viernes, 26 de agosto de 2022
Generación dorada de la política
Generación dorada de la política
Así como la generación dorada del fútbol, ese grupo de jugadores que cambió la historia deportiva de Chile, la Generación dorada de la política cambió el escenario político y consiguió su trofeo, la presidencia del país. Por la juventud y la desconformidad creada por el gobierno de la concertación, el frente amplio y apruebo dignidad efectivamente se pueden considerar como la generación dorada de la política, una renovación a la política.
El desarrollo de la generación dorada del fútbol se fue dando a través de diversos procesos, paso a paso tras logros personales y grupales, los cuales incluyeron a distintos entrenadores y distintas formas tácticas, muchas novedosas para lo que había sido el modo de la selección chilena. Así mismo, una camada de jóvenes organizados se levantó como una alternativa a la política tradicional, organizándose en las aulas y marchando por las calles solicitando una educación pública, gratuita y de calidad. Estos también vivieron su proceso para ir cambiado el país, con una mezcla de ideas de centro izquierda y social democracia, ideas que representaban diferencias al entonces centro político tradicional. En resumen, surgieron para disputarle el poder al duopolio de la derecha y la concertación.
De este modo, comienzan a tener representatividad pública y dan inicio a sus nuevos movimientos, a excepciones de algunos que pertenecían a partidos políticos ya de conocimiento y de tradiciones en el país, como el partido comunista. Salvo esos dirigentes, se arman toda una generación de estudiantes dispuesta a alimentar pequeños proyectos de partidos, hasta que estos se transformarían en los partidos instrumentales a lo que es hoy día el frente amplio. Por esta misma razón, una mayoría de liderazgos de estos estudiantes reunidos en la CONFECh ingresarían a la Cámara de Diputados el año 2014, entre ellos Camila Vallejos (PC), Giorgio Jackson (RD), Karol Cariola (PC) y Gabriel Boric (ID).
Sin embargo, desde el inicio tuvieron que someterse al proceso formativo de relacionarse con el poder político y la administración de la potestad, y en este proceso de maduración en donde algunos destacaron más que otros, el acuchillamiento, las rivalidades políticas y los deseos por el poder fueron parte de su aprendizaje.
Para fortuna de este proyecto, se encuentran con el estallido social. De este hacen la correcta lectura, por el adecuado accionar de algunos de sus integrantes, que los llevan nada menos que a presentar una candidatura presidencial, la cual coronan con su victoria. Por mucho que no esperaran el resultado, a boca de muchos de ellos, en la actualidad dirigen el país.
En efecto, la generación dorada de la Política chilena no se demoró tantos años en alcanzar la madurez de su homóloga generación dorada del fútbol, fue mucho más rápido, pero sin alcanzar la plena madurez política requerida para ello. La obtención de este triunfo carece de la sabiduría necesaria para ir generando una visión de soluciones políticas, las que se logran con la previa preparación en estudios individuales, en experiencia de negociaciones, de manejo administrativo. Es decir, el frente amplio no pensó jamás que conseguiría el poder. No tomó resguardos para ello, como crear un solo partido en vez de pequeñas estructuras.
Ahora están gobernando y la falta experiencia de esta generación dorada los está afectando fehacientemente. Se ven en una dinámica de ensayo y error, constantemente cometiendo deslices para aprender de ellos. Aunque en sus roles de parlamentarios de oposición sin experiencia, molestaron, fiscalizaron, e interpelaron al ejecutivo en el poder, ahora como partidos oficialistas eso no basta. Más aún, deben administrar y gobernar y se sienten al debe, que no alcanzaron a estudiar y a prepararse por la médiate, y con una grave falta de reflexión autocrítica.
Quizás esta sea la primera y la última vez
por esta década que tengan un gobierno, ya que en política, el péndulo de las
votaciones oscila entre darte el poder y quitártelo, luego no sabes cuándo lo vas
a obtener.
