sábado, 30 de diciembre de 2023
viernes, 29 de diciembre de 2023
jueves, 28 de diciembre de 2023
Boric, la diplomacia y los condoros
Boric, la diplomacia y los condoros
La administración del presidente Gabriel Boric ha manifestado desde el inicio de su gobierno su apoyo a la causa Palestina. Sin embargo, frente a las acciones ocurridas por Hamas, a través de un comunicado de prensa de la cancillería condenó fehacientemente los ataques cometidos por este grupo frente a una serie de ciudades de Israel, que como resultado hay cientos de víctimas mortales, secuestros y lesionados, todas de ellas civiles.
Manteniendo su postura internacional, nuestro presidente concordó 100% con la opinión de la diputada Carmen Hertz, quien mencionaba al respecto que “… la adhesión a la causa Palestina, a su justeza y anhelos, no impide condenar en forma categórica, sin ambages, sin relativización alguna la matanza, violaciones y secuestros de civiles israelíes ejecutados por el grupo Hamas”.
Agregó que se condena sin distinción la violencia, tanto por Hamas como al ejército de Israel por los ataques indiscriminados contra civiles Palestinos y por la ocupación ilegal por décadas del territorio. Como resultado a esta última afirmación, la embajada de Israel en Chile acabó reclamando abiertamente, argumentando que no se pueden comparar a los verdugos con las víctimas.
Acá la situación de nuestro presidente es su doble actitud, cuando interpela a autoridades y dictadores latinoamericanos reclama a poderes que le son análogos, pero a otras naciones como China y otros territorios de asimetría de poder, no procede con igual decisión en sus llamados, no les crítica ni menos denuncia sus posibles violaciones de derechos humanos.
En la clase magistral en la Universidad de Sichuan hizo un tibio llamado a la juventud de mantener siempre una dosis de rebeldía, que algunos escépticos podrían interpretarlo como un reproche a la dictadura China, pero de serlo fue demasiado ambigua para nuestros criterios y demasiado invasiva para las de ese país.
Es que el gobierno dentro de todo manifiesta abiertamente defender los derechos humanos, las libertades, la democracia y otros elementos. Solo que en su historial de intervenciones siempre hay ambigüedad, se restringe por afinidades políticas, no ataca a ciertos grupos, tampoco corre riesgos o no se la juega por una opción. Cuando la toma lo hace desde un tema ideológico, como es el caso del conflicto palestino israelí que no es uno que compete preponderantemente a Chile, si no a la humanidad. Aquel es un conflicto internacional que no tiene una solución clara, más bien es uno que no lo tiene.
Entonces el hecho de juzgar este conflicto internacional con tan poca prudencia y con falta de diplomacia en nuestras relaciones internacionales, nos trae más dificultades que beneficios. Si nuestro presidente Boric y la diplomacia chilena demostraran ser capaces de mediar efectivamente para dar un fin al conflicto, nos enorgullecería que siguieran adelante, pero cuando usa el tema para una notoriedad internacional y generar un revuelo interno, o bien fijar una posición para subir unos puntitos más o menos en la aprobación, no se puede apoyar sus acciones.
Debemos recordar que el presidente en su momento no acepto las cartas credenciales del embajador de Israel en Santiago en forma de protesta por los actos de violencia del Ejercito israelí en Gaza, profesando indirectamente apoyo al grupo terrorista Hamas. Como país no ayuda mucho que sea reconocido este impase diplomático del gobierno chileno por los terroristas. Mucho menos ayuda a nuestro joven presidente Boric, ni a su sector político, generar redes o simpatías de más grupos terroristas, menos al interior del país.
Este gobierno
ya está estigmatizado con respecto del estallido social. Como he insistido, el Frente
Amplio tuvo vinculaciones con grupos anárquicos que frente a su violencia,
procuraron administrar y sacar un grado de provecho. Tampoco ayuda que reciban
mensajes de agradecimiento por el apoyo la causa palestina, porque se colocan encima
un manto de dudas sobre los reales vínculos políticos que tiene la coalición de
gobierno, con los grupos subversivos.
Nelson Leiva Lerzundi.
