sábado, 28 de junio de 2025
viernes, 27 de junio de 2025
jueves, 26 de junio de 2025
Los precandidatos presidenciales
Los precandidatos presidenciales
Existen cuatro iconografías o precandidatos de centro izquierda, más los dos candidatos oficiales de derecha disputándose el poder político; sin mencionar a un sin número de candidatos independientes, alrededor de 300, que buscan llegar finalmente a la papeleta.
Esta cantidad de candidatos y precandidatos que existen para la carrea presidencial del 2025 redunda en exceso, en donde obviamente no rige honor en la competencia, demostrando que el interés presidencial no es por servir a la ciudadanía precisamente, si no que se busca algún otro interés.
Por su lado, la derecha desesperadamente busca la unidad, pero si vamos a la esencia de este sector, desde que la derecha se reorganiza después de volver a la democracia nunca han tenido unidad. Se organizaron en su momento en 1989 para postular como candidato a presidente a Hernán Büchi, ministro de hacienda del gobierno militar, sin tener éxito al respecto.
La independencia de Büchi fue el gancho, ya que no tenía una militancia política propiamente tal, o tal vez aplicó lo que han hecho muchos de fingir lo que realmente pensaban y que acto seguido se quedan con la lógica del independiente. Con la derecha clásica es lo mismo, fingen unidad y después nuevamente desatan la lucha por el sillón presidencial de una manera obsesiva.
No es que en el centro o en la izquierda no suceda lo mismo, se producen las competencias de igual manera, aunque buscan modos más racionales de solucionar los problemas. Sin embargo, esa psicopatía antropófaga de la derecha parece contagiarles ahora en la carrera de las primarias, donde nos enseñan el mismo escenario, intentar destruirse unos a otros, denunciando sus fallos como autoridades de gobierno o grupos de poder pasados, para que algunos luego llamen a la unidad.
Algo que se acomoda perfectamente a la derecha, porque a ellos les gustan estas dinámicas, les gusta autodestruirse y después la falsa convicción. Ellos quieren sin lugar a dudas eliminarse, hacer que uno pierda y el otro también. Así lo vemos como ejemplo a Johannes Kaiser, quien no congenia ni comparte absolutamente nada con Chile Vamos. Tampoco es creíble que sea capaz de formar gobierno sin ministros, él va por el premio mayor. Análogamente José Antonio Kast se revitaliza en la medida que cae Kaiser, sin ceder ni un ápice de terreno ante Evelyn Matthei.
Estas disputas internas se intentan zanjar en la primaria, llamando a la participación de los ciudadanos para que ellos resuelvan el problema de elección de un candidato a los partidos políticos y a los políticos propiamente tal. Precisamente para eso fue creado el sistema, para regular la participación de los candidatos lo más naturalmente posible, y que así los políticos acepten las reglas del juego.
No obstante, al querer ir por fuera desusan las herramientas desarrolladas para estos casos. Entonces, por el bien de su sector político dejen de hacer show o espectáculos dantescos. Deben demostrar al país que esto para ellos no es un juego, que realmente les interesa hacer bien al país, engrandecer el Estado en las cosas que estamos mal y dirigir hacia un objetivo concreto. Desgraciadamente aquí lo que prima es el show, el espectáculo, la primaria en sí misma la convierten en una exhibición.
Así queda demostrado que las primarias no han resultado como mecanismo ratificador, que además es una estructura contracultural que se ha importado desde los Estados Unidos con el fin de solucionar el problema de los políticos, aunque ni siquiera las coberturas políticas y los partidos políticos del país la aceptan como tal.
Entonces, es preferible tomar la primera vuelta como una primaria y quedarse sin el desgaste de armarla. Es una tentación que sigue aumentando y creciendo en todos los sectores y que representa nuevamente el escenario contra cultural que significa esta elección, algo que el país no ha podido asumir. Considerando que el mecanismo es antropófago para todos, en especial para la derecha en sus diferencias internas, concibe peleas reales, porque ellos se colocan de acuerdo sólo en la superficialidad, sólo en la muestra.
En concreto, para que los partidos políticos solucionen y definan a sus candidatos con la participación del electorado y con mecanismos sin la participación del electorado, porque al final del día los interesados en los programas políticos es la elite, no el ciudadano quien quiere una mejor pensión, un inmejorable trabajo, estabilidad laboral y salarial, seguridad. Eso no lo va a solucionar una primaria y desgraciadamente tampoco lo está solucionando una elección presidencial o una autoridad.
