viernes, 9 de diciembre de 2011

El fin de las movilizaciones en Magallanes y el acuerdo con el gobierno ¿Ganaremos algo como región?

Esa es la gran incógnita que se presenta, pues la ciudad y la región logran posicionarse en el país y politizar un problema, que si se extrapola, refleja la relación desigual entre la capital y las regiones, que sin duda es el centro de este conflicto que viene floreciendo desde hace muchos años y en el cual Magallanes sólo reflejó y develó los síntomas de un problema latente, no solucionado, ni reconocido por ninguna autoridad. Por esto, el principal triunfo fue no sólo los logros materiales obtenidos, sino la validación como región aislada y que forma parte del país, aclarando una vez más que el dicho “guagua que no llora, no mama” es una práctica nacional e institucionalizada, ya que los problemas sólo se solucionan con los insistentes y organizados reclamos ciudadanos, ya sean gremiales, sindicales o de la sociedad en general, ya que la capacidad de anticipación política no es una virtud reconocida por las autoridades regionales y nacionales. 

Ahora, analizando el acuerdo logrado después de una semana del conflicto, podemos decir que en general es positivo, ya que a pesar que el objetivo de alza cesó, era difícil de conseguir. Se logra un alza mínima de un tres por ciento por un tiempo bastante largo, aunque lo más relevante es poder discutir en serio el problema del gas para generar una ley que favorezca a la región y a sus habitantes, tomando en cuenta a las personas y a las organizaciones sociales para obtener una solución justa y beneficiosa para todos, quizás sin ninguna duda lo mejor del acuerdo.

En otro aspecto, una solución parche hasta que aparezca la ley son los dieciocho mil subsidios que serán beneficiosos, pero a largo plazo. Estos son el reflejo de una política asistencialista que no tomará en cuenta a la clase media, ya que a pesar que el acuerdo los incluye, todos sabemos que los resquicios o decisiones políticas no se les considera para proteger a los más necesitados, tentación en la que caen todos los gobiernos de turno y que es casi imposible de eludir. Esperemos que esta vez sí se cumpla, pero haciendo historia, lo más probable que ello no ocurra, muchos de estos recursos pueden ir a parar a otros gastos, por eso, hay que estar con los ojos y los cinco sentidos muy abiertos. 

La creación de comisiones es buena iniciativa cuando genera resultados. Es de esperar que la creación de esta ley se tome en serio, como lo trascendental y relevante que es el tema, sin anteponer intereses mezquinos, individuales o de corporativismos sectarios que benefician a las autoridades, que de seguro trataran de imponer su criterio y no el de la gente, al menos eso es lo que demostraron al enfrentar de la manera que confrontaron el conflicto. Se debe tomar este organismo como un mecanismo para lograr una solución y no para dar cabida a la máquina especulativa del gobierno, ni para intereses mezquinos de grupos con objetivos dudosos, teniendo en cuenta las posibles presiones parlamentarias, los acuerdos y soluciones o negociaciones deben ser para la gente, creados por la gente y sus representantes, sin pinturitas individuales, ni manoseos por la prensa local. Ese es el único modo de lograr un acuerdo trasparente y beneficioso para todos. 

El punto de generar tarifas diferenciales es positivo, siempre y cuando no le carguen las diferencias y el mayor costo a la clase media, quienes a mi modo de ver, no han sido tan tomados en cuenta y no tienen nada que celebrar. 

Se da un plazo para que el proyecto este terminado, de lo contrario se mantiene el tres por ciento de alza: sobre este punto sólo puedo decir, que es positivo colocar plazos para entregar la ley, pero esto debe tomarse con calma, no apurarse ni dejarse estar, ya que de esta manera los resultados no serán los más productivos y se caerá en lo que hasta el día de hoy hemos vivido, muchas ideas y pocos avances, que no han ayudado a la región. A tener ojo en ello. 

Estos son algunos de los puntos que se acordaron, que en general son positivos, pero sólo si tomamos en cuenta que debemos fiscalizar al gobierno, no confiar mucho en sus palabras, ser leales entre nosotros, crear conciencia ciudadana y sobre todo incitar voluntad política, hará que estos puntos y los demás no mencionados, se puedan concretar y que como región demos un salto importante. 


Nelson Leiva Bustamante
Cientista Político

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