viernes, 14 de abril de 2023

Magallanes siempre mirando hacia el pasado

 

Magallanes siempre mirando hacia el pasado 

Tanto Magallanes y Punta Arenas como Capital Regional, están siempre mirando hacia al pasado, ese pasado de regionalismo exitoso que con gran esfuerzo y trabajo agenciaron el impulso al desarrollo industrial y comercial, tales como el Puerto Libre, la Zona Franca, el polo industrial, entre otros. Sin embargo, a pesar de estos avances, esta región y sus representantes actualmente no miran hacia el futuro. 

En otras palabras, en los últimos gobiernos de turno hemos continuado con la propuesta del Plan Especial de Desarrollo de Zonas Extremas, a la espera que las obras contempladas en dicho programa se materialicen para mejorar la calidad de vida y desarrollo humano de los magallánicos. Pero se percibe muy poco avance en el desarrollo de este plan, y peor aún, hay muy bajo desarrollo intelectual en quienes dirigen o representan la región, la elite política-social, que solamente busca sus propios intereses y que demandan conocimientos para mantener su supremacía. 

Para terceros, no hay una elite intelectual, no hay un pensamiento crítico, no hay una estructura de alternativas. Existen pocas elecciones de formación profesional y de postgrado como en el norte del país, por lo cual muchos jóvenes emigran de la zona, perdiendo capital humano que aporten con el conocimiento a su región de origen. 

¿Por qué ocurre esto?  De inicio, las oportunidades para el desarrollo personal son limitadas. Luego, hay que evidenciar una estructura mecánica subyacente en la mentalidad que limita, evita el desarrollo y no deja experimentar nuevos paradigmas en función de mantener el statu quo, de mantener los arquetipos que los beneficia en lo social, en lo económico y en lo político. Esos paradigmas son intocables, independientemente del sector político que gobierne esta región. 

Considerando que Magallanes es una de las regiones más conservadoras del país, en el sentido de preservación de conductas y tradiciones, muchas veces ante acciones de progreso tienden a retrotraerse a otros tiempos, como si no se pudiera avanzar o se tuviera que detener. Estas acciones los hacen más conservadores aún, manteniendo el desarrollo social fuera de época en muchas cosas. 

Este conservadurismo también trae consecuencias en lo político. La reestructuración del regionalismo es un síntoma de esta perspectiva político arcaica que tiene nuestra región, con estructuras sociales vetustas y una elite desgraciadamente cada vez más antigua, que retoma decisiones del pasado esperando nuevas oportunidades en un mundo que no funciona como antaño. 

Antiguamente, quienes rompieron este cuadro fueron Fide XII (Fundación para el Desarrollo de Magallanes) y la CORMAG (Corporación de desarrollo de Magallanes, 1960 y 1975). La primera es una fundación sin fines de lucro y con un fuerte compromiso al  desarrollo y entrega a la comunidad. En la actualidad sigue trabajando en proyectos sociales que benefician a la educación regional y a la micro empresa. En cuanto a la CORMAG, esta significó un impulso significativo para el desarrollo, sus obras de industrialización, el levantamiento de infraestructura y de las iniciativas para mejorar la calidad de vida de sus procedentes se recuerdan con nostalgia. 

Estas instituciones ayudaron a abrir la percepción y son la demostración de lo que se puede hacer cuando todos estamos en sintonía, unidos trabajando para el desarrollo sin importar el color político, apoyando las nuevas ideas. No obstante, esos gladiadores se agotaron, se cansaron de luchar contra los molinos de viento, de combatir contra los grandes enemigos del Statu Quo y del conservadurismo político. No nos referimos a la derecha, sino que rumiando en el conservadurismo regional y su visión arcaica. Es ese conservadurismo ideológico el que afecta a todos los sectores. 

Para progresar en Magallanes debe surgir una producción intelectual y política, que aproveche las iniciativas y recursos para potenciar la economía, y desarrollar la cultura  regional, no estancándose solo en tradiciones y recuerdos de pioneros. Se debe forjar una cultura política social que tenga influencia, sino ningún proyecto de desarrollo podrá ser consumado.

 

 

Nelson Leiva Lerzundi

Cientista Político

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