El debido proceso
Ya no estamos en ninguna clase de absolutismo. Ante una acusación legal se supone que prima el Estado de derecho y el peso de las pruebas determinará si se es culpable o inocente. Esta es una garantía del Estado. Sin embargo, al parecer en los casos de denuncias de abusos a mujeres, ese principio no se está respetando.
Estamos de acuerdo que ante acusaciones de abuso se proteja a las víctimas, con la respectiva anuencia de creer el testimonio, sin prejuzgar y menos re victimizar. Además de no dar ninguna concesión ni beneficio a los posibles victimarios, salvo los del debido proceso.
Porque es evidente que todo aquel que sea imputado, o sea, toda persona a que se le atribuya participación en un delito y que esté en etapa de investigación judicial, tiene derechos a defensa en juicio y a la presunción de su inocencia. En otras palabras, el acusado es inocente hasta que se demuestre lo contrario.
Pero públicamente, con los últimos casos de violación, entre ellos el ex ministro Monsalve y el ex futbolista Jorge Valdivia, desde que han sido denunciados por sus víctimas hemos percibido que ya son considerados culpables públicamente mucho antes que la justicia así lo determine. Medios de todo tipo ajustician solo por ser acusados.
Aclaremos, proteger a las afectadas es un acto necesario, que no se desautorice su testimonio ni menos que se les deshonre en el proceso. En eso estamos plenamente de acuerdo, en virtud que en los derechos humanos se aplica el mismo concepto; reconocer y proteger la dignidad de todos los seres humanos.
No obstante, se aprecia un dejo de malas intenciones de algunos sectores, incluyendo al gobierno que se ve directamente perjudicado. Perfectamente se puede congeniar una acusación con un proceso judicial, ya que para eso están los estudios judiciales. Quienes manejan derecho entienden que una cosa no quita la otra, que se pueda respetar el debido proceso mientras se investiga.
En consecuencia, he aquí la reflexión. En virtud de generar un juicio público a quienes son imputados por estos delitos aberrantes, a modo de funa o escarmiento, luego todos los consideran culpables de antemano, se les abandona y hasta se los deja sin crédito para subsistir. Tal como en el caso de Cristian Campos, que es acusado de violación después de un largo periodo tiempo. Ahora prácticamente no tiene empleo, no tiene cómo sostenerse, y con esta acción está siendo discriminado por un delito que no se ha demostrado.
¿Qué pasa si el tipo es inocente? Si es culpable y se confirma el delito, tendrá una muerte civil y social que está bien que la obtenga. Pero si es inocente, no solamente al individuo no se le cumplió o no tuvo derecho al debido proceso, sino que fue desacreditado y condenado como culpable por un juicio social. Su reputación fue ennegrecida, su familia ya fue quebrantada, quizás perdió nexos, perdió credibilidad, cómo va a trabajar o cómo resarcirá su vida.
En estas situaciones, lo único que se pide, reconociendo que es justo que a la mujer se le considere una víctima y que se le crea, es que se respete la presunción de inocencia al imputado, además que se respete el debido proceso. Para eso están los tribunales de justicia y de garantías judiciales. Deben ser ellos quienes precisen a los medios de comunicación y a la sociedad entera, así como se respeta a las víctimas de cuidar su identidad y su seguridad, es pertinente también hacerlo por el imputado.
No vaya a ser cosa que esto se ocupe como caza de brujas para enlodar, inculpar, inventar denuncias por venganza o por cualquier otro motivo, en virtud de que, en el fondo, si no se apela esto al debido proceso puede pasar cualquier cosa.
Por estas causas hay un principio de la justicia que es evidente, se prefiere un culpable libre que un inocente en la cárcel y, mientras a una persona no se le comprueban delitos, no se la puede tachar como culpable, ni social, ni jurídica, ni penalmente. Lo que aquí ocurre es que hay un trasfondo ideológico y político que se quiere ocupar por fin electoral o por fines de persecución de género. Situación que se está viviendo por este gobierno en particular.
Nelson Leiva Lerzundi
Cientista Político
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