Nelson Leiva Lerzundi
Cientista Político
sábado, 21 de junio de 2025
viernes, 20 de junio de 2025
La intromisión de otras ideologías en el centro político
La intromisión de otras ideologías en el centro político
Ya estamos cansados de la intrusión de ideologías ajenas al centro político, sector corrientemente asociado con el conservadurismo, la democracia cristiana (DC), el conservadurismo liberal y el liberalismo conservador. Es que lo peor que le puede pasar a un partido político del centro ideológico, ya sea del centro laico o del centro cristiano, es renunciar a sus postulados ideológicos y adaptarlos por la solidez electoral, a través de acuerdos políticos o por cargos a los vaivenes de la coyuntura.
También, es molesto que el centro político sea contaminado por esas ideologías progresistas, de izquierda o bien de ultra derecha, porque los hace perder identidad, facilita caer en la tentación y el hedonismo de la solución fácil, adaptarlas para actualizarse al plano actual, pero que concluye con perder más de dos o tres millones de votos en las últimas elecciones.
En concordancia, los partidos políticos pueden enmendar sus plataformas electorales, templar sus planes y programas, pero no pueden reemplazar su ideología esencial. Ejemplo de ello es lo que le ha pasado al partido Radical (PR), al partido demócrata cristiano y a otras distintas organizaciones de centro que se han auto engañado modificando su plataforma ideológica central transmutando en algo que no son. Algunos inclusive consintiendo la socialdemocracia, que es un socialismo absolutamente distinto a lo que es el social cristianismo.
Esas influencias muy propias del momento generan problemas o cismas. Ejemplo emblemático lo tenemos con el socialismo comunitario, que representó a la Democracia Cristiana en la época de Radomiro Tomic. Ese movimiento ya era un disimulo o una deformación que se hizo por fines electorales. La visión de la DC en ese entonces buscaba conservar a la izquierda cristiana y el MAPU, ambos subgrupos inconformes con la línea política del partido; y a la vez, evitar que otros grupos difundieran ideas más extremistas al interior de sus filas. De ese modo se eligió o se instruyó una tendencia más de izquierda, la cual provocó diferencias entre Radomiro Tomic y Eduardo Frei Montalva.
De igual manera el Partido Radical tuvo sus cismas, en donde los sectores más cercanos a González Videla y a la mentalidad anticomunista, se separaron a causa de que no querían apoyar a la Unidad Popular (UP), formando la Democracia Radical (DR).
Luego cuando se vuelve a la democracia el PR comienza a contaminarse con sectores que vienen con ideas progresistas, neomarxistas o de este socialismo renovado. Ese cuento se repite con la DC en democracia y ahí literalmente, para los militantes ortodoxos de entre los cuales orgullosamente me encuentro, se pudrió todo.
Sabemos que estos cambios en la esencia de los partidos de centro, partieron como una manera de acomodar su plataforma programática, para terminar promoviendo modificar sus ideologías. No es sólo buscar formas de modernizar la doctrina, sino que hay que modificarla entera, transformarla en otra ocurrencia y jugar este juego
pernicioso de creer en sus propias deformaciones, sus propias quimeras, que se esparcen como un cáncer permanente.
Estos partidos y el centro político se malogran dejándose humillar, como es el caso del PR por casi todos los partidos de Chile en los años tras la concertación, y ahora lo ha hecho la DC para agradar al Frente Amplio (FA).
La DC vive un proceso de desintegración interna, pero a su vez vive un pragmatismo inerte donde solamente desean obtener cargos. En un inicio no entra en este gobierno a causa de que se impuso mantener su dignidad, sin embargo, muchos militantes deseaban lo contrario para asegurar sus trabajos en la administración pública. Así está la lógica en los partidos de la política de centro.
Ahora con la aparición de Amarillos y de Demócratas, descolgándose de la DC por este tipo de comportamiento, acaba con el coqueteo con la derecha. Todos esperábamos que representaran el ideal de centro, manteniendo este espíritu de la otrora plataforma programática demócrata cristiana y la diferencia con la izquierda y la derecha.
Por lo tanto, si es que no hacen esa deferencia y pierden solamente en los pactos parlamentarios, tarde o temprano, el pragmatismo se impondrá y no tendrá sentido que se crean del centro político si es que terminan pactando con la derecha. Se debe volver a la esencia doctrinal del social cristianismo y del centro político, moderación, cambio con sentido, diálogo, etc., y no verse contaminados por los demás.
