Las entidades religiosas propusieron al presidente un posible perdonazo por las fiestas del bicentenario, lo cual esta mal dicho, ya que lo que se propone es una rebaja de condena, pues el perdón es más bien un aspecto valórico y moral que va por parte de los afectados, en este panorama se plantean que es un gesto humanitario el otorgar este beneficio a los distintos reos, lo cual, sin duda, va acorde con los principios que guían a las instituciones religiosas.
A raíz de esto se empezaron a presentar las objeciones de distintas partes, como no hacer beneficiario de esto a los que atentaron contra los derechos humanos y a los que cometen crímenes graves, como asesinatos, violación, etc., indicados por el mismo gobierno para no dar una señal de debilidad ante la delincuencia.
El debate que se genera lo concluye el presidente al comunicar al país que no habrá indulto generalizado, se estudiarán caso a caso quienes serán los beneficiados y por último una reforma carcelaria para optimizar y mejorar los recintos penales existentes, lo que es un paso importante para el trato humano de los reos, indudablemente.
Al narrar brevemente los hechos y al tomar en cuenta que los violadores de derechos humanos quedan fuera a pesar de las aspiraciones de algunos sectores sociales y políticos, podemos decir, que esta iniciativa es positiva y de gran calidad no sólo religiosa sino que humana, pero lamentablemente esta siendo politizada por el espectro político nacional, en especial por el presidente y su gobierno que buscan un protagonismo y un posicionamiento de imagen referente a este tema, buscando afianzar su agenda anti delincuencia y seguridad, guiada por entre otros por el Senador Espina, que en realidad no es negativo a grandes rasgos, pero si busca tratar de crear la sensación que el país esta sitiado por delincuentes y que estos no dejan vivir a la gente, lo que es un grave error, ya que los motivos de la existencia de esta son variados y siempre no se propagan por todos los sectores ni menos existe una cultura del delito como se quiere hacer creer.
En realidad el problema debe enfrentarse sin politización, sin dobles intenciones, sin dar espacio a la impunidad, con esto quiero decir que no basta con plantear la idea de detener la delincuencia cuando no sólo el trasfondo jurídico es el que importa, sino que el político es el que más prima, ya que el beneficio político de imagen hasta el minuto es superior a las iniciativas de parar la delincuencia. La pregunta es si el gobierno tiene la capacidad para enfrentar la delincuencia o simplemente nos quiere hacer creer que parar esta es su máximo objetivo, se dice que se busca una modernización del sistema penitenciario, la cual debe empezar no combatiendo al delincuente, sino que anticipándose a ellos, que es la única manera de ganarles la batalla.
Por ello el gobierno debe explicar como pretende aplicar su plan de tolerancia cero, bajo su perspectiva y con un fin informativo para la opinión pública, no para hacer lavados políticos que favorezcan a la autoridad presidencial, como por ejemplo, reuniones con familiares de victimas y todas aquellas acciones que buscan cuidar y crear imagen más que la solución del problema.
En definitiva, por su intención y su imagen dura, anti delincuencia que están construyendo, se niegan a indultos, sólo buscan estudiar caso a caso, pero cuál criterio aplicarán, jurídicamente todos deben cumplir su pena por el hecho de ser sentenciados, salvo la existencia de beneficios que existen por ley y que el gobierno no puede usar a su beneficio mediático, ya que su ejecución no depende solo del poder ejecutivo y que trae como resultado una manipulación de los preceptos básicos de la justicia y de los principios religiosos para ser un espectáculo político, donde nunca de verdad importó lo moral y lo religioso, salvo a las iglesias, si no de dar una señal mediática política que beneficie al presidente, lo cual las iglesias se lo dejaron en bandeja y caen ingenuamente a través de sus buenas intenciones a dar el pie para un nuevo espectáculo gratuito de la presidencia, convirtiendo esta loable iniciativa en un aprovechamiento vil, ya que la politización del tema sirve para posicionar liderazgos, no el tema de fondo, una reforma a las cárceles y al sistema de vigilancia que sólo quedó en promesa y se toca en forma tangencial , el perdonazo, lamentablemente es parte del problema, no la solución, la cual se consigue, si y sólo si, únicamente por criterios jurídicos , sin los criterios políticos que ensucian los problemas y no permiten su fin que es lo que conviene al sector político.
Nelson Leiva Lerzundi
Cientista Político
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