Cientista
Político
sábado, 23 de diciembre de 2023
viernes, 22 de diciembre de 2023
El mal que hace el clasismo a las minorías
El mal que hace el clasismo a las minorías
El clasismo es un fenómeno global que consiste principalmente en una actitud adoptada por una persona o un grupo, que discrimina a otra persona o grupo, por pertenecer a una clase social más baja, por no ser parte de su cultura o por no tener las mismas condiciones base, generando una condición de clase. Desgraciadamente, este comportamiento se ha arraigado profundamente en nuestro país y la vivimos en distintos ámbitos de nuestra vida.
Una de ellas se evidencia en las agrupaciones que luchan por constituirse en un espacio de apoyo e integración para quienes viven con una orientación sexual diferente a la heterosexual. Estas se han dividido en dos agrupaciones que luchan por los mismos intereses, los derechos de las personas de condición sexual distinta, pero no se mezclan entre sí. Quizás de cierta manera indirecta por su tiempo de formación, o bien directamente por la influencia que tienen quienes los representan, distanciándolos entre aquellos de los sectores homosexuales más humildes y los de clase social media-alta.
Así mismo existen otras agrupaciones que también resguardan a una minoría, que también experimentan segregaciones internas como son los grupos que viven la discapacidad, que ajeno a todo pensamiento también se discriminan. En la perspicacia vivida, al interior de los grupos de discapacitados cuando no te ven tan limitado, surgen sesgos de discriminación al identificar a la persona como más normal.
En general, todos los grupos de minoría experimentan algo parecido, a pesar que estas diferencias siempre existen a un nivel país, donde algunos son más pobres que otros y por ende de clases distintas, donde unos están en una agrupación donde se luchan contra la discriminación de la élite mientras se forman élite en la misma, siempre serán necesarios ambos grupos para progresar.
Sin embargo, es inevitable que se acabe por crear una animadversión entre integrantes por ese clasismo, que nace por el arribismo y la profunda visión discriminatoria que existe de presumir ser mejor, por pertenecer a una clase social superior, o tener una mejor condición mejor frente al resto, siendo que ambas partes son una minoría en sí mismas.
En consecuencia, se genera un ambiente todo lo contrario a lo que persiguen estas agrupaciones. Se gestan quiebres en sus nobles propósitos que en vez de defender intereses e ideas generales notoriamente útiles y necesarias para el país, como son la inclusión, la igualdad, etc., se transforman en vigilantes y protectores de los privilegios de los sectores que siguen estas banderas, mientras a su vez se discrimina y sectariza dentro del mismo valor que supuestamente defienden.
Estas acciones son cosas absolutamente lamentables, puesto que viven los mismos prejuicios, las mismas postergaciones y los mismos modos operandi. Por lo tanto, por estas vicisitudes el mundo de la discriminación en general no alcanza el objetivo que quieren, porque en vez de estar todos unidos se dividen y este fraccionamiento produce notoriamente intereses individuales. A raíz de ello, la gente fuera del problema percibe esas diferencias como incongruencias que acaban con su lucha ideológica mal evaluada por la opinión pública.
Al mismo tiempo este es un fenómeno que hay que profundizar porque se da tanto en las minorías sexuales, en las minorías de la discapacidad y otras donde no hay un globalismo, ni tampoco donde hay una necesidad de integrarse y de entender que todos están luchando por un mismo objetivo.
Es válido que existan distintos enfoques por un bien común, por supuesto y es totalmente legítimo, pero la idea esencial que persiguen es luchar todos por lo mismo, siempre y cuando exista un solo ente que los agrupe a todos. En caso contrario, tendrán menos fuerza, escasez de visibilidad y cuando estén dentro vivirán una fuerte dosis de clasismo, racismo, arribismo, dejando al objetivo esencial manchado y perjudicado.
Nelson
Leiva Lerzundi
Cientista
sábado, 16 de diciembre de 2023
viernes, 15 de diciembre de 2023
Frente Amplio con los bueyes detrás de la carreta
Frente Amplio con los bueyes detrás de la carreta
El Frente Amplio llegó al gobierno de la mano de Gabriel Boric, quien con diez años de trayectoria política y de estar un tiempo en el parlamento, facilitó el triunfo del conglomerado. Sin embargo, hace todo este proceso sin poseer un partido masificado en la población, sin gozar de una estructura partidaria con cultura política ni de una gran militancia, sin una representación social profunda, pero por sobre todo, sin tener un partido maduro e ideológicamente estructurado.
