sábado, 29 de abril de 2023
viernes, 28 de abril de 2023
jueves, 27 de abril de 2023
Los conceptos que no ha podido entender el gobierno
Los conceptos que no ha podido entender el gobierno
El gobierno ya lleva más de un año en gestión y el gran problema que presenta en la actualidad, es su falta de entendimiento de ciertos conceptos políticos sobre la dirección del Estado que le hacen trastabillar constantemente.
Sin duda no ha estado a la altura, da la impresión de estar satisfecho con su accionar, pero no ha tenido la capacidad de administrar bien el poder y que la gente se sienta representada por ellos. En esta dinámica, han descuidado el trabajo en su agenda y con ello cumplir sus promesas electorales. Tampoco han sido capaces de dar credibilidad a su gestión, tanto a sus partidarios como a sus oponentes. De esta manera, no han establecido las pautas mínimas de dirección política que asegure confianza en su accionar, quitándole respaldo ciudadano.
Mejorar su desempeño requiere de profundizar sobre ciertos factores políticos que todo gobierno debe afrontar.
El primer factor es la gobernabilidad. Al carecer de la aceptación y la legitimación de sus representantes por parte de las organizaciones políticas y de la sociedad civil, quienes en conjunto viabilizan las obligaciones de un gobierno, se ven desprovistos del equilibrio necesario para ejercer el poder y de la capacidad de responder eficazmente sobre las demandas sociales. Su ejercicio se ve afectado por conflictos internos y desencuentros por falta de comunicación. No obstante, la gobernabilidad no puede estar sujeta a discusiones y peleas permanentes, consistentes vueltas de carneros, metidas de patas y posicionamientos individuales endémicos.
Son estos errores de comportamiento, sumados al de un sistema político poco responsable que no toma en cuenta las acciones de los sectores opositores, muchas veces saboteándolos para su propio beneficio, que la sensación de ingobernabilidad empeora.
En cambio, la manera de hacerlo bien implica tener fija una hoja de ruta política que nos indique la dirección de trabajo, un objetivo como gobierno que motive el apoyo de las fuerzas políticas. Esto exige que exista un programa definido, ejecutado preferentemente por sus partidos sin el apoyo de socios o alianzas políticas, validando su legitimidad como representantes de la sociedad civil.
El segundo factor es la humildad, porque todo gobierno debe actuar con la suficiente mesura. Los gobernantes no son los dueños de la verdad, y en este periodo particularmente están aprendiendo a ejercer el poder político. Al ser una coalición primeriza, van a cometer tantos o más errores como cualquier otro gobierno. Entonces, les conviene aprender y ejercer la humildad como elemento básico del accionar político.
Una dirección ideal reconoce el valor de los demás, se abre a nuevas ideas, entabla diálogos enriquecedores y de confianza con sus opositores, escucha a los otros, se expresa con condescendencia y actúa con modestia y sencillez. En otras palabras, deben tomar conciencia de sus propias limitaciones, debilidades y actuar en consecuencia.
El tercer factor es la selectividad, que las perspectivas de sus compromisos legislativos y proyectos presentados en campaña deben estar al corriente. Sobre todo, discernir cuáles proyectos son más viables o factibles de realizar, que tengan preponderancia para ser aprobados por sobre otros.
Un cuarto elemento que se relaciona con el anterior, es la realidad del ideal aspirado, y este tema es el más difícil. Tiene que existir la capacidad de proyectar un equilibrio entre lo que se elija como materia de desarrollo y la viabilidad de hacerlo, el resultado debe ser efectivo para que causen los efectos políticos positivos a la ciudadanía. Sin embargo, puesto que a veces se eligen materias o vicisitudes que no están dentro de sus límites de acción, los resultados naturales llevan a la frustración y el descontento total de parte de la ciudadanía, que al no ver cumplidas las promesas rompe su relación con el gobierno de turno.
Es claro que cada decisión del gobierno afecta a la sociedad civil, por lo que la imagen que proyectan así como sus elecciones, los acercarán o alejarán según los resultados obtenidos. La mejor manera de ganarse a la ciudadanía, es elegir batallas que se condigan con los intereses ciudadanos y que sean factibles de encausarlas bajo su dirección, con una cohesión interna como fuerza política. De otro modo, continuarán sin estas nociones básicas, a la deriva.
