miércoles, 8 de diciembre de 2010

“Algo olía mal en Valparaíso”


Esto es lo que se preguntaron las autoridades al ver como se estaban manejando la plata de las licitaciones para viviendas sociales que evidentemente no estaban llegando al destino para lo que fueron creadas y por el contrario llegaron a manos que las llevaron a sus arcas personales, también por cierto a financiar quizás que tipo de actividades, hasta el momento todos presumen que es financiar campañas políticas, tal vez, de muchos parlamentarios nuevos que ahora se hacen los desentendidos y rasgan vestiduras con el tema.

Lo más lamentable de todo esto es que se instala poco a poco una especie de impunidad y de falta de sorpresa frente a quienes tiran las manos, o más bien reciben los sobres, lo que los hace actuar con descaro absoluto y apropiarse sin pudor del erario público, sin escrúpulos y sin medir consecuencias, convirtiendo las platas fiscales en un botín preciado por muchos, amparado por un sequito de individuos que representan una flecha roja, que al parecer tienen mucho de demócratas pero muy poco de cristianos.

Esto último reafirmado una vez más por el hecho que los perjudicados son familias honestas y humildes que postulan a tener como todos una vivienda propia y de calidad, como se merece cualquier chileno, pero es claro que esto no es lo más importante para estos políticos, sino más bien sus cálculos y operaciones que se anteponen a cualquier escrúpulo y peor aún algunos hasta se jactan de ello.

A parte de todo esto, pudimos presenciar en este reportaje no sólo como los acusados se burlaban tan campante de aquello, sino que se enredaban tirándose la pelota unos a otros, además, ocupando la filosofía que es en si una herramienta loable y de crecimiento para el ser humano, para nada más ni nada menos que defender sus paupérrimos actos y justificar lo inexplicable e inaceptable.

Lo peor de esto es que el ente fiscalizador que es el congreso sale en mi opinión bastante mal parado de todo esto, ya que lo que se pudo apreciar fue ver  una comisión que en gran parte de las entrevistas se vio sobrepasada y tanto consultados como acusados de tener responsabilidad política, decían lo que querían, se desenvolvían con mucha libertad terminando a sus anchas las distintas consultas echándose la culpa unos a otros con el intendente demarcándose de todo,  otros  claramente decían “yo sólo recibía los sobres” etc., el hacerse el idiota parece que es siempre buena herramienta y los diputados bien gracias, que salga lo que salga, mientras muchas familias seguirán mirando sus casas por fuera y quizás, ni Dios lo quiera, algunos no lleguen ni a habitarlas.


¿POR QUÉ SE PRODUCE ESTO?

Es simple, se instala cada vez más fuerte en el país la cultura de la irresponsabilidad, la frescura política y el abuso de todo tipo, nadie quiere hacer bien las cosas sólo ganar plata ocupando las instituciones como herramientas y trampolines que sólo sirven para que inescrupulosos y frescos roben y abusen teniendo a los partidos políticos como sus instituciones favoritas ya que estos se olvidaron de la ética y su doctrina, convirtiéndose en máquinas por y para el poder usando los problemas de la gente para llegar a él.

Esto ocurre en todas las instituciones políticas, en todas aquellas donde se hace política, lo que podemos ver lamentablemente a diario, convirtiendo a las instituciones del estado en victimas de estos facinerosos y otras en cómplices, producto de su ineficacia, que los parlamentarios, no todos por cierto hacen mal su pega o simplemente son ineptos, lo que no nos asegura la regulación de los problemas y protección de los más débiles, ya que los frescos se roban además de la plata, la película y el protagonismo, dejando al descubierto la ineptitud e ignorancia de los honorables.

Por otra parte, los partidos están lamentablemente denigrando la política ya que dejan entrar a ellos “cualquier cosa” peyorativamente hablando, sin control interno en la actuación de la militancia, sin ética publica ni privada, cada cual se las arregla como puede con las evidentes nefastas consecuencias que van destruyendo la credibilidad  de loables ideales a los que tratan a esta altura representar y si a esto le sumamos una ciudadanía pasiva se seguirán enquistando este tipo de costumbres y abusando de familias e individuos sólo por el hecho de poseer un poder circunstancial.

Por último, la gran lección que deja este caso es la necesidad de la denuncia y fiscalización de la autoridad política en la que juegan un rol relevante los medios de comunicación, ya que a través de estos se pueden denunciar y conocer estas realidades, más por cierto la organización ciudadana para que se cumplan sus derechos y se eviten abusos para continuar con esta lucha implacable contra los buitres y parásitos políticos que quieren denigran, no sólo al que más necesita, sino también a la tan loable idea que dicen representar.



Nelson Leiva Lerzundi
Cientista Político

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