Estas carencias tarde o temprano pasan la cuenta, sobre todo si ganas una elección presidencial. Es necesario beneficiarse de todas estas características para poder ejercer y tomar decisiones gubernativas. De la misma manera, es primordial tener un manejo parlamentario y político de quienes llegan a la presidencia.
No se puede pasar de ser diputado a ser presidente en tan corto periodo de tiempo, sin conocer todo el teje maneje del congreso y sin mostrar su capacidad como legislador. Dos periodos de diputado no bastan para ser presidente de la República, ya que se requiere de manejo del congreso para tener un bagaje político fundamental al llegar a la primera magistratura. Así lo tuvo Eduardo Frei, Jorge Alessandri, Salvador Allende y otros, que si tenían una pertenencia parlamentaria.
En otras palabras, eso es lo que ha faltado al Frente Amplio y es lo que le ha costado percibir desde que llegó al poder. Las circunstancias de un momento, sin tener la experiencia política necesaria y ni poseer las habilidades blandas y duras que se necesitan para ser un buen gobernante. Eso es colocar los bueyes detrás de la carreta, desconocer de todo ese proceso natural que deben vivir las organizaciones políticas para alcanzar el poder.
Así mismo muchos podrán decir que el estallido social es un hecho excepcional y como tal favoreció como consecuencia al actual gobierno. La regla es que sin experiencia no se puede ganar una presidencia. Toda agrupación parte como un movimiento, luego se conforman en partidos, logran llegar al congreso, se estructuran, luego tienen parlamentarios y comienza su figuración publica para recién aspirar al poder, solo que eso requiere de una cantidad variable de años.
El Partido Radical, luego de separarse de los liberales toma una buena cantidad de años para tener sus primeros gobiernos. Recién en el año 1938 lo consigue y preside por 14 años, transformándose en la primera fuerza política del país. Similarmente, la Democracia Cristiana nace 1957 mediante la unificación de diversos grupos socialcristianos de mucha experiencia política alcanzando el gobierno entre 1964 y 1970, teniendo una influencia importante en la política del país. Ambos tomaron décadas de formación para gobernar.
Eso sí, tanto la falange nacional y el Partido Radical surgen de la fusión partidos pequeños para continuar con su maduración. Quizás este proceso es el que vive ahora el Frente Amplio presuponiendo una fusión como partido único, Es escandaloso que vivan esta unificación ahora siendo ya parte del Estado, con un gobierno a cuesta, sin tener la capacidad de dar certezas ni garantías como partido sin a la antigua concertación cubriéndolos de por medio.
Ese es el problema de emprender los procesos muy rápidos y saltarse pasos productos de la contingencia o la coyuntura, de no seguir las políticas o los escalones normales que debe tener todo movimiento político para llegar a ser un partido y aspirar al poder. Por el contrario, le pasan la cuenta y reciben altos costos políticos como al Frente Amplio.
Ahora se organizan para ser un “partido único”, que era lo lógico que tenían que hacer todos esos movimientos estudiantiles y sectores progresistas cercanos. A continuación, les toca definirse sobre qué clase de izquierda van hacer, porque ya existe una izquierda tradicional. Serán acaso una ultraizquierda, o por lo menos en el papel cercano a los movimientos anarquistas. O bien acabarán de frentón siendo un partido único incorporado a una nueva concertación, con sus pros y contras.
Eso es lo que va a tener que definir el Frente Amplio en esta maduración, corriendo riesgos de perder electorado al sumarse a un conglomerado al que intentó destruir, o corriendo el riesgo que su fusión interna se separe y nuevamente se atomice. Pero deben hacerlo para ordenarse, para madurar y colocar los bueyes delante la carreta.
Nelson
Leiva Lerzundi
Cientista
Político
La muerte injusta de Víctor Jara
La muerte injusta de Víctor Jara
El final de Víctor Jara es una historia que se debe recordar. Al iniciarse el golpe militar fue encarcelado, torturado y violentamente asesinado, acabando su cuerpo tendido en la vía pública a la vista de todos.
