Los políticos que te mienten y embaucan
Próximamente en octubre de este año 2024, tendremos elecciones generales, en donde se escogerán los cargos de Gobernadores y Consejeros Regionales, Alcaldes y Concejales. En términos simples, se eligen operadores políticos, es decir, los encargados de manejar la agenda pública a favor de determinados grupos e ideologías con representación política.
Los operadores pueden concebir una aplicación mala o buena de este concepto, maquiavélica, pragmática, más social, de cálculo y pronóstico, o bien moderada. Mientras que cada persona tiene una opinión propia sobre cómo son cada uno de estos agentes políticos, sean parte de un partido o se muevan de manera independiente.
Lo que es seguro, ahora con elecciones de por medio, se dejarán caer ofreciéndoles el oro y el moro, saludándolos de mano y tratándolo de tú. Al mismo tiempo, mentirnos, convencernos que son blancas palomas e intentar meternos el dedo en la boca.
En otras palabras, es lo que conciben con muy escasa diferencia los consumados candidatos. Es sombrío reconocerlo, sobre todo cuando al presente el 40% de las comunas del país tienen querellas del consejo de defensa del Estado (CDE) por corrupción y 32 alcaldes han sido imputados por el mismo motivo. Es decir, sinvergüenzas, canallas, malvados, frescos, caras de rajas.
Esos son los apelativos con los que se deben nombrar esos operadores corruptos de la política que arruinan la tarea de un buen dirigente, involucrando también a las corporaciones como a las autoridades comunales que dirigen, según sea el caso. Sin embargo, debemos reconocer que no todos los candidatos políticos cometen estas irregularidades o que se burlen en nuestra cara.
Será que algunos electores votan pensando en ir en contra la violencia, otros por la dignidad, por la tranquilidad, para que no lo perjudiquen, para vivir confiado, otros sobre todo para que le cambie la vida y no depender tanto del Estado y más aún, que este lo proteja. El ciudadano sufraga para tener más horizontes de trabajo, derecho a prosperar, dar a conocer sus ideas, a fin de que exista la libertad de expresión, a que un gobierno haga su pega, para eso hace una rayita. Concluyamos que no se vota siempre por el mejor, se sufraga al más popular, se emite al que atrae más nuestra atención, se favorece al que predica mejor o el que puede convencer u ofrecer más argumentos, falacias, para ser elegidos.
Sin duda alguna esto nos lleva a discernir que en este año de elecciones municipales esto será pan de cada día y tendremos un montón de postulantes falaces a alcaldes, gobernadores, concejales que nos van a estar mintiendo de hecho o de derecho. De hecho, diciendo cosas que son totalmente irresolutas, vicisitudes que hicieron o que pretenden hacer. De derecho, porque algunos ofrecerán ocurrencias que no están dentro de sus atribuciones y pincelarán un cuadro de mentiras jurídicas permanentes y quizás muchos serán electos logrando así sus objetivos.
Por este motivo debemos estar determinados a no elegir al más popular, sino votar por las ideas, por un partido político y la conducción propuesta por ellos, y no cometer el error y la insensatez de votar por la persona, porque desgraciadamente no votamos por las personas, votamos por el diseño estructural de la campaña que hacen para esas personas. Usted no conoce realmente cómo es esa persona, entonces al final no sabemos por qué se está votando. Tome en cuenta estas variables y saque un punto medio que lo lleve a tomar una buena decisión.
Dicho esto, preexisten electores que no lo han interpretado del todo, caen en esta inercia, en estos juegos, en las mentiras, confían y no piensan en el futuro, en la gobernabilidad de un país, de una comuna. No se dan cuenta que al acudir a emitir su voto en una elección está regalando un cheque en blanco a un determinado candidato o agrupación política. No obstante, ese candidato debe ser fiscalizado para que cumpla con lo que promete para mantener un mínimo de administración y así evitar la actitud indolente de muchos operadores, que se acostumbraron a la displicencia del electorado.
Nelson Leiva Lerzundi
Cientista Político
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