sábado, 28 de septiembre de 2024
viernes, 27 de septiembre de 2024
jueves, 26 de septiembre de 2024
Los repetitivos acosos o bullying en el sistema
Los repetitivos acosos o bullying en el sistema
Es preciso tener presente que hoy en día el bullying o acoso del mismo modo ha llegado a los lugares de trabajo transformándolos en un clima hostil tanto para una minoría de trabajadores discapacitados y para aquellos que no lo son tantos. Las personas en situación de discapacidad solo desean ser incorporados en el campo laboral, pero, los rechazos y burlas que reciben a diario de parte de sus compañeros de trabajo, no respetándoles su participación en los procesos de manera efectiva y en la entrega de las herramientas necesarias para cumplir de forma efectiva su trabajo.
De la misma forma, esto me llama mucho la atención, en virtud, de los muchos reportajes de prensa realizados en el mundo laboral en donde laburan personas con discapacidad o tienen opciones sexuales distintas o simplemente son semejantes comunes y corrientes, gordos, flacos, lindas, feas, embarazadas, extranjeros, se le hace una persecución. De igual forma uno recapacita que esto tan solo ocurre en los colegios en los primeros cursos, sin embargo, ocurre también en la Universidad y ya aquí es gravísimo. En los colegios básicos se puede entender, si bien, ya en la enseñanza media es total impunidad y falta de conciencia, en las universidades es peor, ya se aplica el modismo de mala leche que son algunas personas y de lo desmejorada que son, aunque, en los trabajos… si existen personas con diferencias que se incorporan a ganarse la vida, además, deben seguir sufriendo toda esta dificultad.
Es necesario indicar que también es una realidad que un alto porcentajes de mujeres trabajadoras sufren acosos o discriminación por ser mamá o por querer serlo, más aún, cuando están embarazadas siguen siendo sistemáticamente rechazadas y cuestionadas promoviendo situaciones de acoso psicológicos o bullying en el trabajo. Del mismo modo, aun así la discriminación contra la mujer por razones de maternidad es un fenómeno persistente y un tipo de maltrato psicológico que se mantiene, según lo aseguran varios estudios sobre igualdad de género en todo el mundo.
Conviene especificar, que el acoso laboral se ha convertido en una ambiente permanente, por eso, una mayoría de los que hemos sufrido bullying ya no toleramos uno más, de ningún tipo, ni siquiera bromas simpáticas, debido a el cometido en este país de la broma, que se supone es para distender. Sin embargo, hay grupo de personas muy abusadoras, usted le da la mano y le toman el codo y en un poco tiempo comienza el acoso, la burla, discriminación, menoscabo, humillación, agresión, que a mi juicio y sin perjuicio de ser tonto grave es el comienzo de una relación insana y el comienzo de un bullying y evidentemente eso según el reportaje del diario del fin de semana ha ido ocurriendo en las distintas organizaciones en donde existen distintos testimonios de hombres y mujeres que cuentan sus experiencias y de los problemas de trastorno que esto les han generado en su salud con traumas psicológicos y con visitas al psiquiatra.
Lo que es peor, existimos en un bullying siempre presente, aceptado y masificado por nuestra cultura. Una actividad permanente que se vive en comunas, barrios, carreteras, calles, buses, metros colegios, universidades, estadios, oficinas y un gran etcétera. Acciones sencillas que parten con burlas animadas para denotar diferencias, y que escalan según el grado de agresividad presente. Hasta acabar deshumanizando a la víctima, puesto que el agresor no es capaz de empatizar con el daño que provoca. Y podemos ver como en la actualidad, estas acciones cada vez crecen más, adquiriendo ribetes aún más violentos en todos los ámbitos.
Entonces, yo les digo a todos aquellos paladines de la integración nacional Club de Leones, Teletón, al gobierno de Frente Amplio, a los sectores izquierda, centro, derecha, Republicanos, políticos todos. En otras palabras, en qué se ha convertido nuestra sociedad, a quién le podemos imponer la culpa. Podemos exhalar la responsabilidad a la competencia o cualquier otro factor, pero ese no es el tema. El punto central es que existe, quizás lo distinto es que ahora las víctimas están politizando el tema y defendiendo sus derechos al respeto, defendiendo su integridad y las de sus familias, y exigen que las autoridades de una vez por todas hagan algo.