Este cantante popular, erudito en teatro y folclore, comprometido con sus ideales políticos, puede ser del gusto o no de la ciudadanía, pero es sin duda un hijo de su tiempo y su muerte es perfectamente una metáfora de esos años, de lo injusto y terrorífico de la vida si no eras partidario de la visión del mundo de quien estaba al poder.
La causa principal de su asesinato fue su arte, por como se utilizó para representar una causa social, un ideal político a esa altura intolerable para un segmento del país. Su muerte se debe a ser partidario de la Unidad Popular (UP), al ser un rostro identificable y representativo del movimiento. En definitiva, lo acribillaron para darle un escarmiento al gobierno, una lección a quienes pensaran de esa manera. Dicho esto, podemos reflexionar un poco sobre su arte y persona más allá de los acontecimientos de su muerte.
Víctor Jara como artista representó el folclor, la nueva canción chilena y el teatro y en todos estos ámbitos fue aplicado, prolífico y reconocido entre pares. En lo político, producto de su reconocida labor fue designado por la misma UP como embajador cultural hasta la fecha de su muerte. Estaba tan comprometido con las bondades del proceso de izquierda chilena, que decidió ocupar su música para hacer propaganda junto a otros conocidos grupos.
El resultado de su intervención, en vez de generar una armonía y un acercamiento país, fue sembrar un odio irrefutable entre ciertos sectores que desgraciadamente se desahogaron en él de la peor manera.
Las circunstancias nos educan que un trovador por muchas ideas políticas que tenga, por mucho compromiso, tiene que saber que le van a prestar oídos muchas personas. Puede que a estas les guste su música independiente de no pensar de manera similar. En ese punto el artista debe distinguir sobre qué es lo más importante, si su música o su idea política.
Si es su música, entonces comprometerse con un sector político determinado le trae consecuencias, los costos como tal. Les pasó a los Quincheros, a Patricia Maldonado y a otros tantos que también sufren un prejuicio hasta el día de hoy. Afortunadamente para ellos el costo no pasa de una censura, y no una muerte violenta e inhumana por defender sus doctrinas.
En una entrevista reciente a Eduardo Gatti, expresaba a modo general que su música no debe ser usada para propaganda, que un intérprete no debería ser utilizado por un sector, ni tampoco contar con una afiliación política, independiente a tener todo el derecho de tenerla.
Dicho de otra manera, para un quórum la decisión política es totalmente individual y personal, y no debe ser utilizada. Esos artistas podrían haber expresado su voto en las urnas y no ir más allá para sacar dividendos políticos, económicos o ser símbolos reconocidos.
En cuanto a nosotros, los espectadores, debemos separar la figura del espectáculo con la figura del sector político. No se debe mezclar públicamente estos roles, porque podemos hacer pagar culpas que no son suyas. Muchas veces estas figuras son monopolizadas, usadas para difundir, pero no deciden sobre los temas en cuestión.
El uso político de artistas chilenos, como Víctor Jara, transforman a estos en símbolos de un régimen que impiden ver en algunos de ellos su amplio talento y aporte a la sociedad. Prima más el mensaje político, cargando con ello un prejuicio incontrarrestable, que perjudica a su obra, su legado y aporte a la sensibilidad humana, su arte.
Porque el arte no tiene color político, no es de izquierda, ni de centro, ni de derecha, ni de ningún sector por mucho que se apropien de tal virtud. Al igual que la música, el periodismo, la televisión, el deporte, no tienen afiliación alguna. Nos pertenecen a todos.
Ahora quién le devuelve la voz a Víctor Jara. Dejó de existir y fue uno de los más comprometidos a su causa. Es un mártir al que nadie defendió. Finalmente ser rostro y el mensajero de la UP, símbolo del fervor y del sectarismo de la época, lo convirtió en víctima de interrogatorios y torturas por su postura comunista y por haber sido funcionario del gobierno de Allende.