Nelson Leiva Lerzundi
Cientista Político
viernes, 19 de agosto de 2022
jueves, 18 de agosto de 2022
La constituyente termino como empezó, con polémica
La constituyente termino como empezó, con polémica
El día martes 28 de junio recién pasado y tras un año de trabajo en la creación de la propuesta de la nueva constitución, la convención constituyente termino en polémica con la mesa directiva por no dar conocer el preámbulo de los informes finales con todos los cambios incorporados luego de la sesión de la comisión de armonización, contradiciendo el principio y normativa que se encuentra en el reglamento de la convención “la transparencia”. Muchos querían conocer la versión definitiva antes de que se entregara al Presidente y a la ciudadanía para por si había que hacer alguna observación, la directiva explica, que se tuvo que cambiar por el principio de coherencia para mantenerlo congruentemente con lo que se había hecho.
En otras palabras, una vez más queda demostrado, que aquí hubo una mayoría legítima que quiso imponer su quórum de no escuchar a las distintas minorías existentes en la convención. A la sazón, la Convención Constitucional termina como principió; con escándalos, más aún, diversos episodios connotados de mentiras de un diagnostico medico de uno de sus constituyentes, imponiendo su pensamiento en una mayoría sin tomar en cuenta la minoría, en contraste, con la Comisión Ortúzar, esta propuesta constitucional es más democrática, la elegimos nosotros, aunque, no necesariamente se eligieron con un criterio jurídicamente representativo, salvo algunos, aunque, fueron grupos de presión o nichos políticos que se vieron representados y que querían consistir en la influencia para redactar esta nueva constitución, muchos se vieron sobre representados y otros sub representados.
A ciencia cierta, esto se ve en las decisiones y en los temas que se concernieron, por el contario, se ve representado en el último gesto de esta discusión con la directiva al no querer enviar la versión definitiva entregada al presidente Boric, para su lectura, acá dominó la opinión de la directiva, que omitió los acuerdos para cambiar un artículo relacionado a pueblos y naciones pres existentes al Estado por “pueblos y naciones indígenas“ propuestas que ya se habían acordado no cambiar, tan solo, mejorar redacción, gramática y lingüística.
Con todo, muchos constituyente tanto de derecha y otros sectores reclamaron por este cambio arbitrario, ya que este ha sido el comportamiento de la constituyente desde los inicios, en su mayoría, al parecer de muchos no pesaron en Chile tan solo pensaron en sus parcelas particulares y a quienes representaban, de ningún modo pensaron en el acuerdo jurídico global, jamás pesaron que este era un pacto político y jurídico además y evidentemente eso ya la sesga, aunque, hay muchas cosas positivas en el resultado final.
obviamente, anteriormente era un error decirlo,
era una imperfección decir no me gusta
lo que está sucediendo, pero ahora lo decimos, lo dijimos siempre y lo decimos nuevamente,
ahora con mucha mayor propiedad, aquí no se puede cometer el mismo error que el
que realizó la Comisión Ortúzar, que una minoría al final tome las decisiones y
no se tome el bien común de todos los grupos, porque, en el fondo este proceso
constituyente aunque más democrático de fondo y de forma está cometiendo los
mismos errores sectarios que la comisión Ortuzar, a la sazón, cuál va a ser la
diferencia, es que va hacer un poco más participativo, sin embargo, igual son
cerrados, igual tienen dogma de fe político de alguna manera, no tienen claro
que instituciones quieren crear, tienen claro que no le gusta, pero que
evidentemente carecen muchas de principios políticos y de un marco jurídico
adecuado hay mucho abogados que accedieron, más bien, como hinchas político que
a aportar una lógica jurídica, ingresaron a una vendetta del sistema a vengarse
de jueces de la administración jurídica, que puede que no les guste o no, que
necesita cambios, sin duda, pero cambios mejores de los que ellos están proponiendo,
sin dudas y bien hecho, por lo tanto, este tipo de sucesos son lo que más
llaman la atención de cómo un país hecha a perder y pierde oportunidades que se
les dan.
