sábado, 25 de junio de 2022
viernes, 24 de junio de 2022
Gobierno de Boric, parte de un proceso en la historia de Chile
Gobierno de Boric, parte de un proceso en la historia de Chile
Gabriel Boric desde 11 de marzo del presente
año es el presidente de Chile, acompañado en su administración por los partidos
de Apruebo dignidad (AD), Frente Amplio (FA), y el Socialismo Democrático (PS,
PPD, PR, PL, un pacto de gobernabilidad inédito).
A partir de estos tres meses de gobierno, con sus aciertos y desaciertos propios, nos hacemos una reflexión sobre “La Democracia en Chile” de Joaquín Fernandois, quien establece que la historia es un proceso contradictorio, en que los hechos se acomodan de tal modo que lo que permite pasar a una nueva etapa depende de lo que ocurrió o lo que haya ocurrido en la etapa anterior.
Hay que tener claro que la historia de Chile existe. La nuestra como nación no emprende con el estallido social, no principia con la convención constituyente, no recomienza con los últimos hechos de Chile. La república de Chile conlleva 200 años de historia y obviamente en tantos años han ocurrido procesos, y como se refiere el significado de historia como disciplina de las ciencias sociales que estudia y relata acontecimientos pasados de la humanidad, como de las narraciones de los hechos y sucesos verdaderos o ficticios, se concluye que todo lo que fue, todo lo que acontece y lo que ocurrirá de ahora en adelante va a depender de lo que ocurrió en la etapa anterior.
Cuando se empieza una nueva etapa los vestigios de la historia se adecúan a las circunstancias y a los hechos que acontecieron en el período preliminar y con eso reconocemos a todos los gobiernos anteriores, al de Salvador Allende, el golpe militar y la dictadura misma, a los 20 años de la concertación, y así podemos seguir hacia más allá la situación.
Así mismo, que la carta magna elaborada por la Convención Constitucional logre ser ratificada o no, que luego esta pueda solucionar los problemas existenciales, materiales y cotidianos de las personas, y que además que el gobierno logre cumplir lo prometido, consecuentemente, es una etapa más en la posta histórica que se va a acomodar de tal modo como lo menciona su definición, de acuerdo a lo que ocurrió en la etapa anterior, a su legitimidad y a los procesos que se viven en la etapa pasada. Sin duda, en este periodo de gobierno de Gabriel Boric alcanzamos el momento de la siguiente renovación histórica, pero es parte de un conjunto de elementos que permitieron su suceso.
Como apreciamos, la historia es un proceso
que no se detiene, que muta, que genera, transforma y entre todos la construimos.
No podemos negar lo bueno o malo, no se puede ignorar, sobre todo se puede ir
construyendo día a día. Sin embargo, no podemos borrar de un plumazo lo que se
hizo o no se hizo, lo malo, lo bueno, la historia oficial y la no oficial, que
en realidad es también la oficial, lo que pasa es que no se puede contar todos los
años de estudio preparados, así no terminamos nunca. La historia es infinita, pero
su proceso de estudio es finito.
Ahora bien, cómo convertir al
presente en una política concreta. Lo que diría la Realpolitik, pasar de la
teoría a la práctica, a la política real, del romanticismo a las medidas
concretas. Primero que nada hay que reconocer que la realidad siempre es menos
idílica de lo que deseamos, y en estos 100 días de funciones sin duda se ha
complejizado mucho el escenario político del presidente. El primer traspié es
como ha obtenido una aprobación menor que los presidentes Bachelet y Piñera,
dado que su joven coalición se ha visto envueltas en diversas polémicas
políticas que han creado múltiples dificultades, haciendo que su gestión en el
presente sea deficiente y contradictoria, sin poder tomar el control definitivo
de su agenda para iniciar su programa de gobierno.