Nelson
Leiva Lerzundi
Cientista
Político
sábado, 9 de diciembre de 2023
viernes, 8 de diciembre de 2023
sábado, 2 de diciembre de 2023
viernes, 1 de diciembre de 2023
La reivindicación de la carta de los trece
La reivindicación de la carta de los trece
Ad portas de cumplirse los 50 años del golpe de Estado, la Democracia Cristiana (DC) volvió a dar análisis a la llamada “Carta de los 13”, con la intención de reevaluar la decisión oficial del partido de apoyar el golpe militar contra el gobierno de la Unidad Popular. En esa carta, 13 militantes manifestaron su abierta oposición al reconocimiento del golpe y de la interrupción del proceso democrático de Salvador Allende.
Pero tras tantos años en discusión, el afán de corregir su decisión pasada a la vez de reivindicar la postura de aquellos militantes, hacen olvidar a la DC que en su momento eran oposición al gobierno de Salvador Allende por el sometimiento de este a los grupos extremo armados que buscaban instalar la dictadura del proletariado y otros aspectos.
En otras palabras, el mea culpa haciendo uso de esta carta es una forma de dar un aspaviento en búsqueda de reconciliación con el país y con sus asociados de centro izquierda. Sin embargo, esto no significa que se desconozca que existieron dos posiciones y que una de ellas, a vista de algunos incorrecta, fue la de Patricio Aylwin apoyando la intervención militar.
De todos modos, cómo se podría haber evitado este desenlace. Radomiro Tomic, emblemático militante DC, bien dijo que sin acuerdos con los marxistas no hay salida democrática alguna. Esa realidad todos la reconocían, porque el camino que se transitaba dirigía a un desfiladero.
En su momento la Unidad Popular se reconocía minoría. La oposición había ganado el Senado, pero tenía una mayoría parlamentaria relativa que hacía difícil destituirlos. Existía un cierto equilibrio en la cámara que forzaba los límites, solo que la responsabilidad política de unos y otros acabaron por estallarla.
En ese escenario, obviamente la solución era el golpe militar. La DC por su parte intentó constantemente el diálogo, conseguir otro resultado mediante exigir el cumplimiento del estatuto de garantía democrática. La Unidad Popular tenía la opción a la que finalmente no accedieron, siguieron fomentando la actividad de grupos paramilitares y otros temas.
No obstante, no existió voluntad política alguna de parte de la Unidad Popular y de la derecha opositora para mantener el sistema democrático. Así, puede que lastime a las nuevas generaciones, pero el golpe se veía inevitable. No porque no se pudiera evitar, sino por el sesgo político del momento que remarcó los fanatismos y las visiones integristas, desde el oficialismo hasta a la derecha. Y en todos los sectores paramilitares, de ambos lados, se emborracharon en ideologías.
Al final, en virtud del ambiente presente solo se dialogó por dialogar. Bajo esa óptica, como dice bien Tomic, todos iban al despeñadero. En cambio, la historia nos dice que hubo mucho esfuerzo para evitar el desenlace, aunque sin osadía política para llegar a acuerdos. No existió el deseo de diálogo efectivo, y sin eso no podría haber una solución pacífica y política.
Los volúmenes de historia, los reportajes y las visiones externas nos demuestran esa disposición. Si leemos las posiciones de patria y libertad donde detallan sus fechorías, así mismo como la historia de Miguel Henríquez (MIR), de Luciano Cruz y compañía con el mismo comportamiento. Todos estos grupos contrapuestos empezaron a hacer presión sobre los partidos políticos.
El mismo Altamirano reconoció sus errores, cuando en la unidad popular desempeñaba un papel crucial. Finalmente acabó transformándose en social demócrata en el exilio y asumiendo una autocrítica brutal a su proceder.
Concluyendo, en la actualidad vemos la falta de autocrítica de algunos ministros de Estado que pertenecieron a la misma Unidad Popular, y de los partidarios del gobierno militar y opositores a la UP que siguen con los mismos discursos oficiales de entonces. Sinceramente existía otro camino, aunque todo indica que era muy difícil en ese entonces poder llegar acuerdos, porque nadie quería el dialogo ni existía la voluntad política.
Hoy en día cada uno cuenta su propia historia oficial tratando de imponerla por sobre la otra, cuando la única verdad oficial verdadera es que existen detenidos desaparecidos, difuntos. Esa es la grieta que tenemos, la única verdad oficial, el resto tristemente va a ir de acuerdo a el lugar y la posición que cada uno quiera imponer.