Nelson
Leiva Lerzundi
Cientista
Político
sábado, 22 de abril de 2023
viernes, 21 de abril de 2023
jueves, 20 de abril de 2023
Emplazamiento a colectividades por demagogia
Emplazamiento
a colectividades por demagogia
La demagogia, ese mecanismo que mediante concesiones y halagos a los sentimientos elementales de los ciudadanos, que utilizados buscan ganar adeptos a quienes representar y construir con ellos una plataforma de poder, o tal vez de mantenerlo, está menoscabando la actividad política con sus prácticas. Y en estas actitudes participan cualesquier ciudadano que haga política, es decir, en ellos caen desde líderes políticos y líderes mutuos, a colectividades ciudadanas y asambleas populares que representan a las organizaciones sociales.
Sin lugar a dudas, en la actualidad los líderes sociales y
políticos coinciden en una cosa sobresaliente, para ellos la difusión, la resonancia
de exhibirse en los medios para representarse como líderes de opinión, tener
siempre la última palabra, ser referentes en la materia, acontecer lo que la
multitud quiere escuchar y ser representantes de ellos, es su mayor capital.
No obstante, la mayoría de las veces no tienen el conocimiento requerido, sino por el contrario destacan por la falta de sentido común. Aún ante esta falta de preparación en materias de interés, construyen una imagen que favorece el discurso adecuado a su población de nicho.
Evidentemente, ante esta sencillez de criterios nos lleva a interpelar cómo está su formación política y las de sus partidos. Además, debemos cuestionar fuertemente el adiestramiento que surge desde estos partidos ideológicos para la formación de estos dirigentes sociales. La discusión sobre lo que defiende una doctrina queda relegada a un costado, sino que se debate por las prácticas con las cuales se difunden, y como se proponen solucionar los problemas de sus comunidades.
La importancia de la dirigencia social radica en que aportan confianza en las vecindades, formando un nexo entre instituciones y este mando intermedio de dirigencia, a través de su trabajo representativo e intervención directa en la comunidad que representa.
Sin embargo, sumado a las prácticas demagógicas muchas organizaciones sociales se encuentran fosilizadas y sin actualizar, otras cuantas existen sin estar activas, pero todas se mantienen en el papel y en los registros. Entonces ante estas fallas intermedias entramos en una crisis que afecta directamente a la política y a los principales actores designados, con los partidos políticos y sus dirigentes sociales de por medio.
En el pasado, era el rol del gobierno proporcionarles a las dirigencias sociales las herramientas para que su elección sea lo más eficiente en la cimentación de una sociedad plenamente democrática. Fue Eduardo Frei con la Ley N°16.880 de promoción popular, una iniciativa que estaba destinada a fomentar las organizaciones comunitarias y a fortalecer la participación de sectores tradicionalmente marginados de las decisiones nacionales, orientada a la capacitación cultural, deportiva, social, capacitación de dirigentes populares y la organización sindicales entre otras. Más tarde fue cambiado por Salvador Allende con el nombre “Consejería Nacional del Desarrollo” definida en siete líneas de acción.
En la actualidad, parece que se ha terminado este trabajo y se ha finiquitado destrozado por desuso, la mala práctica, por la poca formación y la falta de representatividad. Con esto, las dirigencias desgraciadamente prosiguen el mismo camino que los partidos políticos. Por lo tanto, no hay que confundir la representatividad popular con el trabajo efectuado. Los dirigentes y los partidos políticos están teniendo el mismo problema de falta de legitimidad y cada vez se nota más.
Tanto políticos y algunos dirigentes sociales hacen el juego perverso de comprometerse con todos los partidos políticos a cambio de vicisitudes, lo que genera y da cabida a la corrupción, quizás no una fermentación de baja monta que este a la vista, pero existe y también es corrupción.
Y en el caso particular de los partidos políticos, su escasa formación solo les deja la maquinaria presente, reticente a formar nuevos dirigentes, sino que por el contrario desea saciar sus propias necesidades, habidas de fomentar esos caciquismos políticos y verlos favorecidos para ellos mismos. Se convierten en operadores o líderes sindicales, lo cual es evidentemente es algo que se transforma en un ciclo nefasto.