Evidentemente, esto es lo que tiene que tener claro el gobierno vigente. Ellos deben preguntarse si entraron al gobierno para hacer historia o arribaron para gobernar un país y hacer lo mejor para todos los chilenos tras cumplir con las promesas hechas en campaña. La respuesta les dará la razón y como consecuencia, serán parte de la historia, o en otras palabras, si ellos quieren entrar en la historia por el ego, entonces no lograrán el objetivo.
Nelson Leiva Lerzundi
Cientista Político
sábado, 18 de junio de 2022
viernes, 17 de junio de 2022
Como pecas pagas
Como pecas pagas
Este viejo dicho hace referencia a que de la misma forma como haces las cosas, a ti también te lo harán. Esto se traduce, así como se lo hicieron a Piñera es muy probable que ahora le toque al actual presidente, Gabriel Boric, abrazar la peligrosa cadena de intolerancia política. El primero lo recibió del frente amplio; el actual, de la derecha que viene anunciado posturas desde la elección, fortaleciéndose con dichos por todos conocidos como los del diputado Diego Schalper, “hacer oposición con todo" y "atrofiar" el gobierno de Gabriel Boric, que en el fondo es negarle la sal y el agua al gobierno de turno.
Estos tipos de comportamiento son inaceptables para cualquier sector y desgraciadamente aún siguen existiendo en nuestra política nacional. Sin embargo, es un reflejo de como algunos hacen política en Chile. Llamar a menguar al gobierno en sus desafíos más importantes, es sin duda sumamente pernicioso, desleal, mezquino e irresponsable, por así decir maletero. Desgraciadamente, reconociendo tal cual como son las cosas, el frente amplio y apruebo dignidad no procedieron muy lealmente con el gobierno del presidente Piñera en su oportunidad.
Es innegable que existen necesidades de crear igualdad en el país, es cierto, de allí lo del estallido social que surgió de la comunidad de forma espontánea, por mucho que existan algunas teorías conspirativas acusando que fueron estas colectividades políticas, las que actualmente gobiernan, las instigadoras. Pero de la conspiración a la realidad, las posturas como oposición del actual gobierno destacaron por la persecución constante y la negación a cualquier iniciativa.
Pues bien, como menciona el dicho “como pecas pagas” ahora les toca a esta colectividad gobernar y manifiestamente la derecha les declara la guerra abierta. El resto de los partidos políticos estarán en el medio, contemplando como esta refriega se desata, marcando posturas para favorecer al gobierno en lo que se pueda, siendo de oposición en lo que se debe o simplemente tomando palco, tal como la Senadora Rincón mencionó: “ como va a sufrir el próximo … y yo tomare palco de abajo”. Y a pesar de lo inoportuna que puede ser, su reflexión tiene mucha vigencia pensando en un senado dividido 50/50, que refleja lo difícil que será la aprobación de la mayoría de los proyectos programados por el gobierno.
No obstante, entendamos una cosa, para mantener un país estable se requiere de todas las fuerzas políticas, se requiere de moderación, tranquilidad, de diálogo y de acuerdos, dejar de lado nuestros dogmatismos pragmáticos. La estabilidad es buscar los acuerdos nacionales necesarios pensando en el país y no en los pequeños intereses de ciertos grupos.
En la actualidad, este próspero gobierno
necesita trabajar en su programa, dejémoslos administrar bien el poder y que la
gente se sienta representada por él. Que este asegure que va a cumplir sus
promesas, que sus medidas sean creíbles tanto para sus partidarios como para
sus oponentes. No rumiemos nuestros propios intereses, dejemos atrás el “cómo
pecas pagas” para que este gobierno funcione. Pero por sobre todo hablemos de
democracia, más allá de izquierda, centro o derecha, pensemos en la patria. No
olvidemos señores que sin orden, sin democracia, sin acuerdos, los países no
avanzan y sin república los países se mueren.
Dejemos de pensar con lógica de lo que es adecuado, lo que es conveniente, la posición donde nadie quiere ceder desde su lado político y asimismo del lado contrario. De esta manera es muy difícil lograr acuerdos intermedios que les sirvan a todos. Hay que ser pragmático y buscar el interés general, escarbar los grandes consensos. En otras palabras conseguir acuerdos, obtener grandes conclusiones porque lo más beneficioso es para la mayoría.
