sábado, 31 de mayo de 2025
viernes, 30 de mayo de 2025
Ya se vienen las elecciones… y se dejarán caer
Ya se vienen las elecciones… y se dejarán caer
Desgraciadamente, en esta época electoral, de nuevo se centrará la atención en las promesas electorales y se les dará vigor a las diferencias ideológicas entre unos y otros sectores, como tantas veces hemos visto. Sin embargo, muchas de esas promesas serán incumplidas, y las diferencias serán más extremas para diferenciarse.
Como dijo muy sabiamente Don Patricio Aylwin “se gobernará en la medida de lo posible”. A la sazón, como no prometer rigurosidad de los partidos políticos, la fiscalización y la búsqueda de la credibilidad del Estado, si tener más o menos de este, discutir por propiedad privada o pública. Pero sobre todo, por qué no prometer el justo medio.
De la misma manera, en época de campañas electorales hemos visto el fragor político de muy distintas maneras, prometiendo reformas de todo tipo, como la Reforma Educacional, el pago de la deuda histórica, Reformas tributarias, incremento salarial, sueldo mínimo, entre otras tantas comprometidas con el electorado o votantes, firmando todos los acuerdos habidos o por haber para ganar una elección. En virtud de que ganar una elección, al parecer para algunos, vale todos los senderos necesarios para poder obtenerlo, si bien, acto seguido que lo vayan a cumplir está bastante lejos.
Por eso planteamos la idea del justo medio, es decir, elegir el término que intersecta ideas en común y no los excesos, ni menos ser el candidato por defecto para los electores, ya que más gana un político serio y responsable al prometer lo que puede cumplir, administrando la recta razón, con prudencia, sin engañar a la población que cree y deposita su confianza con su voto.
En particular, cuando el votante desea ser engañado ya no es culpa de los políticos la responsabilidad. Allí, ya es parte de la incumbencia de la misma comunidad que prefirieron la demagogia, anteponer que le mientan a la verdad y a la realidad, que muy bien aplica el verso de Arjona “prefieren la mentira que los haga feliz a una verdad que les amargue la vida”. No aplicar el pensamiento lógico de escuchar la verdad y seguimos siendo amigos.
No obstante, esa va hacer la lógica de las campañas, porque el justo medio como bien lo plantea Aristóteles, no es lo que hoy en día dirige la política. El sentido común, la buena praxis, ya poco importan, más bien como electores todos estamos esperando que nos convenzan con atisbos demagógicos. La gente se acostumbró.
De igual modo, tras la poesía viene la prosa. Y en la estación de la lírica se promete el oro y el moro, abiertamente se cae en extremos y se tensiona el ambiente al máximo, olvidándose del justo medio, darle a cada cual lo que le corresponde. Buscar una igualdad en aquellos aspectos que se pueden lograr acuerdos, eso debería ser lo que rija en la política, pero obviamente el justo medio pierde su sentido por la fantasía, el fanatismo, el ardor de los discursos, el fragor de la campaña, la búsqueda del voto, la obsesión por ganar, que se transforma en las formas de hacer política hoy en día y que, obviamente, después si no se concreta trae el disgusto de todos los ciudadanos y de los electores en forma generalizada.
Ahora podemos decir, que el gobierno actual ganó la campaña prometiendo aire: dignidad, igualdad, justicia. Pregunta ¿usted ha visto, la dignidad, la igualdad y la justicia caminando por la calle?, ¿ha visto la igualdad, justicia, dignidad, la libertad expresada en forma concreta?, muy rara vez.
Esos son conceptos vagos que sólo se pueden ofrecer en una campaña, porque de acuerdo al justo medio y de acuerdo a la realidad, las utopías sirven para la lírica de la campaña. Si bien, tienen que ser aterrizadas a una prosa concreta para que el pueblo entienda y no se sienta timado, ni utilizado. Tampoco se intenta tratar de simplones a la gente de no entender, sino que hay muchos candidatos pseudo intelectuales de todos los sectores, sobre todo de izquierda, que subestiman el interés del ciudadano, ensoberbecen su sentido común y se aprovechan de su desconocimiento de la política y de la educación cívica.
En pocas palabras, emplazamos a entender la idea de justo medio, buscar la templanza, el equilibrio, como bien lo planteaba Aristóteles como herramienta requisitos para el conocimiento de la política y de la educación cívica, sobre todo en esta época donde la demagogia parece posarse en cada uno para iniciar a vender la lírica que tarde o temprano se transformará en una mala prosa, que se trasmutará en la realidad que muchas veces trae disgustos y desazón. Por lo tanto, la importancia es quedarnos con el concepto justo medio y aplicarlo para una reflexión clara para nuestra decisión política las que se vivirán en este año.