Cada uno de los militantes de base son realmente los que forman los partidos, son los que mantienen la fe en esos cambios, pero desgraciadamente son los líderes políticos quienes se arreglan los bigotes.
Nelson Leiva Lerzundi
Cientista Político
sábado, 14 de junio de 2025
viernes, 13 de junio de 2025
jueves, 12 de junio de 2025
Candidatos que vienen de la farándula
Candidatos que vienen de la farándula
Me gustaría compartir con ustedes una reflexión sobre un anuncio leído en la Revista Sábado, en donde un conocido comunicador y animador de TV anuncia su candidatura como parlamentario (diputado) para las próximas elecciones de noviembre, por 8 comunas de la región Metropolitana, utilizando el cupo que el presidente de la DC deja.
Ahora bien, no es nada nuevo la aparición de candidatos que vienen de la farándula para cubrir cupos de los partidos políticos, una situación reiterada que a muchos observadores y militantes de partidos nos parece una aberración.
Admitamos por el momento que usualmente no están preparados políticamente, ni menos doctrinariamente para contribuir en política, pero tienen el carisma y la cercanía con la gente, son ampliamente conocidos por lo que resulta una estrategia fácil y muy efectiva para cargos de elección popular. Más aún, hay muchos sectores políticos que se aprovechan de ellos, especialmente por el lado de la derecha.
Sin embargo, a la hora del cálculo muestran evidentes fragilidades; de muestra existen bastantes ejemplos conocidos de fraude al fisco. Entre otros casos, cierto personaje bastante conocido, quien ha tenido problemas con una diputada en ejercicio, hizo noticia al ser su esposa entrevistada comentando que recibió ofertas para competir en el mismo distrito de esa parlamentaria.
Por qué los ciudadanos aceptamos a mengano, fulano y zutano, que no tienen la preparación en política, ni la preparación ideológica, ni siquiera el grado de conocimiento para cumplir las funciones, ni la capacidad administrativa mínima para llegar a cargos de representación popular. Esa es la gran interrogante hasta el día de hoy, en la que no existe una respuesta clara y aparente.
Por el contrario, cándidamente se ve con normalidad y siguen desfilando cantantes, actores, deportistas, chicos reality, personaje de la tramoya que tienen “la oportunidad” que les dan los sectores políticos al no explorar candidatos de manera interna. Peor aún, dentro de los partidos políticos no hay lealtades, hay maltratos permanentes a quienes van de candidatos.
Hay que decir que es un círculo desmoralizado donde se le da la oportunidad en política a personas conocidas sin educación política que traen votos, que tienen el apoyo y simpatías de las masas, en donde ellos, acto seguido hacen lo que aspiran, dando la espalda a los partidos mismos que pierden el control sobre ellos. Tampoco existe un compromiso de militancia de fondo, trayendo al populismo como consecuencia, junto con el desorden político y organizacional.
Es preocupante que estas personas famosas sean elevadas como candidatas por sus diferencias personales o por rivalidades de tipo amoroso entre ellas. El hecho de que las publicaciones serias y, las no tan circunspectas den estas noticias, nos demuestra que la discusión es tema y que desgraciadamente el mundo de la política también le da cabida a la farándula, al espectáculo, donde todo sirve para conseguir
votos. Lejos está la preparación intelectual y académica mínima que tenían algunos candidatos de cualquier corriente política, dirigentes sindicales, gremiales, respetados, con una formación fuerte, gente honesta, personas responsables, comprometidos con su concluyente ideología.
En pocas palabras, ¡basta ya! porque le quita seriedad a la política, a los oficios y a la buena política. Y esto no significa que la política sea solo para los partidos políticos y su séquito. Un famoso puede participar en política siempre y cuando tenga una militancia permanente y activa, que se gane su lugar como cualquier persona. Basta de chacrear y bajar el nivel de la política chilena, Basta de faltarle el respeto al elector y de convertir al buen oficio político en un lodazal permanente, lo cual es evidente que todos caen en el barro, salvo que se debe disimular un poco y no se puede caer más bajo en la elección de candidatos.
Por último, buscar candidatos con una capacidad intelectual meticulosa para asegurarle a la sociedad un estándar de responsabilidad tanto para sus partidos políticos como para el país que se quiere defender.