Nelson Leiva Lerzundi
Cientista Político
viernes, 12 de agosto de 2022
jueves, 11 de agosto de 2022
El apruebo y el rechazo
El apruebo y el rechazo
Se acerca la fecha para el plebiscito de salida con los partidarios del apruebo y el rechazo enfrascados en fieras campañas de difusión sobre la opción a escoger. El apruebo representando a la nueva redacción, distanciada a la impuesta en dictadura, asegurando mayores derechos sociales y plurinacionalidad, pero de alguna manera incompleta y recriminando a los poderes del Estado que no fueron capaces de responder en 30 años a sus demandas; mientras el rechazo, por un modelo ideológico que resistió adaptarse a la situación actual del país, pero que ataca a esos flancos dejados por la redactada propuesta, debido a su poca coherencia y de los muchos vacíos legales y jurídicos.
Sin embargo, ¡qué el apruebo y el rechazo no celebren tanto! porque cualquiera de los dos opciones que gane deberá llegar a un acuerdo político al final.
Por lo tanto, es inminente que si gana el apruebo la elección como nueva constitución, el gobierno esté en la tarea de modificar aquellos elementos más cuestionables, como la justicia, el contenido de anuencia indígena y todos los otros elementos que han ido creando indecisión en la opinión pública. Se deberán llenar los vacíos que deja, y obviamente para ello se tendrá que llegar a un acuerdo político, mismo que está ratificado por la aprobación de la constituyente en el plebiscito. Es un hecho que deberá haber reformas. En resumen, como lo planteó de manera simbólica la ex presidenta Bachelet “no es perfecta, pero es lo que siempre yo soñé”.
Por otro lado, si se rechaza la propuesta constitucional también se abrirá otro proceso. El día 25 de octubre el 2021 una mayoría votó por la redacción de una nueva constitución, más aún, asentada en ser redactada por representantes electos. Esto es un mandato que impide la continuación simbólica de la constitución de 1980, o al menos ya no puede permanecer tal cual como está. Por lo tanto, al ser rechazada la propuesta habría que reformar la actual. Y en este aspecto ya hay ideas y posibles acuerdos políticos como tentativas.
En este aspecto, gane el apruebo o el rechazo y sin que lo pretendan muchos se ha ido transformando en algo que francamente da lo mismo. Evidentemente ya la representación ciudadana que se quería ha ido perdiendo el prestigio y sumado demasiada oposición. Mejor dicho, los ciudadanos comunes y corrientes que fueron elegidos como nuestros representantes constituyentes, por sus declaraciones, por querer ser actores políticos, por las medidas extremas, por ser algunos por ser obstruccionistas, por no tener nociones jurídicas otros, han ido generado todos los problemas presentes y venideros.
Por eso, esto ha ido llevando el proceso apruebo o rechazo a una situación que no es sólo mediática, sino que es real. Da lo mismo una opción que votar, porque entendemos que ganando una u otra opción tendrá que haber un acuerdo político para que esto funcione. Desgraciadamente, querámoslo o no, quienes administran el territorio son los poderes del estado y los políticos sus representantes.
Si se rechazará, bajo la estructura demandada por el plebiscito, se tendría que discutir todo nuevamente a partir de cero. Entonces es repetir el proceso, o prolongarlo inevitablemente por un buen tiempo hasta consensuar un nuevo procedimiento de cómo mejorar la constitución que nos rige. Y lógicamente, que también llegarán a un acuerdo político si se aprueba.
Concluyendo, cualquiera que sea elección augusta este 4 de septiembre nos espera un extenso sendero de conversaciones y acuerdos políticos entre los partidos de gobierno, derecha, centro, centro izquierda y también el parlamento, para encontrar la tan esperada constitución que no represente a todos, que de confianza, credibilidad, esperanza. Sobre todo como instituyeron algunos teóricos, el justo medio, la voluntad general, el acuerdo primordial para que una sociedad tengan principios y cimientos democráticos profundos y coherentes.