Nelson Leiva Lerzundi
Cientista Político
sábado, 24 de mayo de 2025
viernes, 23 de mayo de 2025
sábado, 17 de mayo de 2025
viernes, 16 de mayo de 2025
En la política deben existir cambios en las formas
En la política deben existir cambios en las formas
Es claro que en estos dos últimos gobiernos no se ha entendido que hay un fondo y también hay formas en la política. Habría que decir que el “fondo” encarna los principios, los conceptos, las causas o valores extremados a una acción o decisión política, mientras que las "formas" se refieren a los métodos, las estrategias o las presentaciones utilizadas para expresar o implementar esos principios. En otras palabras, el fondo es lo que se persigue lograr, y las formas son cómo se revuelve lograrlo.
Entonces, las formas son igual de importantes que el fondo, pero desgraciadamente en Chile se han perdido y nos hemos envuelto en torno a una política maleducada que no ha cuidado su proceder como establece la lógica política diplomática, la cual disguste a quien no le parezca, pero guían el contexto o el origen de las formas.
Por lo tanto, si hay ideas o proyectos que posiblemente no le gusten a la mayoría de los interlocutores políticos, si se manifiestan de la forma adecuada pueden tomarse con altura de miras. Eso es usar las formas. Por el contrario, si no se puede discutir una idea, no sacamos nada con el gobierno de turno sea cual sea su tendencia. Si no se respetan las formas políticas y se acaba rompiendo los códigos; o actuando de forma inadecuada predisponiendo a cero el diálogo y sin tener la mínima intención de discusión, el objetivo de la política se vuelve nulo, y en consecuencia, no se construye ni se potencia a la ciudadanía.
Es por esto que las formas en el mundo de la política, más aún en el mundo de la diplomacia, son fundamentales y muchas veces los sectores políticos nuevos, donde los jóvenes dan sus primeros pasos, intentan resquebrajar las costumbres puesto que quieren imponer sus propias reglas. Afortunadamente, la política no la inventaron estos caballeros y estas señoritas.
La política siempre ha sido propia del ser humano. No nace de estos nuevos ideólogos políticos, sino de pensadores como Aristóteles y Platón, quienes idearon las bases para el estudio de la política y organización social siglos atrás, aportando una sabiduría de estructura, de códigos, de formas, de mecanismos. Por lo mismo, se proclama que la política es un lenguaje distinto que debe aprenderse y experimentar para razonar con quien se estime conveniente.
Entonces, dicho lo anterior los nuevos sistemas políticos, de los distintos partidos políticos, los principiantes agentes políticos y todos aquellos que quieran participar en una discusión política, deben por imposición ética y moral aprender y estudiar el lenguaje como corresponde.
Dicho de otra manera, la política actualmente está operando como lo hace por el lenguaje de los grupos alternativos o de las agrupaciones más jóvenes que deforman el castellano, el lenguaje o el idioma, y que obviamente el resto de la sociedad no logra conectar con sus códigos de comunicación, lo que no está mal para los jóvenes cuando quieren divertirse, pero en materias de responsabilidad y de discusión política se requiere que ciertos códigos existan para poder coexistir en el mismo lenguaje.
Sin embargo, eso no significa que la política no tenga que responder a las nuevas necesidades y a la problemática de los más jóvenes, a la ambigüedad de una sociedad moderna y actual, sino que estos tienen que notificar de esos imposibles con actualizaciones a esos mecanismos de lenguaje que todos puedan entender para que todos puedan unirse y llegar a posibles soluciones.
En consecuencia, aquí en Chile existe un manejo de códigos políticos que ninguno quiere entender, particularmente todo el mundo razona la democracia a su gusto y tiene su propia visión de la política. Es más, algunos entienden que la democracia es expresarse libremente; otros que la democracia es hacer lo que le plazca, con libertad para todo; mientras otros entienden que la democracia es puro orden y discriminación, y no es así.
Sintetizando, la democracia es el gobierno del pueblo y para el pueblo, en donde tienen cabida todas las expresiones, así mismo debe existir un orden, libertad de expresión, libertad de asociación, soberanía popular, participación política, estado de derecho, derechos humanos y otros. También incluye deberes, que deben congeniar de una forma organizada, cívica y civilizada que es lo que muchos actores políticos no entienden o más bien lo hacen, aunque prefieren comportarse como inmoderados para expresarse a su conveniencia. No se debe primar en los lenguajes facilistas si deseamos llegar a acuerdos en algún momento.