No hay que olvidar que esta es la integración real y estos reportajes lo evidencian una vez más “no existe integración real” esa es nuestra dura realidad que todos hemos generado en nuestra sociedad y nuestro País. La gran pregunta que nuevamente nos hacemos que haremos con esta realidad, van a asumir la situación como un problema o van a seguir ayudando a sectores que tienen derecho a no ser discriminados, pero, que los ocupan, más bien, como una propaganda o como sectores privilegiados dentro de la discriminación y no se hace una política de integración general donde se abarquen a todo estos grupos y el país se tome esa tarea como propia. Todos somos parte de una misma sociedad y todos tenemos el derecho y el deber de aportar para nuestro país.
En suma, debemos terminar con el bullying,
retomemos la educación cívica ciudadana, concibamos un cambio cultural con
mejores ciudadanos con ética y moral para el país, y así enfrentemos la
injusticia y la intolerancia.
Nelson Leiva Lerzundi
Cientista Político
Las elecciones en Venezuela
Las elecciones en Venezuela
Para todos es sabido que el pasado 27 de julio de este año, se realizaron elecciones en Venezuela para decidir si continúa Nicolás Maduro o se renueva el mandato presidencial.
Elecciones largamente esperadas por venezolanos y observadores internacionales por la coyuntura que vive el país, la crisis migratoria y una dirección que controla todos los poderes del Estado, obcecada en continuar.
Por su parte la oposición a Maduro, al ser continuamente reprimidos y censurados, exigieron garantías especiales para participar del proceso, condiciones conseguidas en el acuerdo de Barbados del año 2023 entre el gobierno y la oposición. En esta firma común se determinó promover los derechos políticos y garantías electorales para todos y la protección de los intereses vitales de la Nación.
Es preciso reconocer que una colectividad de venezolanos tiene la esperanza de que esta elección pudiera marcar una victoria de la oposición y de esta manera iniciar la transición tan esperada. Sin embargo, cerradas las mesas e iniciado el conteo de votos, este tratado comenzó a ser violado.
Con un retraso de varias horas llega el primer boletín, donde el Consejo Nacional Electoral declara a Nicolás Maduro como ganador con un presunto 51.2 % de los votos; y Edmundo González, un 44.2%. Inmediatamente la oposición rechazó las cifras y sentenció que Edmundo Gonzáles había ganado con el 70% de los votos, de acuerdo a las actas electorales que disponían.
Antes los hechos, once países americanos rechazaron la validación del fraude de Maduro, exigiendo taxativamente una auditoría independiente. No obstante, los gobiernos y las cancillerías han sido cautos al reconocer el supuesto triunfo, reconociendo detrás la tragedia Shakesperiana de usurpación y deseo de poder que viven.
Hay un concepto errado en la política moderna, que se experimenta indudablemente en la nación venezolana, eso es un autoritarismo que se disfraza de democracia. Es que puede permitir a un sector político perpetuarse en el poder e imponerse por siempre, ni tratar de establecer un poder sin equivalencias, con una arrogancia desmedida, con falta de respeto al equilibrio democrático y a la libertad de los ciudadanos.
Por esta razón
se alzan las protestas, aplicando la lógica de Radomiro Tomic de desobediencia
civil, aferrándose a la esperanza de un cambio presionando con manifestaciones.
Miles de ciudadanos marchan en las calles con cacerolas rezongando en todas las
regiones y en todos los sectores de Venezuela, buscando una respuesta política
para volver a la democracia, porque la democracia se defiende con la voluntad
popular, y si esta no es respetada, tal como dice Santo Tomás, rebelarse contra
un gobierno injusto o una dictadura es autorizado incluso por la ley divina.
Solo queda minimizar los riesgos de las protestas, con mucha atención a evitar que se descontrolen, porque el gobierno va a tener que entrar a reprimir con las medidas de fuerza que todos conocemos.
Así están las cosas, todo el régimen dictatorial Chavista Maurita está en la lupa de las sociedades y de Latino América, a la espera de que haya una respuesta y una resolución eficiente del sistema internacional y de las democracias.
La importancia de combatir los métodos usados por Maduro para permanecer en el poder, recaen en un valor político esencial. Cada vez que hay una dictadura y se lucha contra ella, la calidad de nuestro sistema democrático y de nuestras políticas se ponen en juego. Obviamente tenemos que demostrar que los países de Latinoamérica somos capaces de entregar estabilidad, de gobernarnos solos, ser eficientes sin depender del paternalismo de Estados Unidos u de otras potencias. El primer paso para conseguirlo parte por valorar las instituciones.