Nelson Leiva Lerzundi
Cientista Político
sábado, 11 de junio de 2022
viernes, 10 de junio de 2022
Funas políticas y sociales
Funas políticas y sociales
Hay que hacer notar que en la actualidad las funas por las redes sociales, Facebook, WhatsApp, marchas públicas, pacificas, ruidosas, rayados, propaganda escrita, son una forma de descalificar por medio de insultos a una persona o grupos sociales no admitiendo su libertad de expresión critica o denuncia por algo que no nos gusta o por aquellos que han eludido a la justicia, además, en vez de generar un debate o discusión, enfrentar posiciones, intentar llegar acuerdos, comentar las cosas a la cara, principiamos con estas funas difamatorias, injurias y calumnias, en realidad, todos estos tipos de expresiones son formas de Bulling, nos gusten o no nos gusten, en realidad, es esto lo que nos enseñan en las redes sociales, además, en la vida cotidiana se está generalizando estas funas, por esta razón, se está formando una sociedad, una estructura y generación entera de chilenos y de ciudadanos a nivel mundial que no son capaces de tolerar la divergencia, la discusión, más aun, viven en la burbuja de sus propias ideas, que las mismas abrigan la razón y no son capaces de discutir.
Muchos hablan de dictadura progresiva o conservadora, que se nos coarta la libertad. No se trata de eso, se trata de entender que hay gente que va a estar a favor de la diversidad sexual y otras que no, hay un conjunto que erróneamente puede pensar esta actitud, no me gusta, no es natural, etc., son retrogradas, pero tienen el derecho a pensarlo, puesto que son seres humanos al igual como el otro, que puede tener un interés sexual distinto y no se les puede perseguir por ello, y tiene derecho hacerlo, más aun, no se admiten los machistas, pero los hay, y no los vamos a crucificar por ello, ojalá que cambien, pero ellos decidieron ser así y no los vamos a linchar por aquello, por el contrario, no los podemos obligar a pensar distintos.
Si es feminista, que bien que sea feminista y es activista mejor, pero no tienen que ser intolerantes, y lo son, sin embargo, desgraciadamente no estaremos de acuerdo con ello pero ellas tiene el derecho a ser intolerante, aprenderá con la madurez, así mismo con la ideas políticas, los de izquierda critican a la derecha, la derecha a la izquierda, el centro a ambas, por el contario, no existe un grado de tolerancia absoluto y creen que todo el mundo es dueño de la verdad.
Así mismo, la democracia se construye entre todas,
todos, que tienen el derecho a expresarse como anhelen, tengan o no la razón, y
organizar un debate con altura de miras. Por otra parte, en la actualidad no
contamos con esa altura de miras de nuestros abuelos o mi generación que fuimos
preparados en las clases de educación cívica en la escuela pública como
ciudadano y no en esta burbuja de las redes sociales y de la politización de
ideas, inclusive rústicamente con la mitad de los implementos de ahora, pero nos
preparaban con esa conciencia y tolerancia, existía también la discriminación,
por qué, lo que estamos en contra de la discriminación comprendemos que siempre
va a existir la segregación, ojala se elimine la discriminación para siempre,
pero eso, es una utopía, va a coexistir siempre, por lo tanto, tenemos
que vivir y convivir con la discriminación, puesto que la discriminación cero
nunca va existir, entonces, esto nos lleva a pensar que no se puede generar una
arrogancia política o una arrogancia de ideas o querer imponer ideas y o ser
tremendamente intolerante porque yo soy feminista, tu no, o porque tú eres
machista y mala persona, ojalá cambien, pero tienen el derecho hacerlo,
entonces ese sentido del liberalismo y de respeto puro parece que se ha perdido
en este país tremendamente en especial en estos últimos años.
