viernes, 10 de febrero de 2023

La política que escupe populismo

 

La política que escupe populismo


El populismo es la nueva forma ya institucionalizada de hacer política. Apelan a las emociones e ímpetus del electorado. Reclaman el voto en su totalidad de los principales grupos sociales de una población, abanderándose como los únicos representantes. Ocupan Twitter y todo tipo de herramientas de convencimientos para persuadir al público, haciendo uso de discursos y las maneras más polémicas para conseguirlo.

Efectivamente, este es el tipo de política que usan los nuevos políticos, unos que sin dudas no deseamos que existan. Se desprenden del racionalismo y proponen medidas que a pesar de impresionar a sus electores, son de dudoso cumplimiento. Usan ideales que se refugian en el más profundo sentimentalismo, como los versos de canta autores, utilizados al momento de presentarse a una elección con el fin de adornar sus propuestas, hacerlas llamativas, populares. No obstante muchos desconocen que la realidad siempre es menos idílica de lo que deseamos, complejizando mucho el escenario político.

Lo estamos comprendiendo en partidos como el Republicano, creado el 2019 y definido como un partido de extrema derecha; con los demócratas, partidos en formación que pone en el centro a chilenas y chilenos y que se define en la moderación, el sentido común, y sobre todo los cambios graduales y tranquilos para Chile; con el partido de la gente, algo parecido a la derecha en su protección los intereses del consumo, pero exigiendo mayores beneficios para la clase media; finalmente con el frente amplio y otras agrupaciones políticas que siguen la misma línea, arrinconadas hacia la izquierda. 

Esto pasa cuando cuatro o más personas se fastidian con un partido, con causas o sin razón de ello. Luego cuando tienen la oportunidad, crean partidos políticos sin ideologías, sin militantes, y muchas veces con el puro monograma de intenciones, prometiendo a los jóvenes, adultos y a los más mayores un nuevo Chile. En sus propuestas brillan la mejor distribución de la riqueza, mejor educación, salud y trabajo, la defensa de los derechos humanos, de la dignidad e igualdad, prometen estabilidad, etc. Medidas propias de los progresismos modernos, pero sobre todo dicen lo que la gente quiere escuchar. No se hacen responsables de sus aseveraciones, hacen el populismo permanentemente. 

En el fondo, es el nuevo tipo de políticos que les gusta a los ciudadanos. Ya no les atraen los grandes proyectos, las pocas o grandes ideas de antaño, porqué obviamente la política y los partidos los han decepcionado. No cumplieron con sus expectativas. El populismo es un camino fácil y ofrece directamente lo que desean oír. 

El problema de los populismos es que van menospreciando la política del día a día. Por lo menos usted con los partidos tradicionales, los reconocidos, tiene a quienes inculpar y proscribir la culpa. Conoce a los responsables, Estos tienen toda una historia y trayectoria, sea buena, mala o regular, pero es una historia que tienen mecanismos de control en su interior para regularse, para responsabilizarse. 

Por el contrario, los nuevos son aventuras que usted no sabe cuánto van a durar, compuestos por militantes que se separaron de sus partidos por desavenencias, por disputas. Estos personajes no representan esa ideología, no llegaron acuerdos, buscan alguna candidatura individual, tienen otros intereses o simplemente se cansaron y vieron la oportunidad de crear su pyme política. Es una realidad que con la política se gana dinero, más creando partidos que se acomoden a ese trabajo. 

Por lo tanto, los populismos políticos y electorales hay que darles un fin o regularlos. En esta nueva discusión constitucional se debe definir muy bien el sistema proporcional, para que estas fuerzas minoritarias populistas no tengan un apoyo, o que las tengan con un límite determinado de porcentajes de representación. Esta medida podría ser una fórmula para empezar a combatir estos movimientos, para obligar a tener partidos más competitivos, que mejoren sus comportamientos y mejore el clima legislativo. Y sin duda, también es necesario ser conscientes al momento de votar, porque el populismo se está institucionalizando de esa manera y desde todas las tendencias políticas sensatas. 

 

 

Nelson Leiva Lerzundi

Cientista Politico

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