Para Venezuela
aún queda tiempo de espera para alcanzar la democracia. La comunidad
internacional intenta mediar entre las partes y para empezar el camino de la
paz hay que iniciar con lo lógico, reconocer los resultados electorales como
tal, ahí hay un ganador que evidentemente es González. Es más, Maduro debe
recordar el juramento que hizo al ser declarado presidente de respetar la
constitución, las leyes y entregar la presidencia al Presidente electo Edmundo
González que representa la nueva voluntad del pueblo venezolano.
Nelson Leiva Lerzundi
Cientista Político
sábado, 21 de septiembre de 2024
viernes, 20 de septiembre de 2024
sábado, 14 de septiembre de 2024
viernes, 13 de septiembre de 2024
jueves, 12 de septiembre de 2024
Una doble postura que dificulta la convivencia
Una doble postura que dificulta la convivencia
Una vez conocidos los resultados de las elecciones en Venezuela, en donde el Consejo Nacional Electoral (CNE) de dicho país diera como ganador a Nicolás Maduro por sobre el candidato opositor, Edmundo Gonzáles, el Presidente Gabriel Boric expresó que el régimen actual debe entender que los resultados que publican son difíciles de creer.
Además, enfatizó que la comunidad internacional, sobre todo el pueblo venezolano, incluyendo a los millones en el exilio, exige total transparencia de las actas y el proceso, y que veedores internacionales no comprometidos con el gobierno den cuenta de la veracidad de los sufragios.
Acto seguido, como ya es costumbre, el Partido Comunista (PC) de Chile no concordó con el pensamiento del mandatario, aunque reconocen que la política exterior la dirige el jefe de Estado. Así, Lautaro Carmona, presidente del PC aseguró que en Venezuela no hay una dictadura, argumentando que en ese país existe la “separación de poderes”, reafirmando las diferencias de pensamiento de la colectividad con La Moneda. Visto lo cual, comienzan a aparecer las disconformidades dentro de la coalición de gobierno que ponen en duda la posible continuidad de la misma.
Como consecuencia, sectores políticos están pidiendo un ultimátum al edil del PC, que decida si está alineado con su gobierno o están con Maduro. Puede que sea extremo la que plantean los parlamentarios de derecha, pero de alguna manera el Partido Socialista ya ha cuestionado la misma lealtad al enfatizar que, si están con la dictadura Chavista Maurista no pueden seguir en la coalición. Pese a ser una presión retórica, ambos exigen lo mismo, tener una línea política común al resto de la nación.
En su historia, el Partido Comunista se ha jactado de su lealtad a los distintos gobiernos en los que ha participado. En su momento fueron gobierno con los Radicales, en el mandato de González Videla. Por su actitud obstaculizadora, se acaba promulgando la ley de defensa de la democracia que los persiguió. Luego les fueron leales a la unidad popular, como los más conservadores de la coalición a pesar de no disgustarse por lo que estaba pasando. Estuvieron hasta el final siguiendo férreamente las decisiones de Salvador Allende.
Ahora cometen nuevamente el mismo error que hicieron en los años 40, con Videla. No están alineados a su gobierno, principalmente a la política exterior del país. No son leales al presidente Gabriel Boric, en virtud de que él ataca a una dictadura a la cual ellos validan.
Prefieren mantener su propia agenda y conseguir lo que no se pudo en los años setenta. Eso es, formar una dictadura del proletariado como la que vive Venezuela, primero con Chávez y ahora con Maduro. Un gobierno del pueblo, sin importar que se pierdan las libertades y que se dirijan a la ruina.
Ahí viene la contradicción del Partido Comunista chileno. Si se dice apoyar al pueblo, acá hay uno que no tiene alimentos, que está sufriendo, que está migrando y que el mismo Partido Comunista Venezolano es opositor. Por el contrario, apoyan a una tiranía, defendiendo unos resultados que claramente están desvirtuados y que, con su postura, causan problemas políticos internos al presidente.
La situación es bien clara para cualquier gobierno de izquierda, de derecha, populista, fascista, o como quiera llamarse. Si se persiguen opositores, si se coarta la libertad de expresión, si se persigue a los disidentes y los encarcelan, falsea y no reconoce los resultados reales de una elección, es una dictadura.
El Partido Comunista reacciona como ha sido siempre su política interna con los amigos y con los adversarios. Carmona manifiesta que no se puede objetar el triunfo de Nicolás Maduro, más aún, que no se puede traicionar la voluntad popular. Con esto relativiza la trayectoria política construida en las últimas décadas y sinceramente nos hace dudar de su compromiso con la democracia y sobre todo, con los Derechos Humanos.