Nelson Leiva Lerzundi
Cientista Político
La constitución como finalidad primordial
La constitución como finalidad primordial
La constitución tiene como finalidad primordial establecer la ley fundamental de un Estado, que defina las instituciones, el régimen de derechos y libertades de los ciudadanos, más aún ordenar y delimitar los poderes e instituciones de una organización política. La constitución, por lo tanto, no busca establecer la anarquía y este es un advenimiento que entrevemos que muchos constituyentes no manejan a la perfección. Estos quieren crear instituciones sin conocer bien el cómo estructurarlas, que en efecto práctico solo saben lo que no quieren que sean. Aunque tampoco saben cómo crear algo nuevo o distinto para reemplazar lo que no les gusta, y evidentemente esto genera problemas.
Los constituyentes
podrán señalar no me gusta tal o cual institución y, por el contario, deberán subrogarla
por otra, es decir, apoyarse en un principio básico, en una idea general de la institución
u órgano por la cual quiere reemplazarla o llevarla a cabo. Puesto que debe
reemplazar un principio por otro, no puede dejarlo insubstancial, sin algo que
lo substituya,
Como caso típico, no nos gusta el TC (tribunal constitucional) ya que lo ven como un tercera Cámara parlamentaria. Está bien que se discuta su existencia y atribuciones, pero es el órgano que tiene que elaborar el control de la constitucionalidad de las leyes interpretativas de la república. Entonces, su eliminación significa que las normas de ahora en adelante quedaran sin control constitucional.
Por otra parte, se debe crear el órgano constitucional que reemplace al TC, porque no se puede dejar de ejercer control sobre la constitucionalidad. Obviamente, alguien debe fiscalizar las leyes que serán materializadas y que no se pueden ir en contra del espíritu de ellas mismas y por ende de la constitución.
Una Constitución tiene que tener mecanismos de reforma y de control de constitucionalidad con la finalidad de que no haya normas que sean contradictorias con la misma ordenanza y con otros tipos de principios sociales integrativos que se quieran intervenir. Si se quiere reemplazar lo que subsiste estas deben tener una lógica jurídica y deben ser mucho más suprema o más coherente de las que hay. No podemos permitirnos reemplazar un artículo porque no nos gustó y luego dejar un vacío legal, puesto que una constitución técnicamente no admite esos vacíos legales. Además, que el derecho no admite esos insustanciales.
Esto acaba resultando con el juicio que enfrenta actualmente la Constituyente, que la tarea quede inconclusa y que se les deja la faena a los mismos parlamentarios. Si su lógica es dejar al congreso la solución de estos vacíos legales, por qué entonces la ciudadanía no optó por una constituyente mixta (partes iguales entre miembros del actual Congreso y otros electos por la ciudadanía), sin duda se hubiera evitado esta sensación anárquica que estamos viviendo. Lo cierto es que no se pretendió esta opción de participación, producto de la desconfianza hacia los políticos y de no ver con buenos ojos la participación de parlamentarios en esta opción mixta planteada.
De todos modos, debemos terminar con esta anarquía en el proceso de escritura de nuestro reglamento, dejar la exclusión de instituciones y los espacios vacíos sin alternativas de reemplazo. No hay desacuerdos con que se cambie una u otra institución, pero sí que se tengan alternativas viables, bien definidas. Porque si queremos hacer un cambio constitucional tenemos que tener claro que esta constitución será hecha para que se respete, y por ello debe hacerse bien.
No obstante, por el camino que lleva, la
constitución es una señora para ser violada, según diría Portales, y las
reformas tras su salida, de ganar el apruebo, serán un hecho. Eso ha sido lo
que ha representado la política de nuestro país en los últimos años, décadas y
yo creo en nuestros ciclos de historia.