Nelson Leiva Lerzundi
Cientista
Político
sábado, 15 de abril de 2023
viernes, 14 de abril de 2023
Magallanes siempre mirando hacia el pasado
Magallanes siempre mirando hacia el pasado
Tanto Magallanes y Punta Arenas como Capital Regional, están siempre mirando hacia al pasado, ese pasado de regionalismo exitoso que con gran esfuerzo y trabajo agenciaron el impulso al desarrollo industrial y comercial, tales como el Puerto Libre, la Zona Franca, el polo industrial, entre otros. Sin embargo, a pesar de estos avances, esta región y sus representantes actualmente no miran hacia el futuro.
En otras palabras, en los últimos gobiernos de turno hemos continuado con la propuesta del Plan Especial de Desarrollo de Zonas Extremas, a la espera que las obras contempladas en dicho programa se materialicen para mejorar la calidad de vida y desarrollo humano de los magallánicos. Pero se percibe muy poco avance en el desarrollo de este plan, y peor aún, hay muy bajo desarrollo intelectual en quienes dirigen o representan la región, la elite política-social, que solamente busca sus propios intereses y que demandan conocimientos para mantener su supremacía.
Para terceros, no hay una elite intelectual, no hay un pensamiento crítico, no hay una estructura de alternativas. Existen pocas elecciones de formación profesional y de postgrado como en el norte del país, por lo cual muchos jóvenes emigran de la zona, perdiendo capital humano que aporten con el conocimiento a su región de origen.
¿Por qué ocurre esto? De inicio, las oportunidades para el desarrollo personal son limitadas. Luego, hay que evidenciar una estructura mecánica subyacente en la mentalidad que limita, evita el desarrollo y no deja experimentar nuevos paradigmas en función de mantener el statu quo, de mantener los arquetipos que los beneficia en lo social, en lo económico y en lo político. Esos paradigmas son intocables, independientemente del sector político que gobierne esta región.
Considerando que Magallanes es una de las regiones más conservadoras del país, en el sentido de preservación de conductas y tradiciones, muchas veces ante acciones de progreso tienden a retrotraerse a otros tiempos, como si no se pudiera avanzar o se tuviera que detener. Estas acciones los hacen más conservadores aún, manteniendo el desarrollo social fuera de época en muchas cosas.
Este conservadurismo también trae consecuencias en lo político. La reestructuración del regionalismo es un síntoma de esta perspectiva político arcaica que tiene nuestra región, con estructuras sociales vetustas y una elite desgraciadamente cada vez más antigua, que retoma decisiones del pasado esperando nuevas oportunidades en un mundo que no funciona como antaño.
Antiguamente, quienes rompieron este cuadro fueron Fide XII (Fundación para el Desarrollo de Magallanes) y la CORMAG (Corporación de desarrollo de Magallanes, 1960 y 1975). La primera es una fundación sin fines de lucro y con un fuerte compromiso al desarrollo y entrega a la comunidad. En la actualidad sigue trabajando en proyectos sociales que benefician a la educación regional y a la micro empresa. En cuanto a la CORMAG, esta significó un impulso significativo para el desarrollo, sus obras de industrialización, el levantamiento de infraestructura y de las iniciativas para mejorar la calidad de vida de sus procedentes se recuerdan con nostalgia.
Estas instituciones ayudaron a abrir la percepción y son la demostración de lo que se puede hacer cuando todos estamos en sintonía, unidos trabajando para el desarrollo sin importar el color político, apoyando las nuevas ideas. No obstante, esos gladiadores se agotaron, se cansaron de luchar contra los molinos de viento, de combatir contra los grandes enemigos del Statu Quo y del conservadurismo político. No nos referimos a la derecha, sino que rumiando en el conservadurismo regional y su visión arcaica. Es ese conservadurismo ideológico el que afecta a todos los sectores.
Para progresar en Magallanes debe surgir una producción
intelectual y política, que aproveche las iniciativas y recursos para potenciar
la economía, y desarrollar la cultura regional,
no estancándose solo en tradiciones y recuerdos de pioneros. Se debe forjar una
cultura política social que tenga influencia, sino ningún proyecto de
desarrollo podrá ser consumado.
