viernes, 6 de mayo de 2022

De la revolución en libertad al árbol implícito

 

 De la revolución en libertad al árbol implícito

Nos proponemos deambular por nuestro cuadro histórico desde la revolución en libertad al árbol sin contenido, peregrinando por la revolución con empanada y vino tinto (hombre nuevo), recorriendo la reconstrucción nacional y la recuperación de la democracia, la consolidación de esta, la democratización del país, la institucionalización y creación del desarrollo y ahora al árbol sin contenido. 

En otras palabras, en este viaje descrito en el titular no hemos encontrado con proyectos exitosos, medianamente exitosos y fracasados de nuestra política chilena, algunos que desde sus inicios era una pensamiento, una quimera, que se fueron construyendo y de los cuales algunos resultaron y otros no, ajenos fueron una contra ideología en dictadura, nuevos, fueron la consolidación de la democracia y de las instituciones, hasta el último que se simboliza por el árbol (Boric) y que entre todos es el más tenue, sin embargo, que de algún modo trata de alimentarse de todos estos grandes proyectos buenos, medianos o malos que han preexistido en nuestro país. 

Por lo tanto, “la revolución en libertad” lema que fue utilizado por el partido Demócrata Cristiano en 1964 para la Campaña presidencial de Eduardo Frei Montalva, quien buscaba, cambios profundos, una revolución, sin embargo, manteniendo la legalidad democrática, sin abusos, diferenciándose así de sus candidatos oponentes Julio Duran y Salvador Allende. Por otra parte, estas reformas sociales y económicas prometidas estaban definidas en cinco prioridades: solidaridad y justicia social; participación política y soberanía popular; desarrollo económico; educación y enseñanza técnica, más aun, una reforma agraria, chilenización del cobre y una reforma educacional. 

Por consiguiente, la revolución con empanada y vino tinto ( hombre nuevo ), un socialismo a la chilena que pretendía instaurar Salvador Allende en el ejercicio de su gobierno (1970 – 1975) y cuyo programa de administración contemplaba la construcción de un estado popular y una economía planificada estatal con profundos cambios sociales, económicos y transitar al socialismo político por la vía pacífica. Lo que es peor, este deseo de cambios rápidos, acelerados, confundió a un grupo de sus partidarios embriagados con la revolución Cubana y los moderados que pretendían consolidar el proceso, es decir, vivíamos en un ambiente de asambleas, juntas de vecinos, sindicatos, federaciones, expropiaciones, toma de terrenos, de fábricas, etc., decayendo en una profunda crisis, intentado salir a flote con un plebiscito el que no se concretó siendo derrocado el 11 de septiembre 1973 por el golpe de estado, no pudiendo concretar  su proyecto, por esto y por otras circunstancias de intervención extranjera. 

Luego, el golpe de estado nos conmutó el país, fragmentó nuestra historia dejando huérfana la sociedad civil y a los partidos políticos en la clandestinidad, una dictadura que trató consigo un discurso muy atemorizante, también una campaña muy desgarrada de reconstrucción nacional persiguiendo políticamente personas y con tantos detenidos desparecidos, más aún, violación a los derechos humanos y en medio de esta trama cruel siguiendo a sangre y fuego los consejos de Milton Friedman, ocurría la más profunda y radical transformación económica, sin tener, hasta ese momento una oposición hasta la aparición del plebiscito, en el cual con sus mismas reglas y su proyecto de construcción nacional entrega el país,  supuestamente reconstruido, quizás reconstruido en la fachada, pero moral y socialmente nunca fue completamente reconstruido. 

Por eso, el 5 de octubre 1988 con un plebiscito llego la democracia, “con la alegría ya viene”, sobreviniendo un año después la época de la concertación de partidos con Patricio Aylwin en la presidencia prometiendo justicia “en la medida de lo posible”, además, legitimando el sistema económico, el cual crecería como nunca,    sobre todo, se busca las modernizaciones, la reconstrucción y consolidación de la democracia. Con Eduardo Frei salimos al mundo a firmar tratados de libre comercio y nos llamaríamos los jaguares de América latina con los problemas, miedos, pragmatismo político y trabas políticas heredadas de la dictadura aún sin resolver. La llegada de Ricardo Lagos, para algunos fue un entreguista, concesionó ramales, tróncales y carreteras, sin embargo, algunos mejoraron su calidad de vida a costa del endeudamiento. Al final, llena de simbolismos llega la primera Presidente mujer en la historia de Chile, después de sus cuatro años de gobierno se acaba la concertación.       

Después de cincuenta años la derecha alcanzaba nuevamente el poder con Sebastián Piñera como nuevo presidente de Chile, continuando con las clásicas ideas de la derecha y manteniendo el mismo modelo económico, el que proliferaba robustamente. En este periodo comienzan las marchas estudiantiles, tomas de colegios, paro de universidades, protestas de las provincias, de los mapuches, la diversidad de género, todos exigiendo lo propio. 

Para terminar nuestro viaje en este recuento histórico somero, hacemos escala en el reciente presidente del árbol implícito Gabriel Boric, el Presidente más joven de la historia, quien ya principia a gobernar y en la que están cifradas muchas esperanza de bastantes compatriotas, pero, ya pasamos por la revolución en libertad, el hombre nuevo, la reconstrucción nacional y un montón de otras siglas, promesas  y hemos vividos distintos tipos de experiencias, estructuras políticas que han ido haciendo que ciudadanía se quebrante, se desilusione, no queremos más gobiernos que prometen grandilocuencia, creo que lo más lógico es ir viendo la realidad prometiendo lo que es necesario y los que se puede realmente hacer.

 

 

Nelson Leiva Lerzundi

Cientista Político

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