Las necesidades económicas de la concurrencia
Las necesidades básicas de toda persona son un tema tan discutido principalmente porque son ineludibles, y según el grado de satisfacción de ellas se determina el nivel de condición de vida que se tiene. Dentro de las principales necesidades que poseen las personas, la más elemental es la necesidad de sobrevivencia, los elementos básicos como alimento y abrigo. La segunda necesidad más relevante es la asociada al refugio, posesión de una vivienda o mantención de esta misma, como pago de servicios, arriendos, electricidad, agua y gas. Y para conseguirlas, la necesidad de fuentes laborales y empleo.
En la actualidad, en nuestro país y región la pandemia ha traído muchos problemas económicos a una gran mayoría de los chilenos, a pesar de todos los bonos otorgados por el gobierno saliente. Con ello, las necesidades más básicas se ven comprometidas, desplomándose como una cadena de eventos, el perder un empleo va complicando la vivienda, los servicios y peor aún, la alimentación.
No obstante, este no es un tema ajeno al país. El covid solo vino a resaltar bastante lo que todos sabíamos, hay muchas familias que lo están pasando mal, familias que han vivido toda su vida con el mínimo y con la necesidad de endeudarse continuamente para logar sobrevivir. Por esta razón, estos temas nuevamente se han transformado en un tema político, resaltándose en medios y reclamas. Para poder saciar estas necesidades básicas, muchos son las familias que se endeudan, pagan y se vuelven a endeudar.
Muchos opinan que nos falta educación cívica financiera, también ahorro y muchas otras cosas. Por el contrario, numerosos nos preguntamos cuánto nos servirá el aumento del sueldo mínimo de $ 380.000 desde el 1 de mayo en el país, pero por sobre todo cómo se resolverá el problema de las jubilaciones. Ya sabemos que son una desdicha, bien las jubilaciones son de estrechez porque los sueldos son muy bajos, o por la baja taza de cotización o por pérdidas muy altas en los multifondos. Entonces qué harán los distintos bloques políticos para darle solución, la discusión ya está abierta.
En cambio, una responsabilidad ineludible recae en una mayoría del empresariado, quienes solo pagan el sueldo mínimo. Ellos no buscan una remuneración mayor, sólo el mínimo más comisiones y eso a los ciudadanos les afecta a su calidad de vida, subsistiendo con lo mínimo, necesitando por lo tanto trabajar más de la cuenta para tener una mejor vida. Con este estilo de vida, nacen las frustraciones que explican en parte el estado del proceso social existente. Esto no es solo es una insurrección como dicen algunos por ahí, sino un proceso social de frustración, de enojo, de encono, quizás mal dirigido por cierto, pero hay que entenderlo desde ese punto de vista.
La clave para superar las actuales diferencias sociales, sería superar la brecha de las remuneraciones. Este es mejor argumento posible para el conflicto, mejorar la calidad de vida y las condiciones para la mayoría de chilenos que no alcanza a suplir sus necesidades. Además, no es solamente subiendo el sueldo mínimo, sino que también subiendo los sueldos bases, el estándar de vida, compartiendo las riquezas que el país da para con todos y no llevándoselas para la casa.
De todos modos, no necesariamente tiene que venir un gobierno de izquierda, de derecha, centro, radical, socialista, derecha social, democristiana, lo que sea. No, esto tiene que ser desde un pacto social bien entendido, no como esté pacto social que trae la constituyente que va ser prácticamente lo mismo que los otros. Este nuevo pacto debe venir de una conciencia política Roussoniano, en que yo cedo parte de mi voluntad para generar un consentimiento general. Un contrato social que nos permita vivir mejor, en paz y con estabilidad. No obstante, esta altura de mira debe provenir de la sociedad plena, la política, económica y los ciudadanos, todos de pie riñendo, muy a pesar de nuestra cultura que siempre busca la ventaja ladina hasta en lo más mínimo, que hace casi imposible de realizarla. Si no se hacemos este cambio continuaremos comentando lo mismo, al perecer con un sécula seculorum, o sea, hasta el fin de los tiempos.
A pesar de todo, el aumento aprobado por el
congreso por propuesta del gobierno en ejercicio, nos alcanzara para cubrir
durante un mes: 1 kilo de pan diario, el arriendo de una habitación básica, el
costo de los descuentos previsionales y de salud y el valor de los pasajes para
ir volver al trabajo. Tendremos que seguir endeudándonos, sin ahorro, sin
expectativas.
Nelson Leiva Lerzundi
Cientista Político
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