Nelson Leiva Lerzundi
Cientista Político
sábado, 7 de junio de 2025
viernes, 6 de junio de 2025
jueves, 5 de junio de 2025
La fuerza y la realidad de la Realpolitik.
La fuerza y la realidad de la Realpolitik.
La insistencia por la Realpolitik no es algo menor, sobre todo en esta época electoral donde tener un concepto guía acerca de la política real es vital, cuando en las campañas se vive una lucha descarnada que no escatima los medios para conquistar o conservar su poder, adoleciendo de moralidad y con muchas oportunidades por delante de conflictos.
Dicho de otra manera, en la Realpolitik podemos apreciar cierto misconcepto acerca de la política, podríamos decir que se romantiza, se asume como un ideal de acción colectiva ciudadana con el objetivo de impulsar condiciones sociales que permitan el desarrollo integral de todos los miembros de una comunidad; o sea, la idea de política como un bien que beneficie a todos, que promueve la justicia, la paz, el bienestar social y no se percibe la manera real, que es una ciencia de la administración del poder, y que para conseguir esas condiciones, bien puede operar según un mal criterio ético para conseguirlo.
Dicho lo anterior, dentro de los partidos políticos muchas veces predomina el no tomar en cuenta al resto con tal de que yo pueda quedarme con el premio, en donde todos los discursos electorales hacia el electorado o votantes son verdaderos, aunque en la interna, entre compañeros, te muestran los dientes. En la impronta de la Realpolitik, para tener poder no importa dejar cadáveres y heridos en el camino.
Es en la época electoral donde surgen muchos oportunistas que fundamentan todo su interés en lo personal, “yo quiero ser candidato y lo conseguiré a como dé a lugar”, o “pasaré por encima del resto para conseguir mi objetivo”. El personalismo debe estar fundamentado en buscar un bien común, ya que en estas época todos los militantes trabajan para una lista previamente consensuada y no para una sola persona, “llamase como se llame”.
Sin embargo, existen muchos militantes que están dispuestos a luchar o a enfrentar estas situaciones inmorales, así como muchos de ellos son copartícipes del beneficio general, donde su interés no es solo personal.
Hecha esta salvedad, sin duda alguna que esta experiencia la viven militantes y candidatos en los distintos partidos políticos, donde muchos cooperan, otros se mantienen al margen, otros chaquetean a alguien en específico; algunos tendrán tan solo las buenas intenciones, prometiendo soporte que nunca llega; otros van estar por interés, ayuda traducida en un puesto de trabajo futuro. Estas son las mecánicas que desdichadamente operan en las campañas electorales que muchos conciudadanos desconocen y no se imaginan.
Bien se puede opinar que quien está en política conoce las reglas, por lo que deben vivir con los beneficios y las zancadillas. Se admite pensar que la política partidista debe organizarse con este tipo de comportamiento, pensar que deben comprar tu apoyo; si eres militante, venderte por propaganda para contar irrenunciablemente con tu puntal; si eres un candidato, dejar a tu compañero de lista sin un apoyo. Y eso es lo que se vive irremediablemente al interior de una campaña.
En efecto, porque se tiene asimilado que esto siempre debe ser así, no se buscan maneras de cambiar el paradigma, de trabajar en una campaña fraterna con ayuda mutua, la cooperación asegura tener mejores resultados y ganar más cargos. Pero aparenta que se opera de la manera contraria desde todas las corrientes políticas y eso lleva a que se malogre el juego limpio, la competencia sana con el adversario, también en la interna, y fomentan las malas prácticas, la agresividad que evidentemente demuestra el por qué la política se ha viciado.
Para el ciudadano la política se traduce en peleas y en mezquindades, cuando espera la regulación de problemas, que le ofrezcan soluciones, ver una política más madura. Esa es la invitación que damos desde esta humilde tribuna, a que los sectores políticos entiendan, que después de los últimos gobiernos que han sido bastante pasajeros, por diversos motivos, y en un momento país donde se ha estancado el crecimiento, se requiere subir el nivel de la política que se entrega. De otra manera, las consecuencias serán hilarantes y el país va a seguir insatisfecho, quizás se pueda repetir un estallido aún más fuerte, quedan reivindicaciones que no sean han respondido o no se han podido responder hasta el momento y el ciudadano sigue acumulando encono, que tarde o temprano si no hay una política coherente, sin mucho vicio y transparente las situaciones serán mucho o más compleja de lo que estamos viviendo.
Nelson Leiva Lerzundi
Cientista Político.