Nelson
Leiva Lerzundi
Cientista
Político
sábado, 8 de abril de 2023
viernes, 7 de abril de 2023
jueves, 6 de abril de 2023
El éxito o el fracaso de las políticas públicas
El éxito o el fracaso de las políticas públicas
Los mecanismos de la política y sus resultados, lo que vendría siendo las políticas públicas, en general siempre están puestos a evaluación su éxito o fracaso. Sin duda, se exige que cualquier cosa que los gobiernos decidan hacer o no hacer, tengan la efectividad suficiente para cada uno de los miembros de la sociedad a las que pretende alcanzar.
Dentro de las características que se desea mantengan estas políticas gubernamentales, siempre aspiramos a que sean modeladas de manera convincente, a modo de asegurar la subsistencia, los medios de vida y las oportunidades de los individuos. Es importante que estas políticas se planteen desde el inicio con los argumentos suficientes para la toma de decisiones de los administradores de turno, de manera que puedan confrontar, discutir y debatir de manera tal que aborden las necesidades de la manera más efectiva, es decir, que funcionen.
Las decisiones políticas que se asuman deberían ser estudiadas concienzudamente basada en resultados significativos, considerando las opiniones variadas de expertos y partes interesadas, definiendo los asuntos, consultando las alternativas, decidiendo como serán implementadas y los procedimientos de evaluación de las mismas. No se deben diseñar estas políticas pensando que ya ha dado resultado otras veces, porque la próxima vez puede ser lo contrario.
Lo que se hace como solución a un problema en específico puede acabar en otro resultado en diferentes circunstancias, esas políticas empleadas no pueden funcionar de la misma manera para ambas situaciones. Siempre hay más de una solución, y estas pueden ser el éxito o el fracaso del gobernante, según las políticas que asuma. Aun así, las políticas públicas más exitosas algunas veces terminan en verdaderos desastres.
Entonces si las políticas marcan el éxito de un gobierno, existe una relación directa entre la política y sus representantes políticos. Más aún, entre los agentes políticos y los partidos políticos. Ya sabemos que los partidos tienen la representación de colectivos sociales, por lo que sus visiones internas dirigen la agenda hacia el beneficio de ellos, en teoría. No obstante, muchos mecanismos los desconocemos. ¿Cómo prosperan los compatriotas más necesitados económica y socialmente bajo su visionado?, ¿cómo se cumplen las promesas propuestas en campañas?, ¿qué piensan los líderes dentro de sus partidos políticos de gobierno, o los opositores, para concebir estas inquietudes?. Son reflexiones importantes para entender como se modela el panorama.
Otro problema concreto a la hora del diseño, es que la política actual se piensa desde la capital. A nivel local no se distinguen estructuras y líderes que opinen y reflexionen sobre las decisiones. A la sazón, no tienen una respuesta autónoma a estos problemas, salvo las tincadas de uno u otro dirigente de partidos específicos. En su haber no hay medidas sistematizadas de decisión, lo cual hace totalmente inocuo la capacidad creativa, pensativa y trasgresora de innovación que deben tener los partidos políticos, que últimamente de relevantes ya les va quedando bien poco.
Efectivamente, los partidos políticos están viviendo un fenómeno mundial de debilitamiento, a causa de que no han renovado sus plataformas programáticas y no se han adaptado a las nuevas coyunturas. No se han fijado nuevas formas de satisfacer al electorado, ni buscan las maneras de aproximarse a la ciudadanía. No detectan sus señales y no actúan en consecuencia en la naturaleza de la política y la política.
Por otro lado, la definición del rol de los partidos políticos es sobre la institucionalidad y representatividad, no está en su haber abordar las políticas públicas. Entonces, si la relación entre partidos y política va de la mano ¿cómo se resuelve esto? Una manera simple es permitiendo que los partidos participen activamente en la creación de estas políticas públicas, modificando las plataformas programáticas, debatiendo, deliberando escuchando y dando participación a los electores, atendiendo a los militantes, fortaleciendo la democracia interna, sobre todo generando una democracia más horizontal y menos vertical, con mecanismos de transparencias constante. Si no existe esta ordenación, lo más probable es que los partidos políticos a nivel mundial y a nivel nacional continúen en lo mismo.
Para que las políticas funcionen, es primordial que los partidos
tengan más espacios para su protagonismo. Porque al final son ellos quienes
mantienen la representación institucional. Su debilitamiento auspicia el
fracaso de la aplicación de sus medidas.
Nelson
Leiva Lerzundi
Cientista
Político