Nelson Leiva Lerzundi
Cientista Político
sábado, 4 de junio de 2022
viernes, 3 de junio de 2022
El otro lado del conflicto mapuche
El otro lado del conflicto mapuche
De acuerdo a los últimos ataques incendiarios acaecidos en la provincia de Arauco, el subsecretario de Interior Manuel Monsalve vinculó estos hechos a bandas dedicadas al robo de madera, vehículos y narcotráfico. Más aún, destacó que este robo de madera está organizado por delincuentes que cometen el ilícito a plena luz del día, y presume que el fin de ellos está dirigido al financiamiento de las actividades terroristas que se están dando a lugar en el sector.
Qué duda cabe que este es el otro lado del conflicto mapuche, que no solo se queda en la reivindicación territorial, el término del abuso y la discriminación. El conflicto principal existe, y la legitimidad para solucionar y terminar con este problema ancestral de 140 años que tiene con el Estado de Chile, es de lo más válido y necesario. Las soluciones parten por lo mínimo con su reconocimiento como una nación con ciertas regalías, tomando acciones como las que algunos países del orbe tienen hacia sus pueblos originarios, sin llegar a ser independientes. Por sobre todo, devolverles los territorios en demanda como se ha dicho, aunque reconociendo que no se puede dar la totalidad de los aspirados.
En esta lucha no todos los mapuches están involucrados, se ve que principalmente son los sectores más jóvenes los que no están abiertos al diálogo, quizás por su situación actual, la expropiación de sus tierras, las desarticulaciones de sus comunidades, de su religión, de sus tradiciones y de su lengua. Motivos que los involucran a los grupos de resistencia armada: CAM, WAM, RAM, RMM y otros organismos, los que hacen y deshacen en la araucaria.
Estos grupos, dedicados a la violencia, mantienen una escalada de atentados que han afectado a víctimas inocentes, familias que han perdido sus viviendas, algunos la vida en atentados, e inclusive atacando a sus propios congéneres mapuches. Acciones que acaban deslegitimando a cualquier arreglo histórico que pueda hacer el Estado de Chile con sus pueblos mapuches. Es decir, esto tiene que detenerse.
Además, de ser ciertas estas vinculaciones con el robo de madera, las que financiarían las mismas actividades terroristas mencionadas, en los poblados de Malleco, Bío Bío y Cautín (macro zona sur), transformándola cada cierto tiempo en la crónica roja de los noticieros nacionales e internacionales, es que el gobierno de turno debe tomar acciones y erradicarlos, por el riesgo que representa a la hegemonía y a la seguridad de la nación.
Muchos tenemos simpatía por la causa mapuche, entendemos el origen y entendemos las necesidades de solucionar el problema. Sin embargo, estos contrastes entre el reconocimiento del conflicto y la violencia de por medio para conseguirla, hace que la solución real parezca ser irreal en muchos aspectos y en muchas causas. Recuperar tierras ancestrales es muy difícil. Reconocerlos como nación es posible, pero darles autonomía se complica más. Porque el conflicto va mucho más allá que eso, se suma la rabia, odio, peleas internas, le sumamos rivalidades, e inclusive podemos pensar que hay hasta intervención políticas de uno u otro lado. No lo sé, en este momento podemos imaginarnos cualquier cosa ante la falta de información e inteligencia de los responsables de mitigar la violencia. Todo esto genera que sea una situación compleja en conjunto.
La real y más sensata solución es buscar una convivencia, debemos tener una lógica de dialogo y hay que tomar el hilo del tema. Aunque los grupos más radicales no han mostrado interés de diálogo, inclusive han forzado el tablero al atacar a la Ministra del Interior Iskia Siches en su primera visita a Temucucui. Entonces, cuando estos grupos de radicales no les interesa el diálogo, tampoco le interesa las nuevas propuestas para el problema. Han tirado la mesa antes de sentarse, y se acabó el juego.
¿Qué hacemos cuando
se acaba el juego? Bueno, nos ajusticiamos. Entonces, a eso estamos llegando,
violencia genera más violencia. Con esto no va ganar nadie, y el único que va a
perder es Chile, y eso lo que realmente importa.
Nelson Leiva Lerzundi
Cientista Político