Nelson
Leiva Lerzundi
Cientista
Politico
viernes, 24 de noviembre de 2023
domingo, 19 de noviembre de 2023
La democracia se debe cuidar
La democracia se debe cuidar
Una democracia se cuida con el respeto mutuo, con la priorización del diálogo por encima de la violencia. Se cuida en la búsqueda constante de mejorar el funcionamiento del Estado y en la revisión crítica de nuestra historia, de las decisiones tomadas. No solamente se deben hablar de ellas, sino que se deben demostrar en acciones concretas las soluciones a las mismas, mejorar. Y ese suele ser el gran problema que tiene el Frente Amplio (FA), recurre mucho a los discursos sin acciones.
En ese aspecto, en meses pasados el presidente Boric distinguió un error cometido sobre la imagen del ex presidente Piñera. Ahora lo reconoce como un presidente legítimo y democrático, un Estadista, pese a sus diferencias de pensamiento y decisiones. Sin embargo, en su momento el Frente Amplio intentó manipular el movimiento social que brotó espontáneamente por el descontento de todos, impulsando acciones directas e indirectas sobre su persona.
Un estallido que generó incendios, protestas violentas y que invadieron en muchas ocasiones las manifestaciones pacíficas, desvirtuando la esencia fundamental del descontento, politizar acciones para mejorar las pensiones, la salud, vivienda, educación y muchas otras peticiones, que al final quedaron en segundo plano.
Y en ese momento no les contrariaron los movimientos anarquistas detrás de estos disturbios. En virtud de aquello, estos sectores utilizados y manipulados por la estructura primitiva del frente amplio sirvieron para oponerse a Piñera. Posteriormente, secundaron al frente amplio como una plataforma electoral y que de alguna manera reivindicaron mecanismos más violentos de protestas a lo que no se estaba acostumbrado. Como resultado, eso nos ha traído complicaciones.
Ahora con el Frente Amplio en la dirección del gobierno, al presidente cada vez que se puede se le reconviene esa postura. Pero sin ir más lejos, su proceder como diputado, circulando con una polera estampada con la imagen sumamente violenta de Jaime Guzmán asesinado con una bala en la cabeza, es una acción trasgresora para un sector. Un acto que aunque pasado, sigue siendo provocador.
Entonces, frente al recordatorio de los 50 años del golpe de Estado, con un petitorio abierto llamando a evitar más violencia, no se puede evitar cuestionar el accionar de este grupo encabezando el gobierno. Si bien, en el mismo se reconoce a un ex presidente como un demócrata, cuando eran oposición no lo consideraban así, operando para que demitiera por estar cometiendo errores y horrores en los derechos humanos.
Ahora, cualquier cosa que se diga se va a minimizar, porque desgraciadamente la gente no tiene memoria o la memoria es de corto plazo. Es que a ningún presidente, nos guste o no, se le puede pedir que se le invalide o que requiera su marginación, puesto que fue elegido democráticamente. Puede que no nos agrade Piñera, pero fue elegido.
De esta manera, si queremos cuidar la democracia debemos cooperar con la reconciliación, aplicando el respeto mutuo y manteniendo el diálogo con la oposición, viendo las cosas en su mayor dimensión. Sobre todo, se deben respetar las reglas establecidas, las mismas que entrega la constitución política, porque determinan el marco por donde nos desenvolvemos, por más que no te guste quien está en el poder ejerciéndola.
Desgraciadamente podemos decir que el presidente actúa hoy de una manera, pero mañana en adelante no sabemos cómo lo hará y que línea política aplicará en busca de soluciones de diálogo concreto y en la mejora del funcionamiento del Estado. Aguardamos a que no se deje llevar por las emociones, ni por los cálculos repentinos, menos por política espontáneas.
Esperamos
que busque soluciones políticas más moderadas, puesto que así como va buscando beneficios
a hechos que ocurrieron hace 50 años y diciendo cosas contradictorias a su
accionar, va ir perdiendo su credibilidad política en la ciudadanía y con sus interlocutores
políticos, porque todos se dan cuenta que sus ambivalencias son mucho más
poderosas que su convicciones.
