la teoría a la
práctica, a la política real. Del romanticismo a las medidas concretas. No
obstante, sabemos que la realidad siempre es menos idílica de lo que deseamos,
y este choque sin duda va a complejizar mucho el escenario político del
presidente en inicio de funciones, puesto que su principal obstáculo es su
coalición, o más bien, la minoría parlamentaria de sus aliados. Esto es verse
limitado en la independencia de acción y sometido a tener que entrar a buscar
acuerdos para sus medidas al interior del Congreso.
Si acentuamos aún más su compleja situación parlamentaria,
Gabriel Boric va a tener una oposición de derecha, de centro, de
centroizquierda, inclusive de ultraderecha, los que tal vez lo harán gobernar
con en el viento en contra, con efecto de hacerle gastar mucha energía para
conseguir el apoyo necesario, y así desarrollar todas sus medidas prometidas.
A estas dificultades, se sumarán de
igual manera el ya permanente estado de conflicto en la zona Sur del país, del
cual se espera que desmilitarice e inicie el diálogo con las comunidades
mapuches en disputa, aunque una gran parte de la población afectada espera
medidas definitivas ante las represalias. Y en cuando al problema migratorio de
la macro zona norte, las medidas regulatorias desde el inicio de gobierno son una
prioridad. Finalmente, sin ser menor, el estallido del conflicto Europeo que
amenaza a todas las naciones con el desbarajuste de la economía global.
De este modo, lo que le viene a
Gabriel Boric se puede acuñar con la frase pronunciada por el político estadounidense
Mario Cuomo en 1985, “se hace campaña en
poesía y se gobierna en prosa”. La política se hace con la realidad, con la
pelota contra el piso, asumiendo que algunas cosas se pueden hacer, otras no y
con el viejo adagio de “la política en la medida de lo posible”. Este será sin
duda su dilema político, zanjar la brecha de la credibilidad entre lo que
prometió y lo que al final podrá realizar a causa de las condiciones que lo
rodean.
Y otro problema nace aquí, ya que
muchos de los ciudadanos y ciudadanas que votaron por él son jóvenes,
impacientes. Estos quieren cambios rápidos, constantes, quieren la poesía, lo
prometido en campaña. Sin embargo, en la prosa eso no se logra en un día, no se
logra en un año, ni siquiera en cuatro. Ahora que da inicio a su gobierno de 4
años, iniciamos a escribir en prosa. Y delante de él, ya empiezan a
materializarse los conflictos y demandas venideras.
A pesar de todo, queremos que el
actual presidente tenga éxito en su gestión de gobierno y que pueda resolver
sin mayores problemas este dilema que tiene todo político cuando ha ganado las
elecciones y que ha hecho campaña en poesía y debe gobernar en prosa.
Nelson Leiva Lerzundi
Cientista Político
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