Nelson Leiva Lerzundi
Cientista Político
sábado, 10 de mayo de 2025
viernes, 9 de mayo de 2025
jueves, 8 de mayo de 2025
La disyuntiva sobre qué estatua usar, Baquedano o Mistral
La disyuntiva sobre qué estatua usar, Baquedano o Mistral
Tras ya varios años del retiro al monumento al General Baquedano en Plaza Italia, el gobierno finalmente intenta definir su sitio definitivo y reemplazar su antigua ubicación por un monumento a Gabriela Mistral, configurando una escaramuza entre los que están a favor de uno o de otro.
Respecto a ello, aquí no hay que manosear la historia, no hay que dar una visión ideológica, ni reivindicaciones políticas, ni tampoco buscar personificaciones de una por sobre la otra. Tanto la poetisa Gabriela Mistral como el General Manuel Baquedano disfrutan de reconocimiento por todo el país, pero claramente tienen ordenaciones y visiones distintas en la historia de Chile.
Todas las representaciones tienen su historia, es decir, las circunstancias por las cuales fueron concebidas. Esta en particular, corresponde a un reconocimiento a la guerra del pacifico, símbolo de la unidad nacional, el idealismo del guerrero chileno al servicio de su patria que llega a entregar su vida en el cumplimiento del deber, como Arturo Prat, Ignacio Carrera Pinto y tantos otros.
Porque nuestros héroes son figuras que van más allá de cualquier color político, o los gobiernos de turno, ellos son parte de la unidad nacional, de nuestra tradición, son parte de nuestra historia y la historia de un país que se quiere, se respeta.
Dicho lo anterior, la plaza Italia o plaza Baquedano es el lugar en donde 1928 se instaló su estatua para recordarlo. Entonces, por qué desconocer su rol de combatiente destacado, héroe nacional en vez de descontextualizar su figura histórica. Debemos ubicarlo en la línea de tiempo a la que perteneció, en sus labores de guerra, dirigiendo, planificando y combatiendo. El general Baquedano ganó una guerra luchando junto a muchos chilenos y chilenas para anexar un territorio que hoy es la fuente de mayor ingreso del país. El monumento o cápsula conmemorativa, es un reconocimiento a su ejemplar carrera militar y vida personal dedicada a la patria, ese es su valor.
Hecha esta salvedad, no podemos empequeñecer a nuestra primera Premio Nobel de literatura, que no tan solo es reconocida en el país, sino que en todo el orbe. Posee monumentos y reconocimientos en todo el territorio, aunque el mayor reconocimiento debería ser más leída, sus libros y publicaciones reeditados y promovidos.
En definitiva, ambos son figuras importantes de nuestra joven historia en roles y en situaciones totalmente distintas. El problema acá es darle una connotación política, ocuparlos como figuras de la historia nacional en un contexto político e histórico distinto, usarlos para justificar los principios que defendían en el estallido social. Ambas son figuras connotadas que están más allá de un pensamiento ideológico, están más allá de la izquierda o de la derecha. Sino que ambos representan el respeto a la patria.
Por lo tanto, me niego terminantemente a aceptar una nueva contradicción que este gobierno nos impone al manosear políticamente a héroes de la historia, que nos pueden gustar o no, que tienen luces y sombras como todo protagonista que ayudó a forjar el país. No obstante, eso no les quita ser reconocidos por sus aciertos y el aporte en beneficio de la patria, no nos venguemos, no seamos puristas. Simultáneamente, muchos nos negamos a aceptar que esta administración trate de politizar y simbolizar todo políticamente a su gusto, aun cuando su representación es del 30%.
Entonces, lo que le pedimos al gobierno y a la ciudadanía es que vean el contexto, no busquen a través e la historia sacar dividendos políticos, hacer una simbología política barata, porque aquí lo que hay que buscar son símbolos que unan al país, no busquemos dentro estos símbolos un conflicto artificial para sacar dividendos políticos. Indiscutiblemente, esto no significa que las personas no puedan manifestarse libremente o que no puedan expresar su descontento en la llamada plaza Baquedano o Italia, ahora dignidad. Está bien que así sea, pero no con una violencia inusitada, repudiable, sin respeto a sus compatriotas. Tu democracia termina cuando transgredes la del otro.
Para concluir, ¿Cuál es el mejor lugar para ubicar a nuestros héroes? Qué duda cabe, cada uno de nosotros pensará de una manera diferente y habrá muchos cientos de pensamientos, muchos tal vez coincidan, pero llegaremos a lo de siempre, no podremos ponernos de acuerdo y la discusión será eterna. Creo que el mejor lugar radica en el pensamiento y alma de cada chileno que se respete.
