jueves, 17 de abril de 2025

La falsa solidaridad

 

La falsa solidaridad 

Aquí en Chile existe una falsa solidaridad, una solidaridad mal entendida. Lo que existe es caridad, donar dinero, dar limosna, es el existencialismo institucionalizado. La solidaridad real es mucho más que eso, es un valor moral que se puntualiza como la reciprocidad y el apoyo mutuo entre personas. Fundado en la sensibilidad que nos une y que nos permite percibir cuando los demás necesitan de nuestra ayuda, se manifiesta en la promoción de los derechos y necesidades de quien lo requiere. 

Se puede mostrar de muy diferentes maneras en el día a día, en gestos tan sencillos como ayudar a cruzar la calle una persona que lo necesita, ceder su asiento a un adulto mayor o discapacitado, etc. Más aún, la solidaridad buscar entregar las herramientas necesarias para que se alcance la auto superación. Enseñar o entregar los elementos para ser autosuficiente, en contraste con la idea de caridad, la donación o dádiva, que entrega ayuda muchas veces por compasión o por una simple introspección de conciencia. 

Dicho de otra manera, dale un pescado a un hombre y comerá un día. Enséñale a pescar y comerá toda la vida. Es decir, dotar a las personas de las habilidades necesarias para que cuiden de sí mismas va más allá de donarles o regalarle cosas que no solucionan sus inconvenientes. El hacerlo les hace el trabajo demasiado fácil y estas personas se acostumbran a tal dependencia, les genera una falsa sensación de bienestar. 

Con esto quiero decir que en Chile la discapacidad afecta al 17% de la población de 2 o más años, sumando a 3.291.602 personas, y se aborda a través de la ley N°20422 que establece normas sobre igualdad de oportunidades e inclusión social. Así mismo estos constituyen el mayor misceláneo en situación de vulnerabilidad en nuestro país y en el mundo. 

Sin embargo, existen muchas instituciones que han hecho lo posible por ayudar a estas personas que interactúan con las diversas barreras contextuales, actitudinales y ambientales, para su participación plena y activa en nuestra sociedad, quizás de una buena manera y de forma positiva, institucionalizado la caridad. 

Y si bien ha sido útil para cubrir una materia del apoyo, se debe constituir una verdadera solidaridad para ayudar a estos semejantes a superarse, para alcanzar sus metas, para lograr su dignidad, con la finalidad de así salir de las condiciones difíciles en que están y de esa manera coadyuvar a salir a otros que se encuentran en las mismas condiciones. 

Salir de este círculo vicioso es muy complejo de conseguir, porque al parecer la institucionalidad nos lleva a la salida simple, la caridad y sin lugar a dudas, conceder, otorgar siempre será más práctico. 

El trabajo de la caridad en sí mismo, lo vemos en todas esas instituciones de donaciones que apoyan financieramente causas y programas benéficos en donde el donar dinero para rehabilitar es más fácil, que la integración la hagan otros. Si bien la solidaridad no solo empieza con la rehabilitación, sino con la integración, con la incorporación de los individuos o grupos en la sociedad de manera plena y equitativa, permitiendo así su participación activa y contribución al conjunto social. 

Dicho lo anterior, el desarrollo personal de las personas con discapacidad, de hacerlas sentir que pertenecen o que son partes de una sociedad y no actuar con carácter abusivo, ni agresivo, ni ser un discriminador compulsivo con exámenes de conciencia permanente practicando la caridad para sentirse menos culpable, requiere de un acto integrativo de la sociedad. Requiere una disposición efectiva de ayudar a las personas a salir de esta realidad en las que se encuentran, conceder herramientas. 

Por el contrario, instituciones de caridad financiada por el Estado, otras que reúnen anualmente dinero ayudados por medios de comunicación, se hacen notar con más vehemencia, pero que no refleja ni consiguen con claridad el éxito de una integración o superación. 

De donde se infiere que el objetivo es construir una sociedad cohesionada y respetuosa con la diversidad, eliminando las barreras para facilitar la inclusión de personas de diferentes orígenes, características o condiciones. Esa es la reflexión.

 

 

Nelson Leiva Lerzundi

Cientista Político

No hay comentarios:

Publicar un comentario