El menor de todos los males
Efectivamente, cuando nos preguntamos cuál es el menor de todos los males en una democracia es muy difícil percibirlo, porque que son muchos los males: la demagogia, la corrupción, el nepotismo, la ineficacia, la ineptitud, la dejación, la burocracia.
Por el contrario, no importa en qué parte del planeta existamos en algún momento de nuestras vidas hemos tenido que tratar con las instituciones públicas sufriendo verdaderas pesadillas burocráticas (bucles burocráticos); papeleos, llamadas telefónicas, vuelva mañana, tiene que traer este documento, repitiéndose hasta el cansancio, quizás para algunos este podría ser el menor de todos los males, puede parecernos una incoherencia, ya que es uno de los males que más nos aqueja y que más odiamos los ciudadanos, porque nos demoran las respuestas. Tal vez, la burocracia, es un mal necesario para cumplir con estos conflictos jurídicos que se requieren para realizar los trámites públicos, quizás no tienen la velocidad que uno quisiera y que no se aplican de acuerdo a nuestros intereses, si no que van al ritmo y velocidad que quieren darles las oficinas públicas.
Sin embargo, el Estado, el gobierno y la
administración pública para otros serian el menor de todos los males; comparado
por cierto con la corrupción, la demagogia, el nepotismo, que para la mayoría
son los males mayores que toda democracia tiene y que aún no son totalmente controlados
en su totalidad, trayendo males y prejuicios. Por otra parte, usted a un
funcionario público lo pude denunciar a sus superiores, puede enfrentarlo, tratarlo
de tú a tú, y bien sabemos que cuando hacemos un trámite burocrático no vamos a
demorar un buen tiempo, entonces uno se prepara mentalmente para ello, por lo
tanto, la burocracia a mi entender es un mal necesario y el menor de todos los
males.
Nelson Leiva Lerzundi
Cientista Político
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