Frente Amplio con los bueyes detrás de la carreta
El Frente Amplio llegó al gobierno de la mano de Gabriel Boric, quien con diez años de trayectoria política y de estar un tiempo en el parlamento, facilitó el triunfo del conglomerado. Sin embargo, hace todo este proceso sin poseer un partido masificado en la población, sin gozar de una estructura partidaria con cultura política ni de una gran militancia, sin una representación social profunda, pero por sobre todo, sin tener un partido maduro e ideológicamente estructurado.
Estas carencias tarde o temprano pasan la cuenta, sobre todo si ganas una elección presidencial. Es necesario beneficiarse de todas estas características para poder ejercer y tomar decisiones gubernativas. De la misma manera, es primordial tener un manejo parlamentario y político de quienes llegan a la presidencia.
No se puede pasar de ser diputado a ser presidente en tan corto periodo de tiempo, sin conocer todo el teje maneje del congreso y sin mostrar su capacidad como legislador. Dos periodos de diputado no bastan para ser presidente de la República, ya que se requiere de manejo del congreso para tener un bagaje político fundamental al llegar a la primera magistratura. Así lo tuvo Eduardo Frei, Jorge Alessandri, Salvador Allende y otros, que si tenían una pertenencia parlamentaria.
En otras palabras, eso es lo que ha faltado al Frente Amplio y es lo que le ha costado percibir desde que llegó al poder. Las circunstancias de un momento, sin tener la experiencia política necesaria y ni poseer las habilidades blandas y duras que se necesitan para ser un buen gobernante. Eso es colocar los bueyes detrás de la carreta, desconocer de todo ese proceso natural que deben vivir las organizaciones políticas para alcanzar el poder.
Así mismo muchos podrán decir que el estallido social es un hecho excepcional y como tal favoreció como consecuencia al actual gobierno. La regla es que sin experiencia no se puede ganar una presidencia. Toda agrupación parte como un movimiento, luego se conforman en partidos, logran llegar al congreso, se estructuran, luego tienen parlamentarios y comienza su figuración publica para recién aspirar al poder, solo que eso requiere de una cantidad variable de años.
El Partido Radical, luego de separarse de los liberales toma una buena cantidad de años para tener sus primeros gobiernos. Recién en el año 1938 lo consigue y preside por 14 años, transformándose en la primera fuerza política del país. Similarmente, la Democracia Cristiana nace 1957 mediante la unificación de diversos grupos socialcristianos de mucha experiencia política alcanzando el gobierno entre 1964 y 1970, teniendo una influencia importante en la política del país. Ambos tomaron décadas de formación para gobernar.
Eso sí, tanto la falange nacional y el Partido Radical surgen de la fusión partidos pequeños para continuar con su maduración. Quizás este proceso es el que vive ahora el Frente Amplio presuponiendo una fusión como partido único, Es escandaloso que vivan esta unificación ahora siendo ya parte del Estado, con un gobierno a cuesta, sin tener la capacidad de dar certezas ni garantías como partido sin a la antigua concertación cubriéndolos de por medio.
Ese es el problema de emprender los procesos muy rápidos y saltarse pasos productos de la contingencia o la coyuntura, de no seguir las políticas o los escalones normales que debe tener todo movimiento político para llegar a ser un partido y aspirar al poder. Por el contrario, le pasan la cuenta y reciben altos costos políticos como al Frente Amplio.
Ahora se organizan para ser un “partido único”, que era lo lógico que tenían que hacer todos esos movimientos estudiantiles y sectores progresistas cercanos. A continuación, les toca definirse sobre qué clase de izquierda van hacer, porque ya existe una izquierda tradicional. Serán acaso una ultraizquierda, o por lo menos en el papel cercano a los movimientos anarquistas. O bien acabarán de frentón siendo un partido único incorporado a una nueva concertación, con sus pros y contras.
Eso es lo que va a tener que definir el Frente Amplio en esta maduración, corriendo riesgos de perder electorado al sumarse a un conglomerado al que intentó destruir, o corriendo el riesgo que su fusión interna se separe y nuevamente se atomice. Pero deben hacerlo para ordenarse, para madurar y colocar los bueyes delante la carreta.
Nelson
Leiva Lerzundi
Cientista
Político
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