jueves, 1 de diciembre de 2022

La política es simbólica

 

La política es simbólica

La política es una representación simbólica porque hace uso de códigos, señales y conductas como lenguaje, o sea, utiliza símbolos para expresarse. No obstante, estos se refieren a la forma en como una sociedad, una población, un grupo o una nación perciben objetos, se reconocen a sí mismos o se divergen de otros grupos sociales. 

Para descifrar esos símbolos, debe existir un consenso sobre el significado de los mismos, siempre considerando que sean más o menos racionales y que su interpretación sea transversal a todos, para tener los mismos códigos democráticos. Por lo que finalmente estos símbolos deben estar implícitos como parte de los valores entendidos entre quienes compiten, pero también en el contexto social de donde se desenvuelven. 

Por el contrario, uno de los problemas que vivimos siempre en Chile es que no hay coherencia en los códigos. El nuevo modo de comunicación que se instala para la demanda, son las protestas violentas, y por mucha legitimidad que puedan tener sus petitorios, siguen siendo por el uso de la fuerza. El mero acto de trasgresión ante códigos y leyes, pervierten el fondo por la forma. Esos códigos de operar de algunos ciudadanos, de justificar incendios de casas, buses, metro, iglesias, negocios etc., solamente a causa de una furia acumulada, que puede ser justificada o no, sólo tienen significancia para quien los desata y no tienen porqué serlo para el resto de la sociedad. 

Por otra parte, estas acciones no deberían simbolizar lo mismo, porque los cambios tienen que ser transformaciones tranquilas, coherentes, conferenciadas con lógica. Las otras alteraciones son producto de la ignorancia y de no entender los procesos que se están viviendo, aprovecharse de esos símbolos y sacarles un ribete político. 

Estas alteraciones son una mala interpretación o una demostración mañosa a los símbolos, lo cual indiscutiblemente nos lleva a provocar más problemas, puesto que cuando no hay acuerdos, ni relaciones simbólicas, ocurren hechos como el estallido social, un 11 de septiembre de 1973 y otros hechos históricos que tienen una explicación en su matiz ideológico o vivencia personal. Lo que queremos creer e imponer sobre el resto. Mientras que el verdadero y único símbolo de estas situaciones son las rupturas de la convivencia democrática. 

Sea cual sea el motivo o cual sea la forma, al final estos actos significan no validar la convivencia democrática. Se vivió y lo vamos a seguir viviendo si no somos capaces de entender que a pesar de la exasperación o la diferencia de todos estos determinados procesos, hay que escuchar a la ciudadanía y dar soluciones políticas. La tarea es validar los comportamientos políticos y evitar los comportamientos arrebatados. Si bien puedan tener una justificación social y política, no es defendible la forma. 

En eso no se puede desencaminar ningún sector político, ni tampoco sector ciudadano, porque así se construye un país. Lo expresamos quienes venimos del mundo de la discapacidad, que no marcha y que tiene razones fundamentadas y de sobra para protestar, pero no lo hace porque entendemos primero que no podemos ganarle al Estado, pero sobre todo porque somos gente pacífica y al servicio del Estado, que queremos ser parte del mismo a través del pacto social que lo mantiene. 

Desgraciadamente, el fortalecimiento de estos símbolos violentos son producto que la política no entiende a los sectores ciudadanos. No entienden los compromisos pacíficos, como el de la discapacidad, y por el contrario como la violencia consigue más noticias, más venta de diarios y adeptos, fundamenta cualquier acción política hasta la más artera que sea para utilizarlas a su favor, involucrándose la derecha, la izquierda e inclusive el centro. 

Todos los sectores han aceptado esta visión, que tras un periodo de acuerdos muy marcados, se ha agotado la paciencia que acaba justificando la idea y los fines para crear cambios, pero también directa o indirectamente ha reconocido los medios para alcanzarlos. Y en esto el gobierno de turno, ha confirmado los medios y los ha hecho suyos desde su formación.

 

 

Nelson Leiva Lerzundi

Cientista Político

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