Cuál es el real compromiso y deliberación al respecto. No puede ser que se defienda sólo cuando el sector de ellos es el involucrado. En estas materias siempre han defendido legítimamente y en forma correcta de quienes sufrieron des humanidad, salvo cuando esos lugares sean de su misma línea política. Allí, cada país tiene derecho a que no exista intervención en sus decisiones y que se debe respetar los procesos.
Nelson Leiva Lerzundi
Cientista Político.
sábado, 7 de septiembre de 2024
viernes, 6 de septiembre de 2024
jueves, 5 de septiembre de 2024
Las elecciones en Venezuela
Las elecciones en Venezuela
Para todos es sabido que el pasado 27 de julio de este año, se realizaron elecciones en Venezuela para decidir si continúa Nicolás Maduro o se renueva el mandato presidencial.
Elecciones largamente esperadas por venezolanos y observadores internacionales por la coyuntura que vive el país, la crisis migratoria y una dirección que controla todos los poderes del Estado, obcecada en continuar.
Por su parte la oposición a Maduro, al ser continuamente reprimidos y censurados, exigieron garantías especiales para participar del proceso, condiciones conseguidas en el acuerdo de Barbados del año 2023 entre el gobierno y la oposición. En esta firma común se determinó promover los derechos políticos y garantías electorales para todos y la protección de los intereses vitales de la Nación.
Es preciso reconocer que una colectividad de venezolanos tiene la esperanza de que esta elección pudiera marcar una victoria de la oposición y de esta manera iniciar la transición tan esperada. Sin embargo, cerradas las mesas e iniciado el conteo de votos, este tratado comenzó a ser violado.
Con un retraso de varias horas llega el primer boletín, donde el Consejo Nacional Electoral declara a Nicolás Maduro como ganador con un presunto 51.2 % de los votos; y Edmundo González, un 44.2%. Inmediatamente la oposición rechazó las cifras y sentenció que Edmundo Gonzáles había ganado con el 70% de los votos, de acuerdo a las actas electorales que disponían.
Antes los hechos, once países americanos rechazaron la validación del fraude de Maduro, exigiendo taxativamente una auditoría independiente. No obstante, los gobiernos y las cancillerías han sido cautos al reconocer el supuesto triunfo, reconociendo detrás la tragedia Shakesperiana de usurpación y deseo de poder que viven.
Hay un concepto errado en la política moderna, que se experimenta indudablemente en la nación venezolana, eso es un autoritarismo que se disfraza de democracia. Es que puede permitir a un sector político perpetuarse en el poder e imponerse por siempre, ni tratar de establecer un poder sin equivalencias, con una arrogancia desmedida, con falta de respeto al equilibrio democrático y a la libertad de los ciudadanos.
Por esta razón se alzan las protestas, aplicando la lógica de Radomiro Tomic de desobediencia civil, aferrándose a la esperanza de un cambio presionando con manifestaciones. Miles de ciudadanos marchan en las calles con cacerolas rezongando en todas las regiones y en todos los sectores de Venezuela, buscando una respuesta política para volver a la democracia, porque la misma se defiende con la voluntad popular, y si esta no es respetada, tal como dice Santo Tomás, rebelarse contra un gobierno injusto o una dictadura es autorizado incluso por la ley divina.
Solo queda minimizar los riesgos de las protestas, con mucha atención a evitar que se descontrolen, porque el gobierno va a tener que entrar a reprimir con las medidas de fuerza que todos conocemos.
Así están las cosas, todo el régimen dictatorial Chavista Maurita está en la lupa de las sociedades y de Latino América, a la espera de que haya una respuesta y una resolución eficiente del sistema internacional y de las democracias.
La importancia de combatir los métodos usados por Maduro para permanecer en el poder, recaen en un valor político esencial. Cada vez que hay una dictadura y se lucha contra ella, la calidad de nuestro sistema democrático y de nuestras políticas se ponen en juego. Obviamente tenemos que demostrar que los países de Latinoamérica somos capaces de entregar estabilidad, de gobernarnos solos, ser eficientes sin depender del paternalismo de Estados Unidos u de otras potencias. El primer paso para conseguirlo parte por valorar las instituciones.
Para Venezuela aún queda tiempo de espera para alcanzar la democracia. La comunidad internacional intenta mediar entre las partes y para empezar el camino de la paz hay que iniciar con lo lógico, reconocer los resultados electorales como tal, ahí hay un ganador que evidentemente es González. Es más, Maduro debe recordar el juramento que hizo al ser declarado presidente de respetar la constitución, las leyes y entregar la presidencia al Presidente electo Edmundo González que representa la nueva voluntad del pueblo venezolano.
Nelson Leiva Lerzundi
Cientista Político