Boric, la diplomacia y los condoros
La administración del presidente Gabriel Boric ha manifestado desde el inicio de su gobierno su apoyo a la causa Palestina. Sin embargo, frente a las acciones ocurridas por Hamas, a través de un comunicado de prensa de la cancillería condenó fehacientemente los ataques cometidos por este grupo frente a una serie de ciudades de Israel, que como resultado hay cientos de víctimas mortales, secuestros y lesionados, todas de ellas civiles.
Manteniendo su postura internacional, nuestro presidente concordó 100% con la opinión de la diputada Carmen Hertz, quien mencionaba al respecto que “… la adhesión a la causa Palestina, a su justeza y anhelos, no impide condenar en forma categórica, sin ambages, sin relativización alguna la matanza, violaciones y secuestros de civiles israelíes ejecutados por el grupo Hamas”.
Agregó que se condena sin distinción la violencia, tanto por Hamas como al ejército de Israel por los ataques indiscriminados contra civiles Palestinos y por la ocupación ilegal por décadas del territorio. Como resultado a esta última afirmación, la embajada de Israel en Chile acabó reclamando abiertamente, argumentando que no se pueden comparar a los verdugos con las víctimas.
Acá la situación de nuestro presidente es su doble actitud, cuando interpela a autoridades y dictadores latinoamericanos reclama a poderes que le son análogos, pero a otras naciones como China y otros territorios de asimetría de poder, no procede con igual decisión en sus llamados, no les crítica ni menos denuncia sus posibles violaciones de derechos humanos.
En la clase magistral en la Universidad de Sichuan hizo un tibio llamado a la juventud de mantener siempre una dosis de rebeldía, que algunos escépticos podrían interpretarlo como un reproche a la dictadura China, pero de serlo fue demasiado ambigua para nuestros criterios y demasiado invasiva para las de ese país.
Es que el gobierno dentro de todo manifiesta abiertamente defender los derechos humanos, las libertades, la democracia y otros elementos. Solo que en su historial de intervenciones siempre hay ambigüedad, se restringe por afinidades políticas, no ataca a ciertos grupos, tampoco corre riesgos o no se la juega por una opción. Cuando la toma lo hace desde un tema ideológico, como es el caso del conflicto palestino israelí que no es uno que compete preponderantemente a Chile, si no a la humanidad. Aquel es un conflicto internacional que no tiene una solución clara, más bien es uno que no lo tiene.
Entonces el hecho de juzgar este conflicto internacional con tan poca prudencia y con falta de diplomacia en nuestras relaciones internacionales, nos trae más dificultades que beneficios. Si nuestro presidente Boric y la diplomacia chilena demostraran ser capaces de mediar efectivamente para dar un fin al conflicto, nos enorgullecería que siguieran adelante, pero cuando usa el tema para una notoriedad internacional y generar un revuelo interno, o bien fijar una posición para subir unos puntitos más o menos en la aprobación, no se puede apoyar sus acciones.
Debemos recordar que el presidente en su momento no acepto las cartas credenciales del embajador de Israel en Santiago en forma de protesta por los actos de violencia del Ejercito israelí en Gaza, profesando indirectamente apoyo al grupo terrorista Hamas. Como país no ayuda mucho que sea reconocido este impase diplomático del gobierno chileno por los terroristas. Mucho menos ayuda a nuestro joven presidente Boric, ni a su sector político, generar redes o simpatías de más grupos terroristas, menos al interior del país.
Este gobierno
ya está estigmatizado con respecto del estallido social. Como he insistido, el Frente
Amplio tuvo vinculaciones con grupos anárquicos que frente a su violencia,
procuraron administrar y sacar un grado de provecho. Tampoco ayuda que reciban
mensajes de agradecimiento por el apoyo la causa palestina, porque se colocan encima
un manto de dudas sobre los reales vínculos políticos que tiene la coalición de
gobierno, con los grupos subversivos.
Nelson Leiva Lerzundi.
Cientista
Político
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