Nelson Leiva Lerzundi
Cientista Político
sábado, 3 de mayo de 2025
viernes, 2 de mayo de 2025
jueves, 1 de mayo de 2025
Las primarias presidenciales
Las primarias presidenciales
Confirmados algunos precandidatos presidenciales a las elecciones 2025, muchos han manifestado competir en las primarias, mientras otros como los representantes de la derecha tradicional reconocen querer llegar directamente a la primera vuelta de noviembre. Los opositores al actual gobierno Johannes Kaiser (PNL), José Kast (PR), Mónica Rincón (Demócratas) y otros pre candidatos hablan de ir a la elección final. No quieren ir a una primaria.
Es fácil percatarse que los precandidatos pretenden ocupar las primarias como una primera vuelta, medir su peso político y el valor de su partido dentro del futuro gobierno, pero hacerlo significa un desangramiento, una especie de antropofagia.
Y en este momento están dadas todas las condiciones alineadas para que de facto la derecha sea el próximo gobierno y para ello sólo deben trabajar hermanados. Sin embargo, no todos van a optar esta opción, ya sea por una razón egoísta o de ambición personal.
Al menor error de sus antagonistas se apuñalarán entre ellos provocando un espectáculo para la población, una carnicería, creando un ambiente propicio para los analistas políticos.
Por otro lado, vale cuestionarse para qué creamos un mecanismo de primarias, si ya existen candidatos pregonando ir directamente a una elección final. La lógica entonces es, que se presenten todos a elección en diciembre y se acabó el problema.
El tema, como ya establecimos, es que muchas coaliciones quieren evitar el desangre que esto produce, porque al ir separados las posibilidades de gobernar disminuyen. Al mismo tiempo, para la derecha esto no es una dificultad. Ellos viven en disyuntivas, más bien buscan el conflicto interno y externo, necesitan estar enemistados entre ellos y con los del frente, sino dejarían de ser la derecha.
Explicaciones encontramos en que la derecha chilena ideológicamente quedó liquidada desde la disputa liberal conservadora que logró consolidar una ideología de sociedad. Por eso aparecieron los radicales, se produjo la secesión de los conservadores y apareció la corriente social cristiana. Luego, se reagrupan los sectores de izquierda, empezaron a crear partidos y a homogenizarse. Imponen ideas en el debate, radicales en su momento.
No obstante, la derecha jamás ha logrado tener una hegemonía ideológica o establecer una ideología más allá de la disputa liberal conservadora que tuvieron hasta muy adentro del siglo XX y, digamos casi su extinción el año 1965 en la creación del Partido Nacional que dura hasta el golpe o pronunciamiento militar, en donde la derecha trabaja para el régimen militar.
Si bien la derecha ideológicamente se va a descansar a la casa, mantiene el poder. Acto seguido, se reactivan para el año 1988, y aparecen los mismos políticos que estaban en receso, regresan nuevamente a plantear el mismo problema como si hubieran retrocedido 40 años y se trazan nuevamente las diferencias existentes entre ellos, y que se siguen manteniendo hasta el día de hoy, con nuevas corrientes liberales o conservadoras.
Pese a todo este tiempo, la derecha no ha generado soluciones de gobierno. No han espigado una visión intelectual y política, y evidentemente ahora no es la excepción.
Con esto quiero decir que Piñera fue un individuo que venía del centro político que al no recibir espacio, logró construir y armar un plataforma en la derecha para su beneficio, y que vino a solucionar momentáneamente las carencias en el sector. Pero, todo esto sin darles una ideología en sí, sino que apadrinarles un símbolo o armazón que defienda los principios, la libertad económica y ciertos bastiones de autonomía política a la usanza y en el modo Piñera.
En sí, la derecha no tiene un trabajo ideológico, no tiene un orden. No evolucionan, no dejan atrás la discusión liberal conservadora. Ejemplo de ello fue nunca acoger la corriente social cristiana, la que al final tuvo que salir de ahí y establecerse en otro lado.
Entonces la derecha no tiene aún un norte político ideológico y no se sabe cuándo lo conseguirá. Aún así, son competitivos por inercia pues cuando nos cansamos de un determinado sector hay que votar por ellos y con eso ganan el gobierno por un tiempo.
El panorama ahora
está igual, entre la derecha clásica de Mattheis y Kast, y por su lado Kaiser
con sus ideas más radicales, demostrándose que la pugna liberal conservadora en
la derecha se sigue manteniendo, más polarizada y más brutal que nunca.
Nelson Leiva
Lerzundi
Cientista
Político