La pobreza, es un tema. Es habitual que se hable de ella, que se hagan estudios sociales, culturales, políticos, etc. Sin embargo, nuestros políticos que al igual que muchos no conocen en rigor la dificultad que conlleva, ni están cerca de vivirla, rasgan vestiduras cotidianamente con ella, puesto que es un recurso fácil y sencillo, y no sólo para captar votos y ganar imagen, sino también para enlucirse ellos mismos o a sus actitudes. Por ello es difícil hablar de soluciones, pero sí se pueden analizar las actitudes.
Desde el regreso a la democracia que comienza la gran tarea de los sectores políticos de sacar al país del sub desarrollo. Esta fue la gran tarea de la concertación, logrando bajo su administración gestionar algunas políticas al respecto. Algunas con resultados, otras no.
Ante el nuevo escenario político, el actual gobierno pretende generar sus propias políticas frente a una pobreza que va en aumento, producto entre otros factores del reciente terremoto y la inoperancia del aparato público. Pero frente a esta realidad, el gobierno no sólo propone sus soluciones, sino que descalifica lo hecho anteriormente.
Dentro de sus soluciones, tenemos en primer lugar la creación de un ingreso ético familiar para la subsistencia básica de una familia, idea que la iglesia católica puso en la agenda junto a otros credos con el fin de disminuir la brecha de los recursos y mejorar la calidad de vida de los más pobres de la sociedad chilena. El gobierno busca realizar esta gran tarea para enfrentar el crecimiento de la pobreza que se ha denunciado últimamente.
El segundo punto, o medida, es la creación de un ministerio de desarrollo social que busque implementar y desarrollar políticas sociales para enfrentar y controlar la pobreza en aumento. Dar salidas, suponemos, de alcanzar desarrollo en los estratos más pobres, lo que en el papel es muy positivo, pero en su ejecución donde se pierde el rumbo.
Por otro lado, en general las políticas concertacionistas no fueron equivocadas para aplacar la pobreza, aunque se cometieron ciertos errores, como la concentración de las medidas en los sectores más humildes y miserables, olvidándose de los sectores más emergentes. Son los trabajadores en general, la clase media baja, clases medias tradicionales, las que poco a poco se fueron empobreciendo, creando como resultado una pobreza estructural, profesional, etc,.
Es innegable que esto es producto de los escasos recursos y de su focalización, situación social en el que la concertación priorizara su políticas y no en los sectores medios, aquellos sectores que se ven amenazados a reingresar a esta cadena de empobrecimiento.
Entonces, de lo expuesto por el gobierno acerca de la pobreza es una verdad a medias, ya que en ella influyen muchos factores, como la educación, la autosuperación, las oportunidades, etc., las que no todos tienen. Y que algunos ni siquiera conocen esos conceptos, lo que es más grave.
El ingreso ético familiar es una idea positiva, ahora debemos ver como se forja, ya que los sueldos son relativos para vivir según los empleos, zonas geográficas, etc.. Además, el mínimo se dictaba por el valor de la canasta básica, un mecanismo a veces muy arbitrario. Ahora, el mecanismo es ético, ¿cómo se determina? La ética de uno es distinta a la de otro, hay que fijar criterios comunes para hacerlo estable, eso sin tomar encuesta las triquiñuelas empresariales para no subirlo o no pagarlo, ¿El gobierno resistirá esas presiones?, ¿La CUT negociará política o sindicalmente?.
En fin, esta idea debe sortear todas estas y más presiones, lo que disfrazará el proyecto inicial y el objetivo final se conseguirá, pero no como se crea en las expectativas.
Y con respecto al ministerio de desarrollo social, la historia del país indica que estas políticas a largo plazo funcionan como es el caso de la CORFO , la CORA u otras instituciones gubernamentales organizadas y de buen funcionamiento, pero no como ministerios ya que se vuelven torpes, excesivamente burocráticas, focos indiscutibles de corrupción, ya que las maquinarias partidarias meten muy bien su cola y para que salgan es casi imposible, por ende es una idea a madurar y crear como una especie de CORFO, CORDESO o un mecanismo parecido muy fiscalizado, con una estructura autónoma como el ministerio público y que evidentemente no sólo cuente a los pobres, sino que les ayude a salir de su condición, que además fomente el desarrollo para evitar la pobreza estructural y profesional de aquellos que no tienen trabajo. La pobreza que todos olvidan.
En general las medidas políticas deben ser más realistas y menos populistas, los políticos chilenos han olvidado aquello y por lo contrario han creado soluciones parche, nuevos tipos de pobreza, la cual no quieren enfrentar producto que no escuchan al principal actor en el problema.
Gobiernan para el pobre, pero sin el pobre, no reconocen que es mas grave la pobreza estructural, que es el mayor descontento y frustración. Sólo para reflexionar ¿cuál es el sueldo ético, para el?
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