Nelson Leiva Lerzundi
Cientista Político
viernes, 5 de agosto de 2022
Gobernar es educar
Gobernar es educar
“Gobernar es educar”, fue el lema de campaña de Don Pedro Aguirre Cerda, presidente de Chile entre los años 1938 a 1941 por el Partido Radical, en la primera de tres administraciones seguidas del partido, las cuales promovieron la industrialización y la educación al servicio de los intereses populares. En otras palabras, así como muchos otros gobernantes en el mundo, se estableció un fuerte lema que movilizó a partidos, movimientos, gremios y en conjunto desarrollaron un proyecto de desarrollo donde la educación pública era el pilar para conseguir la justicia social.
Pedro Aguirre Cerda, como profesor tenía muy claro que un pueblo en la ignorancia no tiene futuro. “Gobernar es educar” desde esta perspectiva un país tendrá las armas para lograr un desarrollo socio político y así evitar caer en deterioros internos. Educar es la responsabilidad que tiene el estado para con su pueblo que todos tengan la misma oportunidad de perfeccionarse en un clima de igualdad social para todos, universal, equilibrado y que no sea tan solo del conocimiento que todos conocemos, sino que además de educación cívica, la educación ciudadana, la humana, la sencilla educación de respeto mutuo por todas las ideas, creencias y el trato ante nosotros mismos.
Así mismo, gobernar es producir, crear empleo, trabajo y los gobiernos se olvidan de esta realidad y dejan que los privados hagan todo. El Estado no hace mucho esfuerzo por hacerlo y que cada uno tiene que sobrevivir sólo sin el apoyo de nadie.
Administrar es escuchar y de esto se olvidan reiterativamente, porque las autoridades políticas ya sean de gobierno, de oposición, de izquierda, derecha, centro, no escuchan a la ciudadanía, muchas toman decisiones y el pueblo no participa. Por eso tenemos casos como los que ocurrió en la constituyente, en donde las personas no fueron educadas y escuchadas políticamente. Se adolece de los conceptos básicos de política, sólo se buscaron los intereses sin mayor sentido político, desconociendo sus roles y responsabilidades, es decir, no estaban suficientemente educados en la tarea.
Gobernar también en presagiar, pronosticar, tratar de advertir los hechos, anticiparse a las respuestas y dar soluciones antes que los conflictos emprendan, lo cual en política últimamente al parecer no es una facultad que tengan los partidos, ni los gobernantes. Gobernar debiera ser empatizar, de colocarse en el lugar del otro, aunque no acomodarse para la foto, para la campaña o para el discurso del 21 de mayo, sino que para solucionarles el problema, hacerlo carne y política de Estado, de futuro. Gobernar es dar soluciones, respuestas políticas antes y sin tener que improvisar.
Por otro lado, gobernar también es influir, es tratar de que el resto entienda tu pensamiento e intentar convencerlo. Gobernar es proveer dentro de todo lo posible lo mínimo para que de ahí en adelante los ciudadanos se sientan cercanos, considerados y tomados en cuenta. Gobernar es cuestionar sus propias decisiones de gobierno, ser el primer autocrítico para dar respuestas, con discursos y acciones que sean coherentes con sus programas y con las necesidades de la personas. Gobernar es definitivamente planificar, ningún gobierno debería improvisar ni ser un despelote, todas las decisiones tienen que planificarse y anticiparse.
Gobernar es muchas cosas, y por el contrario en eso los gobiernos generalmente dudan y cometen errores. Entonces, estas tres palabras “gobernar es educar” que representan la marca del gobierno radical, más que todos los conceptos es lo que significaría de alguna otra manera la palabra gobernar, que mucho gobernantes pareciese que basta con tener una banda atravesada en el pecho ejerciendo el poder, dejando al libre albedrío de la ignorancia a sus ciudadanos, sin tener la posibilidad de ser críticos y autocríticos, dificultándoles ver a los demagogos los cuales los encantaran con cantos de sirenas, impidiéndoles elegir entre la verdad y la mentira.
Nelson Leiva Lerzundi
Cientista Político