Nelson
Leiva Lerzundi
Cientista
Político
El problema por la ley de usurpaciones
El problema por la ley de usurpaciones
Luego de más de dos años y medio de tramitación finalmente es aprobado por el Senado el proyecto de ley de usurpaciones, que establece sanciones más estricticas para el delito de ocupaciones de propiedades, terrenos o viviendas, modificando así el Código Penal para castigar con penas privativas de libertad al delito efectivo. Sin embargo, como era de esperar tras la aprobación el gobierno anuncia inmediatamente un veto presidencial.
La oposición a su vez, manifiesta su descontento. El senador y presidente de la UDI, Javier Macaya, denuncia que el gobierno, en cierto modo, se pone del lado de los usurpadores y que el Estado no toma una solución al problema. Agregando que se está desaprovechando la oportunidad de ponerle la firma a la constitución que le va a dar estabilidad a Chile.
Sin lugar a dudas se puede interpretar que al aplicar este veto el gobierno del Frente Amplio no se pone del lado de las víctimas, de aquellas a las que les usurpan sus casas, sus tierras o propiedades en forma arbitraria. El tema es el origen de esos terrenos, muchas veces obtenidos de manera poco transparente, más bien ilegal y deshonesta con respecto a los ocupantes iniciales, los mapuches.
En esa posición, las comunidades del Wallmapu rechazan categóricamente esta Ley de Usurpaciones. Ellos siguen disputando sus territorios ancestrales y la aplicación de esta ley buscaría poner fin definitivamente a la demanda y a las movilizaciones perseguidas para recuperarlas. A su vez, esta ley acaba por confirmar que el Estado reconoce a los colonos, a las empresas forestales y privados a quienes vendió sus tierras como los nuevos propietarios.
Por otro lado, la manera de disputar se está escapando de los límites. Las autotutelas ejercidas complican al gobierno, o más bien al Frente Amplio, quienes quieren que estas entregas se haga por un conducto casi natural y regular. Ellos al simpatizar con la causa mapuche no saben diferenciar una protesta legítima de una usurpación o de conflictos mucho más fuertes.
Este gobierno se oculta en la escala de la izquierda tradicional, quienes ya están familiarizados con el problema y saben que esta no es la forma de llegar a una respuesta. Si bien, preferirían otros métodos, tienen que salir a vetar la ley de usurpaciones y poner la cara por ideas que son de otros.
De este modo, el Frente Amplio no trae una solución pacífica en la Araucanía al tomar estas decisiones, todo lo contrario. Y al final, como esta disyuntiva no tiene lógica, nadie quiere negociar.
Hay sectores que quieren una autonomía territorial que no van a obtener. Exigen que se expulsen a los herederos legítimos de los terrenos, aquellos que poseen un título de dominio de la tierra, independientemente de los embelecos que hayan hecho sus antepasados. Pero a su vez el sistema legal protege a estos últimos. Como el sistema funciona así, el conflicto se mantiene sin una solución real.
Es bien sabido que se produjeron un gran número de fraudes para la enajenación y la usurpación de las tierras mapuches, que como consecuencia ahora poseen los ciudadanos que se ven afectados, los herederos de estos terrenos.
Por los hechos de la pacificación de la Araucanía se hizo efectiva la soberanía del territorio chileno, uniendo de esta manera el territorio al norte del Biobío con los territorios al sur de Valdivia. Así las cosas, a pesar de esta dolida pacificación lo ocurrido en este proceso propicio el conflicto Mapuche y el gobierno de Chile que nos llega hasta nuestra época.
Ahora bien, como se arregla este problema. No es llegar y usurpar nuevamente lo que era anteriormente su territorio. Para esto se necesita colocar orden, establecer leyes para controlar la situación.
La solución del gobierno es vetar esta iniciativa con un simple deseo ideológico y romántico. Pero al mismo interior del gobierno, hay muchos sectores del socialismo democrático que saben que es imposible de resolver y solucionar de manera pacífica, porque no hay otro mecanismo.
No podemos volver atrás la historia, no podemos quitar algo que quizá fue mal habido para algunos, pero con el con el paso del tiempo y la seguridad jurídica, aquellos son propiedad privada y el sistema los beneficia.
Nelson
Leiva Lerzundi
Cientista
Político